Enamorándome de Tí (+18) # 2 [Segunda Parte] {Completa}

Capitulo 12

Escucho algo lejano, algo que cada vez suena aún más fuerte. Es persistente, una y otra vez. Gruño, giro mi brazo intentando de tocar. Toco algo duro. Abro los ojos. Es mi teléfono. Arqueo una ceja. Había pensado en otra cosa. Una bastante distinta. Es él quien tiene ese persistente ruido. Una pequeña melodía. Tan suave pero a la vez tan desesperante. Le agarro sin mucho animo. Realmente odio mi teléfono. Es tan destruye sueños. Miro la pantalla. El nombre "Papá" junto a su foto que toma gran parte de la pantalla. ¿Porqué a esta hora? Miro la hora. 10:30am. Abro los ojos como platos. ¡Demasiado tarde!

Contesto.

– Hola Pa' – mi voz se escucha soñolienta.

– ¿Despertando a estas horas? – tiene un tono de voz bastante animado.

Gruño.

– Es bastante tarde corazón – ríe.

– Igual es lindo dormir. ¿Sabes?

– Tan dormilona.

– Tengo a quien salir – Sonrió

– Te llamaba para preguntarte. ¿a qué horas vienes a casa hoy?

Recuerdo lo que había hablado con Omar en la noche. Realmente espero que acepte. Lo dudo aún pero aún así. Debo intentarlo.

– ¡Ah! papá de eso quería hablarte...

– ¿No me digas que te arrepentiste? – suena serio.

– No, no papá. Todo está igual – me levanto de la cama con desgana.

– ¿Entonces?

– ¿qué te parece si paso por ti y vamos a su casa?

Gruñe. Me quedo estática.

– ¿Porqué a su casa?

– Me comentó que había preparado algo. Un almuerzo y me parece bien. ¿No lo crees así?

– No, no lo creo así. Debería de venir a nuestra casa. – está serio.
Bastante serio.

¡Ay no! ¡No! Papá ahora no.

– Anda papá. – suplico.

Suspira. Se queda callado unos segundos.

– A las 12:00 iré a tu casa. Nos iremos juntos.

Sonrió de oreja a oreja. Solo queda suplicar un poquito y papá cae rendido. Espero que sea igual de fácil en cuando se entere de todo. Realmente espero eso. Luego de cortar la llamada me fui directo al baño. Luego de hacer los deberes mañaneros salí un poco pensativa. ¿Dónde está Omar?

— ¿Omar?

— Estoy en la cocina – responde rápido. Sonrió de medio lado.

Entro, está sentado en una de las sillas de la barra de desayuno. Ya está muy bien vestido. Arqueo una ceja.

— ¿Ya tan arreglando? – depósito un casto beso en sus labios. Él lleva sus manos hasta mi cintura y me atrae hasta su cuerpo.

— Tengo que resolver unos asuntos. – me da otro beso. Pero le detengo.

¿Cómo? ¿Qué asuntos?

— ¿No has olvidado lo de mi padre verdad?

Me mira serio.