Capitulo 31

15.4K 913 30
                                    

Su comentario me toma por sorpresa y ligeramente pasó mi vista hasta ella. Quien me ve apenada.

— ¿De qué hablas? – mi voz alarmada sale completamente.

— En cuanto se contactó quizo chantajearme, deseaba verla a usted y se mostró bastante irritado cuando le negué cualquier tipo de información...

Un escalofrío recorre todo mi cuerpo, la simple idea de que Bratt, Bratt Lee el hijo de puta mujeriego, egocéntrico y ladrón canalla ese interesado en mi, me da tanta repugnancia. Asco, completamente aberrante la idea.

— ¡Será hijo de perra! – exclamó alarmada. — Que se interese en su abuela el muy imbécil...

— Por eso su padre y el señor Dickson estaban tan molestos...

Lo comenta y estoy segura que ella no ve la gravedad del asunto. Omar... Ahora entiendo porqué no se ha puesto en contacto conmigo. ¿Era por eso no? Debe está demasiado de cabreado y buscando todas las formas para encontrar al cabrón de Bratt.

— Tenemos que apurarnos...

Es lo último que comentó antes de pisar el acelerador y perdernos por aquella autopista. De reojo veo el Taxi, Grimes nos sigue el paso, con un poco de dificultad pero lo consigue. Para cuando me doy cuenta estoy frente a mi departamento y para mi sorpresa está el auto negro, BMW de Omar frente. Esperando. Aparcó y miro de reojo a Fabiola quien a tomado una postura nerviosa al ver bajarse a Omar y a Roben del auto.

— Vamos...

Me desmontó, Fabiola me imita y se queda de pie al lado del auto. En cambio yo camino donde mi viejostro, Él también se acerca.

— Nena... – ronronea cuando me estrecha en un fuerte abrazo. Se lo devuelvo y me acurruco en su pecho. Inhalando su rico aroma. Tan agradable, tan sutil.

— ¿Estás bien? – le observó. El asciende con la cabeza.

— ¿Tú? – dice él colocando mi pelo detrás de la oreja. Le sonrió.

— Confundida, pero sobre eso estoy bien. Fabiola lo está también. – la incluyó por cortesía. Qué descortés de Omar en solo preguntar por mi. Era ella quien estaba en los Ángeles.

Él mira por encima de mí en dirección dónde está Fabiola. Noto que hace un gesto de cabeza y luego vuelve a mirarme. Yo me separo un poco observando a Roben detrás de nosotros. Parece ligeramente preocupado y noto que su mirada no se aparta de Fabiola. Levantó las cejas divertida. ¡No estaba equivocada! Giro mi cuerpo está vez a dirección de Fabiola ella ve a mi dirección sorprendida. ¿No sabía lo de Omar y yo? ¿En serio? Pero luego su mirada pasa rápidamente a Roben y se sonroja. ¡Bingo! Él Ship es real.

— ¿Puede quedarse la señorita Hender en tu casa mientras conseguimos algo para ella?

Omar me ve tranquilo. Pero aún se le nota tenso. Le tomó las manos.

— Claro, sabes que tengo una habitación libre. – le sonrió.

— Será poco tiempo – afirma decidido.

— No hay problema, se puede quedar el tiempo que sea necesario. En fin tengo con quien compartir y no me siento tan sola...

Omar frunce el ceño.

— Quiero que te quedes conmigo mientras Hender este en tu casa.

No tengo ninguna reacción ante eso. Solo lo observó y luego mi ceño se frunce ligeramente. Ahora entiendo todo.

— No puedo dejarla sola... no hoy.

— Alina no vamos a discutir eso... – dice entre dientes.

¿Pero que coños le pasa?

— ¿qué? No empieces Omar...

Me mira serio.

— Gil lleva a la señorita Hender dentro. – no deja de mirarme mientras habla. — Dame las llaves Alina.

— No. – afirmó decidida. Ni madres Omar. No empieces.

— Las llaves... – gruñe. Pongo los ojos en blanco.

Se las pasó a regañadientes. Sin dejar de mirarle tampoco. Roben se mueve rápidamente y le ayuda. Grimes también sube con ellos. Les miro, hasta que desaparecen por aquella puerta.

— Omar enserio lo mejor es que me quede por lo menos esta noche con ella. Así no se siente tan apenada.

— Grimes se quedara con ella.

— Omar por Dios, solo es esta noche. No pasará nada.

Niega con la cabeza. Pongo los ojos en blanco otra vez.

— Alina... – parece molesto. Pero de igual forma mantengo mi posición.

— Mañana, mañana voy a tu casa y me quedo contigo. Pero hoy no. Por favor Omar no lo hagas más difícil.

Comienzo a caminar dentro de mi casa, él me sigue los pasos. Su actitud es como de un adolescente. Está molesto por lo que acabo de decidir, pero de la misma forma debe de entender que simplemente no puedo dejarla sola. En un lugar que ella no conoce y conociendo a Fabiola no se moverá de la sala por el simple hecho que es mi casa y no le gusta molestar. Llego por fin dentro de mi departamento, cuando abro la puerta tengo a Grimes frente a mi. Y casi me da un infarto.

—¡Dios mío! – llevo una mano en mi pecho mirándole. — ¡qué susto! – le pasó por el lado. Él no tiene ninguna reacción, solo se echa a una esquina y yo paso dentro, Omar me sigue.

Cuando llegó a la sala está Fabiola y como había predicho sin moverse de la sala. Roben está un poco más a la cocina.

— Señora le he preparado un café a la señorita Hender. Espero que no le moleste. – me dice apenado.

— No te preocupes Roben, estás en tu casa. – le sonrió amigablemente. Él me ve sorprendió y noto un ligero rubor en sus mejillas. ¡Mono!

Aunque descartó la idea inmediatamente al ver la expresión que a puesto el viejostro. Bastante molesto más bien. ¿No te gusta que sea amigable nene? Rio mentalmente ante eso.

— ¿Gil no te molesta quedarte esta noche aquí? – dice tras mi. Entre cierro los ojos.

— No señor, no es ninguna molestia. – Roben vuelve a mirar a Fabiola.

— Bueno ya ¿si? La que tiene que decidir quién la acompaña es Fabiola no nosotros. – suelto mal humorada. Siento la mirada de todos sobre mi. — ¿No es así Hender? – vuelvo a decir. Ella nos mira ahora. Horrorizada por la situación que a tomado esto.

— Yo...no se...

Pongo los ojos en blanco.

— Es mi casa, así que me quedo yo. ¿Vale? – camino al lado de Hender. Ella parece ligeramente más tranquila y me sonríe tímidamente. Roben tiene la misma expresión que siempre. Grimes ni se diga y luego está Omar. Que me mira totalmente serio. Te he ganado hermoso.

— ¿Les parece?

— Si no hay más remedio... – murmura Omar dando la vuelta y saliendo del departamento.

Mi expresión pasa a una sorprendida. ¿En serio? ¿Se fue así no más? ¿Pero qué mierdas? Ni se despidió. Ni que fuera para tanto. ¡Por Dios!

— Ya se pueden ir. – prácticamente les voto. Pero ahora no me importa. Omar hace que mis humores empeoren más de lo que ya son. ¡Idiota!

— Lo lamento... – escucho la voz de Fabiola tras mi. — No quería que por mi culpa usted y el señor Dickson tuvieran problemas...  - le callo.

— No es la primera vez que ocurre. Así que tranquila. Te mostraré la habitación.

Enamorándome de Tí (+18) # 2 [Segunda Parte] {Completa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora