Capitulo 25

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Había pasado unos minutos desde que nos habíamos ido de casa. Iba en la parte trasera de aquel hermoso BMW, con la cabeza recostada en la ventana observando hacia fuera. Una leve melodía rítmica se escuchaba bastante tranquila. Roben manejaba cómodamente. Lici se mantenía en silencio. Yo simplemente pensando, pensando en todo lo que había pasado hoy. Realmente no tenía ni el más mínimo ánimo de estudiar. Mucho menos deseaba tomar "clases particulares" extrañamente sentía un mal presentimiento sobre eso.

Eduardo López ese extraño profesor. ¿Cómo se atreve a soplarle el cuello a una chica? Ok, lo acepto ese simple acto de su parte me dejo fuera de onda. Podía ver echo cualquier otra cosa. No soplarme. ¿Saben lo incómodo que fue?

— Listo mi niña...

La voz de Lici me trae devuelta a la realidad, cuando me doy cuenta estamos justamente en el garaje estacionados. Roben abre mi puerta. ¿Cuánto me quede pensando? Me desmontó.

— Gracias Gil – le sonrió. Roben me devuelve la sonrisa.

Caminamos dentro, todos. Lici insiste en llevar mi bolso. Y yo insisto que no es necesario. Solo es una simple alergia, que de hecho ya ha mejorado bastante. No estoy muriendo.

— Niña déjeme su bolso, no haga esfuerzos...

Arqueo una ceja mirándola.

— Nana no está pesada, puedo sola ¿si?

Ella pone cara de mala leche, se cruza de brazos. Sonrió mirándola. ¡Mírenla! parece una niña haciendo un pequeño berrinche. Se ve tan mona con ese adorable puchero. Su expresión tan seria. Niego con la cabeza divertida. Mientras observo los números de los pisos según vamos subiendo. Mi reflejo se marca a la perfección en aquella pared. Usando unos jeans claros, unas zapatillas oscuras. Con una playera sencilla, mi cabello recogido en una coleta alta. No deseaba que mi cuello fuera expuesto a más calor.

Las puertas se abrieron y tuve que pasar antes, ya que ni Lici ni Roben hicieron el amago de moverse, no hasta que yo no lo hiciera. Por lo que me adentré dentro de aquel apartamento. Él rico aroma de mi bello hombre me invadió al instante. Sonreí.

— Nena... – su voz ronca me hizo buscarlo con la mirada.

Justamente saliendo por el pasillo que da a su habitación. Le mire un tanto sorprendida y anonada. ¡Wow! ¿Se puede ser más sexy? Extrañamente va vestido muy casual, demasiado diría yo. Unos pantalones de lino largos, color gris claro. Una playera sencilla blanca. Sin zapatos, todo su cabello negro revuelto. ¿Acababa de ducharse?

— Nene...– dije un tanto bromista. Caminado a su dirección. Omar me sonrió cariñoso.

Aunque se notaba lo tenso que estaba. Supongo que el mal rato que me dijo que había pasado aún lo tiene pensativo. Mi pobre chico. Él camino unos pasos hasta que los dos nos encontramos frente a frente. Si tan siquiera decir una palabra enrede  mis brazos por su cuello y lo abrace. Supongo que solo quería que supiera que estaba hay para él. Para darle apoyo en todo lo que fuera. Yo ser su soporte, cuidarlo y mimarlo como se merece.

— ¿Estás bien? – susurre cerca de su cuello. Él me envolvió en sus brazos aumentando el agarre de ese simple abrazo.

— Tan admirable como siempre nena... – susurra.

Sonreí.

— ¿Pasó algo? – pregunte separándome un poco de aquel magnífico abrazo.

Nos miramos unos minutos los ojos. Esos hermosos ojos azules tan bellos y atentos cómo siempre. Negó con la cabeza.

— Negocios... Aveces no salen como se esperan.

Lo mire con ternura.

— Ya pasara, no te preocupes – le regale un guiño.

Enamorándome de Tí (+18) # 2 [Segunda Parte] {Completa}Where stories live. Discover now