Capítulo 35

16.4K 977 92
                                    


Abrí los ojos lentamente, había bastante oscuridad en la habitación. Tarde un poco en darme cuenta que estaba completamente sola en la habitación de Omar. También tarde en notar que la repentina oscuridad se trataba de las cortinas cerradas impidiendo a todas costa que la luz de la mañana entrará para despertarme. Me dolía un poco la cabeza y la vista. A decir verdad me sentía completamente mal. Refunfuñe desgastada al notar la hora, era temprano. Quite la inmensa manta que tenía cubriendome, dando un respingón por el frío que me había invadido el cuerpo de momento. Alargue la mano y encendí la luz de la lámpara que estaba a mi lado izquierdo. Llevaba una camisa de manga larga de Omar, debajo de esta solo las bragas color azul cielo que me había puesto ayer. Pare en seco cerrando los ojos. No recordaba que se hubiera cambiado. Levanto las manos y me masajeo la cien pensando. Vagos recuerdos venían a mi uno por uno, recuerdo que le pedía perdón y que él me guió hasta su habitación. Me quitó la ropa y me obligó a ponerme una suya. Mientras yo estaba como una gata en celo restregandome contra su cuerpo.

Abro los ojos de momento, por Dios Alina. ¿Desde cuando eres tan ofrecida? Recuerdo claramente la estúpida sonrisa que le adornaba el rostro cada ves que lo incitaba a tener sexo. Como aguantaba la risa cuando de mi boca salía que quería que me follara. ¡Basta! Me levanto de prisa tropezando con el borde de la alfombra y callendo al piso de cara. Me incorporó maldiciendo por lo bajo y metiéndome en el baño. ¿Con que cara lo voy a mirar ahora? Tal ves no sea tan grave... Claro que es grave. Jamás me había comprobado así con él. ¡Nunca! Se que hemos tenido mucho que ver y que no sería la primera ves que tenemos algo sexual. Pero de hay a que yo le pidiera tan perra que me follara. Después que él estaba tan molesto. Se estará riéndome de mi con eso. Ya me lo presiento.

La ducha larga sólo ha hecho que me sienta un tanto calmada. No quiero saber más, hubiera sido perfecto si no hubiera recordado nada. Razón número dos por la cual no suelo beber. Se me da muy mal y prácticamente es un peligro ya que se me bajan las bragas solas cuando tengo alcohol en mi sistema. Salgo envuelta en una toalla que apenas me tapa el trasero. ¿Desde cuando son tan pequeñas? Busco con la mirada la habitación y logro ver el pequeño maletín que traje ayer con algo se ropa, cuando lo revisó esta vacío. Fruzo el ceño, hasta que siento la puerta de la habitación abrirse.

— Buenos Días. – su voz hace que un escalofrío inmenso me recorra toda la espalda y como en menos de un segundo me siento tan nerviosa que la respiración se me acelera.

"Por favor Dios que no se le ocurra sacar el tema de ayer. Por favor, aún no estoy preparada"

— ¿Sabes dónde esta mi ropa? - ignoro por completo su saludo. Ni siquiera se que estoy pensando. Sólo quiero vestirme. Apuesto que se me ve mitad de culo con esta toalla. Y la verdad no me hubiera importado en lo absoluto si no hubiera sido tan ofrecida ayer. "Cálmate Alina, no es para tanto"

— Esta en el ropero...

Siento sus pasos acercándose pero me muevo y me meto dentro, él entra justo después de mí mientras yo me quedo estática. ¿Y esto?

— De eso quería hablarte ayer...

Se acerca y me rodea con sus brazos, abrazándome por la espalda. Descansa su cabeza en mi hombro. No se ni que pensar al mirar todo lo que tengo frente a mi. La última ves que estuve aquí todo su ropero consistia de ropa de hombre, y ahora... Dividido perfectamente, lado izquierdo sus cosas y lado derecho ropa de mujer. No se ni que opinar al respecto, sólo intento de caminar. Omar me sigue, trajes, ropa casual, zapatos, accesorios...etc, etc. Todo lo que una mujer suele tener en su ropero, todo perfectamente acomodado y con etiquetas. Me giro despacio a mirarlo, esta a unos cuantos pasos de mí, observandome con expresión calmada pero un tanto preocupada. Le señaló el lugar derecho de su ropero.

— Es para tí... Te pedí que trajeras unas cosas, no me hiciste caso. Así que compre algunas cosas... – se encoge de hombros despreocupado.

— Traje unas cosas... Espera... ¿Unas cosas?– me cruzo de brazos. Recuerdo perfectamente que traje unas mudas de ropa. Y que justo en la bolsa de ayer traje más. ¿pretendia que llenará su ropero?

— ¿No te gusta? – ignora lo que he dicho y se mete las manos a los bolsillos de su pantalón de vestir.

— No tiene que ver si me gusta o no Omar. ¿No es muy exagerado?

— No.

— Claro que lo es. Demasiada ropa. Sólo me quedo aquí de ves en cuando Omar.

— Otra cosa que quería que habláramos...– su expresión cambia a una sería pero cautelosa. Me mira de arriba a abajo. — Luego que te vistas, no puedo hablar contigo así. – sonríe de momento.

— ¿Qué?

— Se te marcan muy bien los pechos cuando te cruzas de brazos...

Bajo los brazos rápidamente y el reprime una carcajada, negando con la cabeza. Se acerca amenazante.

— Cuándo te vistas hablamos gatita... – me susurra en el oído y desaparece dejándome con los ojos bien abiertos.

¿Desde cuando me dice así? ¿Desde cuándo es tan informar conmigo? Ay no. ¿Que más hice ayer en la noche?

Estoy sentada en el borde de la cama, han pasado unos largos minutos desde que se marchó. Me he vestido con algo lindo de lo que a comprado. Un vestido color pulpura, pegado de la cintura para arriba con una linda falda suelta hasta la rodilla. Unas medidas negras hasta los muslos y unas botas. Mi pelo naturalmente... No puedo dejar de pensar en lo que ha dicho. "Gatita" Sacudo la cabeza suspirando demasiado alto. Intento recordar más, pero lamentablemente no llega nada. "¡Oh por Dios!" Es demasiado para mi. Me animo después de otro rato a salir, vamos a ver qué tiene que ver todo esto. Paso por el pequeño pasillo, por la sala y entro a la cocina. Esta sentado en la barra de desayuno, mirando el periódico. Lici esta preparando el desayunó.

— ¡Buenos días! – me siento a su lado mirando lo que hace Lici.

— Buenos Días mi niña ¿Fruta?

— Si...

Miro de reojo a Omar y está en la misma posición. Hasta que nota que lo estoy mirando y baja el periódico. Tiene una expresión divertida en su rostro y me temo que es por lo de "Gatita" le sostengo la mirada pero luego la apartó por el reciente rubor que comienzo a sentir en mis mejillas.

— Te ves hermosa...

Dobla el periódico y se gira completamente a mirarme, vuelvo a mirarle y le sonrió.

— Al parecer tienes buen gusto...

— Ciara me ayudo.

— ¿Qué?

Se encoge de hombros quitándole importancia y mira de reojo a Lici. Ella sirve el desayuno rápidamente y se marcha.

— ¿De qué íbamos a hablar? – tomó una postura sería.

— Quiero que te vengas a vivir contigo.

Enamorándome de Tí (+18) # 2 [Segunda Parte] {Completa}Where stories live. Discover now