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La puerta se abre de par en par y yo entro al departamento. Me acerco a Julieta que esta tratando de ponerse de pie mientras me mira con terror en sus ojos. La tomo de los hombros y la samarreo.

— ¡Dime donde mierda está Ivanna!

— No lo sé Julián... — Me contesta con una expresión de terror.

Obviamente Martín viene a su rescate. Mi mejor amigo me toma de los hombros y me aleja de un fuerte empujón de su chica.

— ¡Julián maldita sea! — Me grita.

Veo de reojo que mis hombres acaban de cerrar la puerta del departamento. 

— Es una mentirosa, sabe muy bien donde está Ivanna.

— Te digo que no lo se, maldición... Salimos del hospital, fui a dejarla a tu casa, me despedí, me fui cuando la vi entrar y luego no se a donde se largó ¡Yo también estoy preocupada!

— ¡Mentirosa! — Le grito mientras tomo la mesa ratona que esta en medio de su living y la aviento contra la pared.

Julieta se tapa la boca con ambas manos, horrorizada y Martín me mira, furioso.

— ¡Ya te dijo que no sabe nada!

Siento como la furia comienza a picarme en el pecho y la cabeza. Es una mentirosa de mierda. Intenta protegerla de algo inevitable. Ivanna simplemente nunca podrá escapar de mí. Y por culpa de Ivanna... su amiga Julieta, terminará muerta. Saco mi revolver de la cintura y le apunto.

— ¡No, por favor! — Grita Julieta mientras cae de rodillas y se cubre la cabeza con sus brazos.

Le apunto a la cabeza mientras me tiembla la mano pero para su suerte no dura mucho. Martín se pone entre el arma y Julieta sin dudarlo. Levanto la mirada y me encuentro con Martín enojado, a punto de explotar.

— Baja esa mierda.

Bajo mi revolver despacio. Creo que fue demasiado para él. Si fuera por mí, afirmaría el cañón de mi revolver en su cabeza, por intentar engañarme.

— Creo que ya es tiempo de irnos. Fue un error pensar que actuarías con cordura. — Me suelta con voz dura.

Asiento.

— Claro que nos iremos, pero antes déjame dejar un pequeño mensaje. — Contesto mientras choco mi hombro con su pecho.

Me acerco a Julieta que aún sigue arrodillada en el suelo y me pongo de cuclillas a su lado. Ella respira con fuerza, asustada antes de levantar una mirada llena de odio. Vuelvo a repetirlo. Julieta es valiente.

— Sé muy bien que hablaras con Ivanna y cuando lo hagas quiero que le digas algo de mi parte. 

Levanto la mirada hacia Martín que se encuentra detrás de Julieta, por supuesto cuidándola de cualquier cosa que yo intente.

— Dile a tu amiga, que no podrá esconderse para siempre... y cuando la encuentre... lo lamentará.

Julieta se queda callada pero se bien que se lo dirá. Me levanto y simplemente la dejo ahí.

— Muy bien. Es todo. — Suelto con voz tranquila antes de salir del departamento.

Cuando salgo del edificio, veo que Martín se quedó un poco más. Quiere asegurarse de que Julieta esté bien. Maldita sea la hora en el momento que se enamoró de esa chica. Entramos a mi camioneta con mis hombres de seguridad y luego de unos minutos, Martín sale del edificio, camina hasta donde estamos con la mirada baja y se sube a la camioneta en silencio.

Conduzco hasta nuestro trabajo y siento a mis hombres de seguridad bajar de mi auto, quedándome sólo con mi mejor amigo. Nos quedamos en silencio unos minutos. Espero a que me diga algo.

— Julián... — Me suelta con voz sería.

Levanto la mirada. 

— ¿Qué?

— Seré lo más claro posible contigo. Vuelve a amenazar a Julieta en cualquier sentido y te juro que no volveré a mirarte a la cara jamás.

Le regalo una media sonrisa ¿Eso es lo mejor que tiene?

— ¿Crees que podrás detenerme? — Le pregunto incrédulo.

Niega con la cabeza.

— Por eso mismo...porque no puedo detenerte es que estoy usando la última alternativa que me queda. O te alejas de Julieta o ya no seremos amigos. Me voy a largar a la mierda de aquí y cortaré todo lazo contigo.

Se me borra la sonrisa. No se que decir respecto a eso. Antes de que se me ocurra decir algo, se baja de mi camioneta y entra al edifico donde trabajamos. Está enamorado y lo entiendo pero no puedo evitar que Julieta me caiga mal. Además es la única que puede ayudarme a encontrar se nuevo a Ivanna. Todo es culpa de ella. No mía.

                               ~•~

Entro a mi oficina y me quedo trabajando un par de horas. De pronto siento música y risas afuera de mi oficina ¿Que esta pasando? Me levanto y camino hacia la puerta. La abro de golpe y salgo hacia el pasillo. 

Las risas se detienen cuando aparezco. Seguro tengo cara de pocos amigos. Hay globos colgados, una torta, bebidas y los vendedores que contratamos junto con las secretarias y los de seguridad están rodeando a Amparo, la señora de limpieza. Martín aparece con vasos pero la sonrisa también se le desaparece al verme. Pone los vasos en una mesa improvisada que armaron ¿Por qué todos me miran así? ¿Tanto miedo doy?

— Estábamos celebrando el cumpleaños de Amparo. Espero no te moleste.

Niego con la cabeza y le sonrío a Amparo.

— Si lo hubiera sabido, te habría comprado algo.

Amparo me sonríe y yo me siento a su lado.

— No te preocupes hijo. Todo esto es más que suficiente.

Nos reímos un largo rato luego de cantarle el feliz cumpleaños a Amparo. Estamos por cortar la torta cuando me doy cuenta que no hay cuchillo.

— En mi oficina tengo mi navaja ¿Puedes traerla? — Le pregunto a Martín

Este asiente y se pierde en mi oficina. Tarda un rato y luego sale con cara de preocupación. Deja la navaja en la mesa. Mientras todos aún conversan y ríen al son de la música fuerte, Martín rodea la mesa y llega hasta mi lado.

— Creo que deberías ir a tu oficina. Alguien te está esperando en el teléfono.

Lo miro, serio tratando de adivinar lo que le pasa.

— ¿Quién?

Traga saliva antes de contestarme.

— Ivanna.

Volver a verla. [2] (BILOGIA)Where stories live. Discover now