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10 de Junio del 2016.

Este últimas semanas fueron muy difíciles para mi. Viajamos con Martín a Saavedra para poder rendir los exámenes y por suerte, nos fue bien. Fue muy complicado para mi olvidarme de mis planes por unos días para poder rendir los exámenes pero por suerte lo peor ya pasó.

Ahora mi otro problema es saber como voy a juntar el dinero que me falta para poder seguir con mis planes de traer a Ivanna a mi casa. Es algo que me tiene muy nervioso. Mi negocio de bienes raíces recién está empezando pero sólo me deja margen para mantenerme a mi y a mi casa.

Trajimos a Gastón con nosotros para que nos ayude con lo que quiero hacer y me dijo que podría ganar dinero extra haciendo "trabajos" ayudando a gente a deshacerse de "plagas". La verdad es que no se si quiero hacer eso.

Desde que me puse un arma en la boca, mis amigos esperan que tome todas las decisiones. La verdad es que a veces dudo de que realmente este haciendo las cosas bien.... pero luego me acuerdo de ella, de su rostro, su cuerpo, su piel, de todo lo que la amo, las dudas se despejan y decido seguir adelante.

Ahora estamos volviendo del centro de la ciudad con Martín. Compré un colchón para poner en el sótano y las máscaras de Guy Fawkes para que Ivanna no nos reconozca. Conduzco rápido.

— Creo que aceptaré el trabajo que me ofrece Gastón.

Martín me mira de golpe.

— ¿En serio? ¿Sabes que es ilegal no?

Fuerzo una sonrisa.

— Socio... todo lo que haga desde ahora será ilegal.

Se queda en silencio.

— ¿Y crees que te dejaré ir sólo? — Me pregunta.

Niego con la cabeza.

— Por eso te estoy avisando con tiempo.

Gastón se está quedando en mi casa por ahora. Cuando me estaciono afuera de mi garage sale a recibirnos. Ni siquiera lo saludo.

— Quiero aceptar el trabajo que me ofreciste.

Levanta las cejas sorprendido y luego asiente antes de meterse a la casa. Seguro pensó que no aceptaría porque tengo demasiadas ilegalidades en mente para hacer pronto... Pero la verdad es que necesito el dinero.

Martín y yo nos sentamos en el sofá para que Gastón nos explique todo de una vez. El trae un papel con dos números de teléfono. Miro el papel ilusionado. Gastón y Abel (nuestro empleado en la sucursal) se iban a encargar de averiguar todo sobre Ivanna. Donde vive, con quien, donde trabaja y sus horarios.

Todo el tiempo me contengo de preguntarle que sabe, si averiguó algo, si tiene su número, simplemente estoy desesperado por saber algo de ella. Quiero verla, sentirla, tocarla... con sólo pensarlo. Me vuelvo loco. Gastón se sienta en frente nuestro y comienza a hablar.

— El Doctor Eduardo Espinola tiene dos hijas, Martina y Carolina. Me dijo que eran lo más importante para él...

Pongo los ojos en blanco. Que se ahorre la parte del drama.

— Una de ellas, Martina acaba de romper con su novio... el tipo la golpeaba. Y como seguro están pensando él no aceptó la ruptura y ahora no la deja en la paz. La amenaza a ella y a toda su familia. Eduardo quiere que nos encarguemos de que no moleste a su familia.

— Quiero conocer a Eduardo. — Suelto de golpe.

Gastón se queda callado un segundo y Martín me mira de reojo ¿Pero que les pasa? ¿Por qué me miran así todo el tiempo? ¿Acaso piensan que voy a cometer una locura? Finalmente asiente.

— Okey... voy a llamarlo. Tal vez lo veamos hoy.

                           ~•~

Estamos estacionado en la casa del Doctor Espinola. Es grande... podría decir incluso que es una mansión pero decido ignorar eso. Sale a recibirnos y puedo notar los nervios en su rostro.

— Gastón... — Saluda a nuestro amigo intentando mostrar cara amable.

¿Acaso piensa que somos unos psicópatas? Yo tal vez si, pero mis amigos son buena gente.

— Eduardo... ellos son mis amigos. Él es Martín y él Julián. — Nos presenta.

Le doy la mano y le sonrío. Es mejor calmar las cosas para que confíe en nosotros.

— Okey... pasen por favor y gracias por venir.

Entramos a el living de su casa donde su esposa está sirviendo café y cuando entramos nos mira con cara de susto.
Nos sentamos en el sofá a tomar café fingiendo que esto no es incómodo.

— El tipo se llama Emanuel... salió con mi hija aproximadamente por un año... pago lo que sea pero realmente necesito que lo alejen de mi familia.

— Sólo necesitamos los datos para saber en donde encontrarlo, después de eso, Julián y Martín se encargarán.

Él asiente. Luego le pide a su esposa que llame a Martina para que nos dijera los datos del tipo. Intento que Eduardo se relaje preguntándole sobre su familia pero veo miedo en su mirada.

Momentos después una joven entra en el living. Martín abre los ojos como platos y Gastón baja la mirada. Tiene el labio partido, un hematoma en el pómulo y el ojo morado, casi cerrado por la hinchazón ¿Pero que mier...?Me le quedo mirando y ella inmediatamente se ruboriza y baja la mirada. Tiene vergüenza... No quise avergonzarla.

— No se preocupen. Luego de que lo visitemos... No van a saber de él. — Le suelto para intentar tranquilizarlos.

Martina me entrega una hoja de papel donde están los datos personales de él tipo. Donde trabaja, donde vive y sus horarios. Se me pone la piel de gallina pero no importa. Sólo serán unos golpes y una advertencia. Sólo eso. No vamos a matarlo o a dejarlo paralítico.

Salimos de la casa acompañados del señor Espinola. El pobre hombre rompe en llanto cuando se asegura que su esposa o alguna de sus hijas no lo estén mirando. Martín y Gastón no saben donde mierda meterse pero sin embargo yo me siento extraño. Entiendo la sensación de que toquen lo más preciado que tiene uno.

— ¿Vieron como dejó a mi pequeña? ¡Por Dios! ¡Sólo tiene 17 años!

Lo agarro del hombro sin saber que hacer. Martín se le acerca y le da una servilleta de papel.

— No se preocupe señor Espinola, Julián y yo nos encargaremos.

Volver a verla. [2] (BILOGIA)Where stories live. Discover now