Enamorándome de Tí (+18) # 2 [Segunda Parte] {Completa}

Capitulo 20

Camino histérica fuera de aquel gimnasio. Toda esta situación es innecesaria, completamente innecesaria. Acepto que Jackson la regara, pero tampoco para que Omar se pusiera de esa forma. A ese extremo, al punto de querer luchar con él. ¡Por Dios! Es muy inmaduro de su parte. Y repito, entiendo que se pusiera celoso. Pero realmente no creo que yo le guste a Jackson. No soy su tipo y nunca me ha visto con otros ojos que nos esos con ganas de joderme la existencia. Yo solo lo veo como mi primo y estoy casi segura que él me ve de la misma forma.

Salgo por aquella recepción a toda prisa. He notado que Omar en ningún momento me ha seguido. Por lo que deduzco que su empeño de macho alfa le a ganado y prefiere mil veces irse a los golpes con el idiota de Jackson. ¡Cabrón!

Respiró profundamente cuando estoy fuera. Mirando a ambas direcciones. ¿Debería de tomar un taxi? No veo ninguno pasar. Arqueo una ceja mirando el auto de Omar. Frente a mis narices. Ese hermoso BMW negro.

— Súbete. – dice pasando por mi lado. Va directo a la puerta de copiloto y la abre. Espera con una cara demasiado de sería.

Lo miro anonada. ¿Pero qué coños con él? Me quedo en la misma posición anterior. ¿Cuál es su problema? ¿Porqué la toma contra mi? Me cruzo de brazos.

— Alina súbete no tengo todo el día – protesta.

Pongo los ojos en blanco y me subo al auto de mala manera. Gruñendole cuando pase por su lado. Omar le da la vuelta al auto y se sube. Logro sentir su enojo. ¡No es para tanto joder! Tan bien que estábamos. Y por una estupidez estamos ahora como perros y gatos.

De camino es todo silencio. No ha hablado y mucho menos lo voy a hacer yo. Que yo sepa no tengo culpa que Jackson vaya a ese lugar o peor, no tengo culpa que él esté tan celoso. Yo no hice nada, solo evitar que se metieran unos cuantos puñetazos. Y sin ninguna razón. Jamás pensé que Omar fuera así de celoso. Pienso que un hombre es lindo defendiendo lo suyo. Pero joder, a Omar lo único que le falta es que me meta dentro de una burbuja para que nadie me mire ni se me acerque. Es demasiado. Y lo peor es que luego la toma contra mí como si yo tuviera la culpa de todo. ¡Que no es mi culpa joder!

— ¿Puedes dejar de gruñir? – dice de momento. Pongo los ojos en blanco. ¿Estaba gruñendo?

— Quiero que me lleves a mi casa y te vayas – me cruzo de brazos molesta.

— Vamos a mi casa.

— No, me llevas a la mía y luego te vas. Quiero estar sola.

No me contesta. Se limita a conducir por la autopista a una velocidad pasiva. El silencio se apodera del auto haciéndolo tan incomodo que desespera. Suspiro recostando mi cabeza en el asiento, mientras cierro los ojos. Me siento tan cansada, a penas son casi las dos y media de la tarde y siento como si hubiera corrido dos cuadras. Quiero ducharme, ponerme algo cómodo y dormir.
Dormir hasta mañana sin nadie que me moleste. Simplemente descansar y poder estar tranquila. Sin nadie que me esté reclamando o este molesto por un simple chico insignificante que no me gusta en lo más mínimo. Y si, estoy hablando que no deseo en este momento quedarme junto a él. No así, cuando está tan cabreado por una cosa que no tiene ni sentido. Porqué el tema con Jackson no tiene ni el más mínimo sentido. Pensándolo, ni siquiera debo de estar matándome por el tema. ¡Dios mío! ¿Podré tener un día tranquilo? ¿Un día como los que tenía antes de que comenzara todo esto?

Cada vez escucho el sonido del auto más lejano. Cada vez me siento más ligera. Hasta que por fin me quedo dormida.

~~

Abro los ojos lentamente mientras siento que algo acaricia mi mejilla. Topándome con la intensa mirada de Omar sobre mi. Aún tiene la mandíbula tensa. Pero ligeramente se nota menos molesto, o es lo que parece.

— Hemos llegado – me informa plantando un inesperado beso en mi frente.

Miro a mi alrededor y me llevo la grata sorpresa que no estoy frente a mi casa. Si no, dentro de su garaje. ¡Ya sabia yo! Le he dicho que quería estar en mi casa. Ya veo que ha echo lo que quiso en cuanto vio que me quede dormida. Lo pienso, no tengo ganas de peleas.¡No más! Así que me desmontó sin darle tiempo a que me abriera la puerta como siempre hace. Pone mala cara.

— ¿Estás molesta conmigo?

— ¿Qué tú crees? – presionó el botón del ascensor.

Las puertas se abren rápidamente y entro. Omar entra justo después de mi y comenzamos a subir. Siento su fuerte mirada sobre mi. Ahora que sabe que estoy molesta intenta de arreglar las cosas. Claro que lo está haciendo. A intentado de agarrarme la mano y lo he evitado. Me cruzo de brazos y deseo que rápidamente lleguemos al piso.

— ¿Vas a seguir así conmigo?

Le miro.

— ¿Tu vas a seguir así?

Las puertas del ascensor se abren y los dos pasamos casi al mismo tiempo. Entrando por el vestíbulo me agarra del brazo y me empuja contra la pared.

— No te pongas así conmigo – se acerca peligrosamente a mis labios. Me tienta. Me observa.

Uno de sus brazos por encima de mi cabeza y la otra me sujeta fuerte de la cintura. Pegándose ligeramente a mi cuerpo. Le siento, su miembro comienza a endurecerse.

— Debes confiar más en mi. – le digo. Relamiendo mis labios. Su proximidad me desespera. Me lo quiero comer.

¿Dónde quedo mi enojo? ¿Desapareció? ¿Cuándo?

— Confió en ti. Pero en ellos no. –  jadea. Está tan cerca de mis labios que podría morir.

Mi respiración se acelera. Quiero besarle, quiero que me haga suya. Quiero tenerlo entremedio de mis piernas gimiendo. Pero me contengo. No ahora. No es el momento. Aunque lo desee como una perra en celo.

— ¿Entonces porqué te pones así conmigo? – no lo soporto, saco mi lengua y la pasó por sus labios. Tentándole. ¡Dios!

Vuelve a jadear y restregarse contra mi cuerpo. Siento toda su erección.  Pero no hace nada. No nos besamos simplemente así. Tentándonos, llenándonos de deseo.

— Se acabo el tema... – me besa.

Sus labios se estampan con los míos de una forma fuerte. En un beso tan lleno de deseo que podría correrme de la intensidad. Su lengua entra y sale de mi boca. Juntándose con la mía en un vaivén magnífico. Su tibia y húmeda lengua entra a mi boca, tan suave.

— Disculpen...

Rompo el beso.