Enamorándome de Tí (+18) # 2 [Segunda Parte] {Completa}

Capitulo 3

— ¡Lici! – Digo en tono de sorpresa. Corro a ella y la abrazo.

— Mi niña, la he extrañado tanto– me devuelve el abrazo.

Me despego de ella y me quedo observándola. Lici. ¿La recuerdan verdad? La nana de Ciara. La hermosa mujer que es más buena que el pan de Dios. Sin exagerar. Tan cariñosa y amorosa. Cuanto la he echado de menos. Esta aquí frente a mis ojos. Sonriéndome. Con una sincera sonrisa. Puedo percibir unas leves arrugas en su rostro. Igual no se le quita lo linda. Estoy completamente maravillada. Tanto que olvido por completo la situación. Doy dos pasos más atrás, donde Omar se acerca se posa detrás de mí y me sujeta de la cintura. No se si para que Lici note el cambio radical que a dado nuestra relación. Donde ya no sólo soy la mejor amiga de Ciara. Si no algo más de Omar. Lici nota el gesto de Omar, nos mira con una sonrisa cómplice asciende con la cabeza. Para que notemos que a entendido todo o eso es lo que creo yo.

— Mi Niña, ¿Desea acompañarme a la cocina mientras termino de preparar la comida? – dice en tono dulce.

Omar me suelta y nos pasa por el lado desapareciendo por donde esta su despacho. ¿Porqué me deja sola? Sé que es Lici pero igual no debería de dejarme sola. ¿Le comentó antes? Bueno solo nos da espacio para que hablemos o es lo que pienso.

— Nana yo... – no me deja terminar me agarra de la mano y me guía a la cocina.

— No me tiene que dar explicaciones niña – dice señalando una silla en la barra de desayuno para que me siente.

— Y...Yo

Realmente no sé qué decir. Conociéndola ella no dirá nada. Por el simple echo de que solo trabajo y trabaja para Omar. Aunque no creo que sea buena idea o más bien ella siempre estuvo en su casa. Con la mujer esa. Aún así la desteto. Horrible mujer interesada. Pobre de mi Lici. Cuanto debió de sufrir recibiéndome órdenes de ese demonio.

— Mi niña Alina, la más linda y noble chica que tuve el privilegio de conocer. Se de tu relación con el Señor – Me mira sonriéndome. Sigue su relato mientras sigue en lo suyo en la cocina. — Estoy muy contenta por ustedes dos. Están hechos el uno para el otro. Lo supe desde el primer día que llegaste a la casa.

Totalmente sorprendida. ¿Hechos el uno para el otro? ¡Espera! ¿Lo sabía? ¿Fue Ciara? ¿Fue Omar? La Julia mal parida esa ¿no lo sabe verdad?

La miro curiosa. Ella se mantiene en lo que esta haciendo. La verdad no se que es pero de igual forma tiene un rico aroma. El ambiente es calmado. El aire fluye sin ningún problema. La observo sin preguntar o articular cualquier tipo de palabra. En este momento el silencio es cómodo. No sé qué decir así que prefiero estar callada. En los años que la conozco jamás pensé que ella, exactamente ella. La nana de Ciara pensara que Omar y yo fuéramos el uno para el otro. Tal vez es por lo obvia que yo era. Hasta el mismo Omar lo notaba. Dudo que Lici no lo hiciera. Por otra parte me alegra saber que está aquí. No en la casa de la perra de Julia. ¡Dios! Hasta su nombre me da una sensación de desagrado. Y no es exactamente qué odie ese nombre. Odio el de ella. Mala mujer. Suspiro luego de unos minutos. Aún estoy un poco tensa. Relajo mis hombros y giro mi cuello, primero a lado derecho y después al izquierdo.

— ¿Cómo debería de llamarla ahora? – pregunta de momento. La miro.

— Igual – contestó un tanto perdida.

Que yo esté con Omar no quiere decir que ella deba cambiar conmigo. Para mí ella también es mi nana. Lo más parecido a una madre que pude tener. No quiero ningún tipo de cambio.

— Pero mi niña es una falta de respeto que usted esté ahora con el Señor y yo la siga llamando con tanta confianza. – me mira cariñosa.

Arqueo una ceja.