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8 de Mayo del 2016 (Un mes después)

Salgo del trabajo, cansado, con sueño y harto de esta rutina. Camino hasta mi casa extrañando mi maldito auto. Por suerte estos son los últimos días y luego nos vamos.

Ya tenemos pasajes y fecha para irnos a La Plata el 12 de Mayo. No puedo mas de la ansiedad y los nervios. Llego a mi casa y comienzo a hacer las maletas. Mamá me ayuda a ordenar mi cuarto para poder dejarlo en buenas condiciones cuando me vaya. Esta muy callada... Y cuando está así es porque quiere hablar algo conmigo. Larga un suspiro que yo lo intuyo como un detonante.

— ¿Que pasa mamá?

Alza la mirada y puedo ver que esta triste.

— ¿Cuándo volverás?

— Cuando tenga todo organizado... vendré seguido... lo prometo... No te preo...

— Dime que esto no es por esa chica Ivanna Ramírez. — Me interrumpe de golpe.

Doy un respingo. Mierda. Me quedo callado un momento mientras la miro sin saber que mierda decir. Estoy totalmente atónito.

— ¿A qué te refieres?

No se que decir. No puedo creer que mamá se diera cuenta. De repente me siento con el corazón en la boca, me siento aterrado... asustado de que mamá interfiera en mis planes.

— Por supuesto que no. — Le suelto intentando sonar ofendido.

— ¡Julián, yo te di a luz! ¡Te conozco como la palma de mi mano! — Larga un suspiro, cansada mientras cierra los ojos. — Desde que ella se fue, intentaste suicidarte, bajaste de peso, estas más agresivo que de costumbre y ahora mágicamente te vas a donde está viviendo ella... dime que mierda te está pasando o te juro que lo averiguaré yo misma.

Abro los ojos como platos y trago grueso. Pocas veces mamá dice groserías... sólo cuando está muy enojada o nerviosa.

— Tenemos una relación a distancia... — Digo lo primero que se me ocurre. — Todo lo que me pasó este tiempo no tiene nada que ver con Ivanna... al contrario... ella es mi novia y me ayuda muchísimo.

Se me queda mirando, como estudiandome y yo ruego por todos los santos que los nervios no me jueguen en contra.

— Esta bien... Sólo espero que me digas la verdad.

Asiento repetidas veces. Mamá se va de mi habitación en busca de otra maleta para poder llenar. Cuando me quedo sólo en la habitación siento como todo mi cuerpo se relaja.

Eso estuvo cerca.

                              ~•~

12 de Mayo del 2016.

Pongo todas mis maletas y mis cosas en el bus que va a ir rumbo a La Plata. Me despido de mi familia prometiendole por décima vez a mamá que volveré pronto y luego subimos a nuestros asientos.

Oficialmente mi plan acaba de empezar. Martín me cuenta que gracias a sus padres ya tiene auto y departamento asegurado para él. Mientras yo estoy buscando una casa para comprar y una oficina en alquiler para poder empezar nuestro negocio.

Con los contactos de mi padre todo será mucho más fácil pero espero que en menos de un mes poder volver a encontrarme con Ivanna. Incluso estoy pensando cuando la veré... después de todos estos meses. Cuando la tocaré... Cuando la besaré... Cuando me acostaré con ella.

Saco esas ideas de mi cabeza por ahora... No puedo adelantarme tanto. De otra forma, cuando ponga un pie en La Plata, lo primero que querré hacer es ir a buscarla... Y no puedo hacer eso.

                               ~•~

Me acerco a la laguna. Estoy desnudo de la cintura para arriba, solo llevo unos jeans y estoy descalzo. La oscuridad de la noche no me asusta pero puedo notar que el agua de esta laguna me atrae y al mismo tiempo me pone nervioso.

Me acerco a la orilla consciente de que puede ser muy peligroso. Me pongo de rodillas y miro el agua mientras un bosque turbio me rodea. El agua que ahora luce negra por la noche, se mueve.

Me acerco más sientiendome atraído por ese peculiar movimiento. De repente siendo perfume a flores en el aire. Cierro los ojos, saboreando ese aroma familiar que tiene su piel. Cuando abro los ojos, me quedo petrificado. Ella...ahí... toda hombros pálidos, cabello negro y ojos oscuros.

Amor mío... — Susurro sin darme cuenta.

Ella sonríe. Ahí... metida en el agua... rodeada de oscuridad... brilla. El inicio de sus pechos apenas se asoman por el agua oscura. A penas puedo contenerme para no saltar al agua y abrazarla. Me acerco a gatas sin dejar de mirarla fijo.Veo como ella se acerca... Ven aquí... Ven a mi.

Estoy exactamente en la orilla del agua cuando tengo su rostro a escasos centímetros. Mi sonrisa se hace más amplia. Levanto mi mano para acariciar su rostro.

Ivanna...

Su nombre sale como un castigo de mis labios. Cuando mis dedos tocan su rostro siento su mejilla fría e inmediatamente me siento aterrado. Abro los ojos como platos. De golpe sacas sus brazos del agua y me toma con fuerza de los míos. Tiene los brazos morados y las uñas negras. Como si fuera una especie de monstruo.

Intento zafarme y alejarme de ella. Cuando la miro a los ojos veo que su amable expresión se transforma en una macabra sonrisa que ni siquiera le llega a los ojos. Lucho contra su agarre pero no logro soltarme. Me tira hacia el agua.

¡Suéltame Ivanna! — Grito, desesperado.

Muere. — Contesta con voz suave.

Caigo al agua, con sus brazos rodeándome. Siento que me empuja hacia el fondo de la laguna. No puedo respirar y siento pánico. Lo último que puedo llegar a ver antes de que me suma en una oscuridad profunda es su cola de sirena... intento gritar con fuerza...

Abro los ojos de golpe ¡Mierda! Es de noche y estamos viajando a La Plata. Miro la hora. Son casi las 10 de la noche. Martín me mira de golpe perplejo.

— ¿Que tienes?

Intento recuperar el aire y meneo la cabeza.

— Nada... sólo una pesadilla.

Él asiente y luego le da toda su atención a su teléfono celular. Apoyo mi espalda en mi asiento e intento relajarme cuando en mi celular veo un mensaje de Liliana.

Encontré la manera de estar a tu lado Atte: Liliana.

Frunzo el ceño. Borro el mensaje y decido ignorar ese inquietante mensaje. Se me pasa por la cabeza que Liliana es conmigo lo que yo soy con Ivanna pero quito esas ideas de mi cabeza ¡Son cosas distintas! ¡No puedo compararlas jamás! Mi celular suena de golpe y me sobresalto. Es papá. Atiendo mientras mi cuerpo se relaja.

— Papá.

— ¡Hijo! Disculpa que te llame a esta hora, seguro estabas descansando pero con tu madre no podíamos esperar para contarte que encontramos una casa para tí ¡Y ya dimos el depósito!

Abro los ojos como platos ¡No puedo creerlo! Cuando llegue a La Plata, ya tendré mi casa.

Volver a verla. [2] (BILOGIA)Where stories live. Discover now