Capitulo 38

13.7K 817 36
                                    

Días después...

— Un trabajo excelente, Alina. Si sigues trabajando así seremos imparables.

Intentó a toda costa de forjar una sonrisa no muy satisfactoria.

— Eh gracias. Intentó de avanzar lo más que pueda.

— No te preocupes hija. Vas muy bien. Personalmente me ofrezco en ayudarte en todo lo que pueda.

— Agradezco su amable gesto. Sería un placer para mí... – Alcanzó ver la hora en el reloj que ocupa una gran parte de la pared de su oficina. — Es un poco tarde. Deberías de irme. Si no le molesta.

— Son casi las seis y media. Ve con cuidado. Te veré mañana. – me sonríe con mucho cariño. 

Me despido con un gesto de cabeza y salgo de su oficina. Hace cinco días que comencé mi trabajo aquí en la editorial. No puedo negar que me ha ido bastante bien. Sin contar el animo que traigo desde lo ocurrido con él. Si, hablo del padre de Ciara. Uso todas mis fuerzas para evitar pensarlo. Pero se me hace imposible. Mencionar su nombre es como hecharle limón a la herida. Pero de igual forma he intentado seguir adelante. No es la primera vez que sufro por él. Aunque esta vez ha sido demasiado de fuerte. Tal vez no escuche todo, lo sospecho. Pero quedarme hubiera sido mucho peor. Su vida pasada es dura de digerir y por el momento no se me apetece llorar en pleno trabajo. La señora Eva Williams es una gran persona. Trabajo literalmente para ella. Es la responsable de querer una autora joven que se animara a escribir un poco de erotismo. Sabe que se arriesga un poco pero tiene mucha fe en mí que realmente le agradezco.

Recojo mi bolso, la laptop y salgo a toda prisa por las grandes puertas de cristal. Rápidamente subo a mi auto y me pongo en marcha. El camino a casa no es tan largo. A esta hora no hay mucho tráfico que se diga. Me mantengo a una velocidad calmada. Mientras un silencio sepulcral invade todo el Audi. No tengo ánimos de escuchar música. No tengo ganas de nada. Solo quiero llegar a casa darme un baño y dormir. Bueno no diría dormir del todo. No logro librarme de su rostro ni en sueños. Y la verdad es demasiado de doloroso.

Al llegar al apartamento es el mismo silencio que hace un rato o hasta uno más deprimente. Hender se mudó hace cuatro días. La echo de menos, aunque no lo crean. No compartimos mucho pero mínimo se escuchaba otro tipo de movimiento en este lugar. Dejo mis cosas en la barra de desayuno y sigo mi camino a la habitación. Directo al baño y me meto a la ducha. El agua cae fría sobre mi espalda. Pero no me muevo simplemente cierro mis ojos y me dejo arrastrar por el mismo pensamiento que me ahoga una y otra vez. "Nunca fuiste Nadie. Solo te enseño a follar" Tal vez si hubiera venido de otra persona no lo hubiera sentido tanto. Pero
¿de él? Destrozo mi vida por completo, me siento utilizada. Siento como si hubiera sido un juguete. Una estúpida Virgen que le entrego todo a la persona equivocada. El gran error que cometí al enamorarme de él. ¿Porqué no sólo lo tome como juego? Como había pensado desde un principio. ¿Porqué tenía que gustarme tanto? Las lágrimas salen de mis ojos y se cuelan con las gotas de agua que me empapan por completo.

Y así se vuelve mi rutina de estos últimos cinco días y los que faltan: Despertar, ir a la editorial, llorar y intentar dormir. 

A la mañana siguiente todo va normal en el trabajo. Excepto por el idiota que queda continuo a mi escritorio. Al parecer es un gran escritor de Fantasía. Pero para mí es el idiota más grande te toda la ciudad. Se la pasa haciéndome preguntas, preguntas personales. La verdad es que me molesta bastante.

— ¿Salimos hoy?

—No. Déjame trabajar. – sigo en lo que estoy. Pero se levanta y se coloca justo al lado de mi.

— ¿No eres muy bonita para ser tan amargada?

Levantó la mirada, lo fulminó con ella y cuando estoy a punto de mandarlo a la verga Eva aparece.

— Leonardo deberías de estar trabajando en vez de seguir molestando a las chicas. – demanda en voz autoritaria.

Eso basta para que el imbécil se largue. Le doy las gracias con una sonrisa forjada. Mientras Eva me mira con lastima. No sabe mucho de mi vida personal. Pero supongo que mi cara deprimente le da una gran idea.

— Es tarde. Deberías de ir a casa.

Levantó nuevamente mi vista al reloj. Efectivamente, es mucho más tarde que ayer. Son las siete de la noche. Ni cuenta me había dado de esa hora. Y así pasa uno, dos, hasta tres días más...

Despierto sobresaltada por un persistente sonido. Estoy en el medio de la sala. Tirada en el suelo. Todas las luces apagadas. Ni siquiera sé qué horas es, debe ser tarde. Esta oscuro, tanto que apenas logró ver mis manos. Me levanto poco a poco hasta que doy con uno de los interruptores de luz. Encendiendo una de las luces de la sala. Compruebo que el persistente sonido es el pequeño interruptor avisando que alguien llama a la puerta.

— ¿Si? – hablo en un murmuró casi inaudible. Me duele la cabeza.

— Gracias a Dios...
Dice una voz bastante alarmada. La reconozco al instante.

— ¿Ciara?

— Déjame pasar. Necesito comprobar que estas bien...
Su voz sigue siento alarmada.

No contesto solo hago lo que pide y cómo puedo camino hasta la puerta y la espero. Me toco la cabeza, late tan fuerte que siento que en cualquier momento mis ojos saldrán de mi rostro. Instantáneamente noto lo caliente que está mi cara.

Cuando me doy cuenta está frente a mí, con una cara completamente roja. De sus ojos comienzan a salir lágrimas y se me abalanza encima llorando. Lucho para no caer al suelo por él impactante abrazo. Mientras intento de ver a través de su pelo. Frunzo el ceño intentando de averiguar qué es lo que pasa. ¿Qué la tiene así? ¿Porque está aquí? Y lo más importante ¿cómo sabe dónde vivo?

— Ciara...¿Qué pasa?

— Estaba tan preocupada por ti...pensé que te había pasado algo. Llevo llamando a la puerta más de veinte minutos, estaba apunto de llamar a la policía...tus padres no deben de tardar en llegar. No sabía qué hacer. Casi me muero pensando que te había pasado algo...

Dice casi sin respirar y muy rápido.

— No puedo respirar... – logró decir por el fuerte abrazo que me está dando.

Me suelta rápidamente y me mira. Levanta su mano derecha y la posa en mi frente. Sus ojos me miran preocupada.

— Tenes calentura... Necesitas que se baje. Ven y dime dónde está el baño.

Me agarra de la mano y se encamina dentro del apartamento cerrando la puerta. Le señaló el pasillo que da a mi habitación y entra rápidamente y me guía hasta el baño. Me obliga a quitarme lo que traigo puesto. Quedo en top y bragas y me obliga a meterme debajo del chorro de agua. La siento muy fría pero ella me mantiene sin que pueda moverme. Cierro los ojos mientras mi cuerpo comienza a sentirse mejor y como me relajo debajo del agua. La escucho sermonearme. Me reclama varias cosas que en este momento no logro prestar atención. Un pensamiento trae a otro y vuelve a perturbarme, una y otra vez. Haciéndome sentir débil y vulnerable. No sé porque está aquí. Pero me gusta que viniera. La extraño y que esté aquí me da un poco de alegría. Aunque me arrastra aún más sabiendo quién es. Recordando desde la primera vez que lo vi. Fue por ella. Si no hubiéramos sido amigas jamás hubiera pasado todo de lo que estoy arrepentida. Dolida, pero sobre todo usada.

Cuando abro los ojos esta viéndome. Tiene la nariz roja por el llanto. Trae una toalla con ella y una muda de ropa. Mientras la deja en la pequeña mesilla que da a esquina en el baño. Me tiende la mano para que salga de la ducha y me envuelve en la toalla.

— Cámbiate, estaré afuera.

Lo hago sin decir una palabra. No sé qué decir. Me siento extraña. Hace mucho que no está así. Que no está aquí como mi amiga. Se siente raro pero gratificante volver a sentir y ver a la que aún consideró como mi hermana perdida. Salgo secando mi cabello con la toalla. Pero cuando levantó la vista tiene el secador en la mano y me hace una seña para que me siente en la cama. Camino perezosamente hasta ella y me siento. Comienza a secarme mientras veo su reflejo en el espejo que da frente a la cama. Sigue sobrando por la nariz y como sus ojos y nariz siguen rojos. Me seca el cabello con mucho cuidado. Mientras observo lo que está haciendo.

Enamorándome de Tí (+18) # 2 [Segunda Parte] {Completa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora