Enamorándome de Tí (+18) # 2 [Segunda Parte] {Completa}

Capitulo 30

Los minutos comenzaron a transcurrir y nada fuera de lo normal paso. López se mantenía de la misma manera que hace un rato. Le observe unos segundos, en otro momento hubiera pensado en lo raro que es. Es de esos tipos que por más extraño que sean, llaman la atención. ¿Ilógico no? Cuando me di cuenta estaba ya frente a mi casa. Vi mi auto perfectamente estacionado enfrente. Eduardo detuvo el coche detrás de mí Audi.

— ¿Es aquí? – pregunto echando su cuerpo para adelante observando el lugar. Parpadee unos minutos mirándole.

— Si... Gracias por traerme. – le regale una sonrisa sincera. Él me la devolvió bastante amigable. Hice el amago de bajarme pero me lo impidió.

— ¡Espera!

Lo mire confundida. ¿Qué rayos quiere ahora? Suspiró un poco, y luego puso una expresión pensativa.

— Alina sé que me evitas, lo he notado. Pienso que es a causa del mal entendido en la universidad. Lamento mucho si te incomode cuando sople tu cuello. De verdad lo lamento.

Parecía ser sincero, aunque no estaba segura si tomar el riesgo de creerle. ¿Podía creerle? Si, en otro momento tal vez. Y si no hubiera sabido lo que ocurrió. Se que no es cosa que me incumbe, es su pasado. Y total y no debería de molestarme en lo absoluto. Solo pienso en Omar, mi podré hombre. Definitivamente no le agradaría saber que estoy en el auto junto con el imbécil que le traicionó. La cabeza me da vueltas y ligeramente comienza a dolerme. No sé ni que pensar. No tengo porque darle tanto casco a este tema. Eduardo es un simple profesor que no me interesa en lo más mínimo. En ninguno de los sentidos. ¿Porqué siquiera ando pensando en esto?

— La verdad es que si me ha incomodado. Pero ya pasó. Tampoco le ando dando tanta importancia. Solo deberías de pensar antes de soplarle el cuello a una chica que apenas conoces. – hablo sincera. Sin una gota de desprecio o enojo a su persona. Más bien siento que estoy hablando con un conocido o un amigo.

— Gracias por el consejo – me sonríe de oreja a oreja. Me sorprende pensar que tiene una sonrisa bastante linda.

— De nada. – le devuelvo la sonrisa y me desmontó del auto. Noto que él lo hace también.

— ¿Qué te parece si cenamos algún día? – pregunta de momento. Le miro arqueando una ceja. Él no ha entendido. No, tengo novio.

— Algún día – río negando con la cabeza. Me lo tomo con un poco de humor. Sueña Ed sueña.

— Hablo en serio Alina.

— Si, yo también

— Eso es un no... ¿cierto? – sonríe burlón. Se lo ha tomado con humor. No puedo evitar reírme de él.

— Deberías de saberlo... – comentó entrando a mi casa.

Subo rápidamente y entro a mi departamento. Dejó el bolso en una de las sillas y voy directo a la ventana. Él está en la misma posición que le he dejado. Tiene una sonrisa despampanante en el rostro. Nota que le observó y levanta su mano en forma de despedida. Le devuelvo el gesto, él vuelve a sonreír y antes de subirse a su coche hace un gesto con un guiño. Frunzo el ceño, observó como el auto desaparece de mi vista. Sonrió. Pequeño idiota. Agarro nuevamente mi bolso y bajo. Me subo a mi Audi y me pongo en marcha al departamento de Omar. Conectó mi móvil a cargar mientras llego. Cuando tomo la autopista el interruptor del coche me marca que tengo una llamada. La tomo.

— ¿Hola?

— Señorita Hurley...

Esa voz... ¿Roben?

— ¿Roben? – mi voz suena totalmente asustada. Que nada le haya pasado a Omar. Por favor...

— Señora... El señor me ha mandado a llamarle. – se queda callado.