Capitulo 39

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Cuando termina me observa y me vuelve a dar un abrazo.

— No vuelvas a hacer eso...

— ¿Hacer qué?

— Desaparecer...

— No lo hice. He estado aquí, siempre....

Se me queda viendo. No dice nada. Vuelve a comprobar si tengo calentura o no. Comienza a guardar lo que ha sacado y solo puedo observar lo que está haciendo. Mientras muchas preguntas llegan a mi cabeza una y otra vez.

— ¿Porqué estás aquí?

— Me entre de lo que pasó, estaba preocupada por vos. Te llamé y no contestabas. Así que le pedí la dirección a tu padre. Estuve llamando por más de veinte minutos y nada. Pensé que te había pasado algo o que habías...

— No te preocupes, estoy bien. – me levanto de la cama. Pero me detengo en seco cuando siento mi cabeza ligeramente mareada.

— No, no estás nada bien. Estás muy pálida. Y tus ojos muy hondos.

— Trabajo mucho... – me encojo de hombros. Intentó de buscar algo... ¿Qué estoy buscando?

— Alina estoy aquí para escucharte. Desahógate conmigo... – me mira apenada.

La miro...¿Cómo voy a desahogarme con la hija de quién me ha hecho tanto daño? Es su padre. Eso no cambiara jamás. Lo único que puedo hacer es negar con la cabeza con una leve sonrisa. Mientras salgo de la habitación buscando un escape. Ella me sigue como es de esperarse mientras comienza a hablar rápidamente.

— Alina no puedes quedarte así, no es justo para vos. Ve como andas por su culpa...

— No Ciara, no es su culpa. Es la mía. Fui yo la que no decidió escuchar. Es mi problema. Así que tengo que afrontarlo...

— Sigo siendo tu amiga...

— Y su hija.

Me giro a mirarla. No quiero hablar. No, ya basta. Llevo huyendo prácticamente de la vida real. Si contestar llamadas ni mensajes. Él no dejo de hacerlo, lo intento a diario. Hasta que entendió o se cansó de lo mismo y siguió normal. Ya no se sabe.

— Alina...

— Basta, me hizo muy feliz que regresaras pero no para esto. No quiero hablar. No de lo que pasó.

— Lamento todo esto...

La conversación no duró mas. Y lo desee muy en el fondo. Se quedó en silencio hasta que aparecieron mis padres. Vinieron hasta con un doctor, me revisaron y no tengo nada. Al parecer es agotamiento físico y estoy segura que es mucho más agotamiento emocional. Intenté de que no notarán mi baja autoestima. Logrando mi objetivo, el problema es que se encargaron de llamar a la editorial y hablaron con Eva y me dieron unas semanas de descanso. Insistí que no era necesario pero ¿quien le lleva la contraria a sus padres?

Así que pase unos tres días en casa de mis padres. Siendo consentida por los dos mejores hombres del mundo. Mientras me trataban como una niña pequeña. Había notado un cambio increíble en ellos dos. Parecían ser los mismos de siempre. Cariñosos y amorosos, pero sobre todo enamorados. Me hacía feliz que estuvieran así. Los veía feliz y era gratificante volver a sentir esa atmósfera nuevamente. Amaba estar con ellos pero ya estaban haciendo muchas preguntas respecto porque en los días que había estado en casa Omar no hubiera ido a verme. Así que me regrese a mi departamento. Ciara siguió en contacto conmigo. Viene a verme cada vez que puede. Y conversamos, me hace bien hablar con ella de cualquier cosa. Hay veces que intenta sacar el tema. Pero la ignoro y cambio la conversación. Lo ha entendido y no ha vuelto a insistir. Respiró hondo mientras miro por la ventada de mi apartamento. No suelen pasar muchos autos pero he contado como unos diez en media ahora. Es aburrido, pero no tengo mucho que hacer. Tener unos días libres no me agradan. Mínimo me mantenía más activa estar en la editorial. Lo extraño bastante a la verdad.

Espero pacientemente a que Ciara venga. Pero en vez de eso recibo un mensaje donde decía que no podría venir porque tenía un problema. Así que me fui a mi cama y me quede dormida a las tres de la tarde.

Abrí los ojos cuando un estruendo trueno retumba y me despierta. Debe ser tarde, está la habitación en penumbras excepto por la luz que se cuela por cada relámpago. Me levanto encendiendo la lámpara y me dispongo a mirar por la ventana de la habitación. No sé porque hago eso, siempre me da por observar ese tipo de eventos cuando ocurren. Me encantan los días lluviosos. Está la calle solitaria, con muy poca luz... Me llama la atención una extraña sombra que se cuela justo al lado del edificio del frente. No logro ver nada por tanta lluvia. Así que la ignoro y salgo en busca de una taza de café y un libro. El sueño se me ha espantado. Me siento en el pequeño borde que hay justo más abajo de la ventana, es como un pequeño escalón que me permite ver la lluvia caer a través del cristal. Levantó la vista del libro un poco curiosa viendo en la misma dirección donde había visto la sombra. Y efectivamente sigue estando en el mismo lugar, frunzo el ceño pero otro relámpago hace que la luz que tenía encendida se apagara quedando completamente en penumbras.

— ¡Mierda! – me levanto en busca de mi celular hasta que lo consigo. Me doy cuanta que tengo unos mensajes de texto. Lo abro.

~ No soy tan fuerte como creía.
Enviado a las 2:00am.

El número es desconocido lo cual me da un poco que pensar. Tengo una leve idea de quién pueda ser. Aunque no sé si sería capas. Pero ya no se puede esperar mucho. La verdad me incomoda un poco y decido llevarme el celular a donde estaba. Tenía algo de tensión y no paraba de mirar el mensaje. Cuando de la nada otro llaga.

~ Eres hermosa...
Enviado a las 2:20am.

Ahora sí me asustaba todo esto. Deje el teléfono suspendido encima del borde de la ventana y agarro mi libro. Estoy apunto por comenzar a leer cuando miro nuevamente hacia la calle. Dándome cuanta que la sombra anterior se esconde poco a poco. Un escalofrío recorre toda mi espina dorsal y como un sentimiento de alerta me invade inmediatamente.

—¡Carajo! – llevo la mano a mi pecho agarrando de una forma rápida en teléfono. El sonido es tan fuerte que me sorprende lo duro que está. Miro la pantalla confundida cuando el nombre "López" aparece en la pantalla. No puede ser que sea el. Pongo los ojos en blanco mientras contesto.

¿Porque me envías esos mensajes?

Digo sin esperar.

¿Qué? Su voz es media extraña.

No te hagas López...

No sé de qué me hablas

¿Porqué me llamas?

No lo sé

No puedo evitar poner los ojos en blanco. Pero mantenemos una extraña conversación. No tengo que ser una adivina para saber a ciencia cierta que está ebrio. Lo sé porque habla cosas sin sentido. De pronto se vuelve serio y de la nada bromista. Tiene unos cambios de humor pésimos. Pero no puedo negar que me entretiene bastante esta conversación. Me esta hablando de su perro. Me siento nuevamente mirando por la ventana, la lluvia seso un poco. La energía eléctrica ha vuelto y no sé cuánto llego escuchando a López. Es mucho más divertido ebrio que cuerdo. Y me da la ligera impresión que se está quedando dormido.

Ve a dormir ¿quieres?

Eres muy mandona... No quiero, no volverás a hablarme...

Arqueo una ceja aunque sé que no puede verme. Tiene mucha razón en lo que dice. He hablado con él por aburrimiento? Porque me sentía incómoda con la bendita sombra...vuelvo a girarme y está nuevamente la sombra. ¡La madre que me parió! Me salgo de la ventana y cierro la cortina. Me tiro en la cama y sigo mandando a López a dormir. Hasta que pierdo la cuenta y me quedo dormida.

Enamorándome de Tí (+18) # 2 [Segunda Parte] {Completa}Where stories live. Discover now