Enamorándome de Tí (+18) # 2 [Segunda Parte] {Completa}

Capitulo 9

Estaba sentada en una de las mesas de la cafetería del centro comerciar. Estaba comenzando a pensar que esta cafetería siempre terminaba envuelta en cosas de mi vida. Cuando Omar y yo hablamos en ella, cuando Ciara y yo logramos tener esa conversación. Y ahora, donde Dante parecía ser más amigable de lo esperado. Me había pedido un café Americano al igual que el suyo. Estaba sentado frente a mi conversando. Sinceramente parece ser un tipo con una vida interesante. Es muy inteligente, tanto que hasta un toque de envidia te da al escucharle.

— ¿Y esa inteligencia donde la usas? – pregunto bebiendo de mi café.

— Por aquí y por allá, negocios – se encoge de hombros sonriendo.

— ¿Negocios?

Detesto seriamente que dejen todo a medias. Entiendo que no tenemos una inmensa confianza. Pero si dejan todo a mitad eso causa un verdadero estrés en la persona.

—Si, deja ver cómo te explico para que me entiendas. – pone una expresión pensativa. — En otras palabras soy un maleante elogiado por la sociedad – me observa risueño.

¿Maleante elogiado? ¿A qué se refiere con eso? ¿Negocios turbios? Mi expresión pasa a una sorprendida.

— ¿Tienes negocios turbios?

Se ríe.

— Queda aclarar que no todos son así. Solo que esos te dan más dinero. Ya sabes, el riesgo y esas cosas.

Esta bastante tranquilo. Como si hablarme de eso fuera la cosa más normal del mundo. En mi vida hubiera imaginado esto. Dante Basinger un hombre el cual parecía ser una persona recta. Está aceptando y confesando que hace negocios turbios. ¿Quién lo diría? Por otra parte es completamente una lástima que tanta inteligencia se vaya por ese lado. Podría tener y conseguir cualquier empleo con todo eso. Además de inteligente es bueno conversando. Por lo poco que lo he visto y conozco. Realmente es una lástima.

— Lo dices bastante tranquilo. ¿No te importa que se entretén?

Suspira.

— Como te he dicho. El dinero mueve montañas Alina. Soy elogiado por la sociedad. Mi inteligencia me da el privilegio de no ser descubierto. Solo son negocios. No estoy matando a nadie.

¿En este momento me esta dando un pequeño sermón? Parece ser. Bueno es su vida. Total y no me interesa mucho.

— Tu has lo que bien creas – comento sin mucha importancia.

Dante nota mi cambio de humor. Y no exactamente porque tenga negocios sucios. Repito, es su vida. Y no me interesa si le atrapan o no. Lo que no me agrada es que se las crea. Me explico. El mismo se está elogiando por eso. No le importo decirle a una persona a la cual casi ni conoce lo que hace. ¿No es estupido?

— ¿Porqué tan seria? – intenta de que la tensión disminuya.

— Hablas conmigo como si me conocieras de toda la vida. ¿Lo haces con todo el mundo? ¿No crees que se te salga de control si alguien más se entera?

Se ríe.

— La verdad es que no. No hay ningún tipo de pruebas que confirmen lo que te he dicho. Igual si investigan no encontrarán nada. Además extrañamente confió en ti. No creo que vayas por la vida contando nuestra platica.

Chico sabio. No, claro que no iré por la vida gritando "¡Dante Basinger tiene negocios turbios!" Nadie me prestaría atención. Además de que no soy ese tipo de persona. Y si es como él dice. Espero que su inteligencia la sepa usar. Que no sea algo solo superficial.

— La verdad es que no. Además es tu vida. ¿No crees?

La platica no se extendió mucho. Seguimos conversando. No de su vida laborar. Bueno si es que se le pueda llamar así. Hablamos de otras cosas. Comentó cosas de su familia, de su vida. Yo en cambio no comente mucho sobre la mía. No tengo mucho que contar.

~

Ahora me dirigía a mi casa. Había recibido un mensaje de papá. Los pelos se me habían puesto de punta en cuando lo vi. Me decía que me vería en media hora en mi casa. Estaba tan tensa que apretaba el volante de una forma tan fuerte que dolia. Relamente esperaba que Victor no le dijera nada. Nada de mi relación con Omar. Llegue a casa, y luego de cambiarme por algo más como me senté en el mueble. Bueno, estaba tan nerviosa que mi estómago comenzaba a doler. Suspiré.

El timbre sonó más rápido de lo esperado. Abrí luego de salir de dudas si era mi padre o no. En cuanto escuche su voz creí caer en el suelo por la tensión que estaba sintiendo. Al abrir la puerta, me saludo como era costumbre. Un casto beso en mi mejilla y un abrazo.

— ¡Hola Papá! – me acurruqué en su pecho. Papá no dudo dos veces para apresarme con sus brazos.

— Mi niña hermosa – susurro inspirando.

Dejamos de abrazarnos y pasamos a la sala. Papá se sentó en uno de los muebles. Yo fui por dos tazas de café. No era algo a lo que fuera adicta. Pero a mí padre le gusta bastante.

— ¿De qué querías hablarme? – dije mientras preparaba las tazas de café.

— Ayer te fuiste sin despedirte. ¿Pasó algo con Victor? – su tono de voz era tranquilo. Eso me calmo bastante.

Aunque estaba aún preocupada. ¿Qué le iba a decir? No sé si contarle sobre la discusión con Victor. Si lo hago, papá va a preguntar la razón. Entonces tendría que sacar el tema mi relación con Omar. Y bueno ya hemos quedado que le diríamos los dos juntos mañana. No puedo decirle simplemente yo. Pero por otra parte quería contarle sobre la insistencia de Victor en el que me fijé en Jackson.

— Si, tuve una pequeña pelea con él– acepto saliendo de la cocina. Voy hasta él. Le pasó la taza.

— ¿Qué pasó? – me miró preocupado. Era la primera vez que entre Victor y yo pasaba algo como esto.

Me senté frente a él. Le di un sorbo a mi café.

— Victor espera que me interese en Jackson – dije sin más.

— ¿Qué?

Me encogí de hombros.

— Es lo que me dijo. Pero papá ¿sabes? Fue muy irritante ese tema. Jackson no me interesa en lo absoluto. Y Victor insiste, me moleste bastante y por eso me marché.

— No lo puedo creer. ¿Qué le ocurre a Victor? ¿Desde cuándo intenta de meterse en tu vida amorosa?

— ¿Desde ayer? – sonrió un poco. La cara de papá está bastante sería.

— Es tan rato en él – se pasa las manos por su cara. — ¿no pasó algo más? Algo para que el insista en que salgas con Jackson... – me mira.

Instantáneamente me pongo nerviosa. Jamás pensé en ser tan fuerte o de tener tanta valentía como para contar algo. No exactamente hablar de más. Pero estaba frente a mi padre. Y muy en el fondo de mi tenía unas inmensas ganas de hablar con él.

— Papá...yo...a mí me gusta alguien... – mis manos aumentaron el agarre a la taza. Podría jurar que la podía romper.

Papá me mira sorprendió.

— ¿Quién es él?

— Pienso que a Victor no le agradó la idea. Y por eso intenta que me guste Jackson – no contesto su pregunta.

— Alina aún así, Victor es tu padre pero no debe meterse en tu vida amorosa. Ni yo que soy tu padre biológico pienso meterme en eso. Jamás te buscaría una pareja. Eres mi niña, Si, pero eso no me obliga a buscarte una pareja y luego esperar que te guste a la fuerza. – su mirada es preocupada.

— Lo sé papá. Sé que jamás harías algo como eso.

— Yo confío en mi hermosa hija.– se cambia de lugar. Se sienta a mi lado. Me agarra las manos.

— Dime quién es el chico que te gusta. – pide mirándome suplicante.