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Una semana después.

Abel, mi "empleado" entra por la puerta con nuestra comida. Lo miro de reojo mientras me dejo caer en mi sofá, sintiendo más ganas de dormir que comer.

— Estoy agotado y muerto de hambre. — Suelto con voz ronca.

Abel deja una bolsa de papel en frente de mí.

— Te traje una hamburguesa. Martín dijo que vendrá después porque continúa amueblando la oficina.

Asiento mientras cierro los ojos. Hoy se cumple una semana desde que llegamos a La Plata y fue todo un maldito infierno. Partamos con que se me fue la mitad de todo mi dinero en la casa que mis padres eligieron para mí.

Por supuesto la casa me la vendió la compañía de mi padre que me la dejó mucho más barata de lo que sale. Es grande, con planta alta, rejas automáticas y un patio con piscina atrás. Pinte la casa de blanco y arregle que las puertas y ventanas sean negras. Este domingo vendrá una señora a ayudarme con la limpieza y a decidir donde poner los muebles.

Mientras me como mi hamburguesa pienso como Martín y yo a los dos días de haber llegado, pagamos un piso entero en un edificio de oficinas y esa noche dormimos ahí mientras lo convertimos en el piso en una sucursal de Bienes Raíces decente.

Por supuesto mi padre y mi tío vincularon sus sucursales con la nuestra y por ende podemos usar el nombre de la empresa... Gracias a eso ya tenemos varias ofertas de venta... Espero todo esto salga bien.

Miro a Abel comer su hamburguesa y sonrío pensando que empecé contratandolo para cortar mi césped y terminó ayudándonos en casi todo por sólo unos cuantos billetes.

¿Me pregunto que pensaría si le cantará absolutamente todo de Ivanna? Aún no es lo suficientemente confiable. Tendré que esperar un poco, pero la verdad necesito ayuda para el dia que vaya a buscar a Ivanna.

Terminamos de comer y luego mando a Abel a su casa. Estoy a punto de ponerme a lavar los platos cuando mi celular suena. Se me cruza por la cabeza que puede ser Martín pero un número terminado en 23 aparece en mi pantalla. Pongo los ojos en blanco. Es Liliana otra vez. Corto la llamada y la preocupación nace nuevamente en mi pecho.

Liliana me siguió hasta aquí. Un primo de ella vive a unos kilómetros de donde estoy viviendo y se aprovechó de eso para venir a perseguirme incluso aquí también. Intente convencerla de buena manera que no quería volver a verla pero ella insiste en buscarme y averiguar donde vivo. Pero de lo que no tiene idea es de que yo estoy más loco que ella. Si arruina mis planes con Ivanna, la mato.

Mi celular suena nuevamente y puedo notar que es su número. Mierda, ya estoy harto. Me seco las manos con torpeza y atiendo.

— ¡¿Qué pasa?! — Suelto enojado.

— Julián... — Me responde Liliana.

— ¿Que quieres?

Se queda callada unos momentos. Puedo sonar como un idiota pero ahora no tengo paciencia para ella.

— ¿Para qué carajo me llamas? — Pregunto nuevamente.

— Estoy afuera de tu casa.

Me quedo tieso. Miro hacia las ventanas que dan hacia mi jardín. Ya se está haciendo de noche y no noto a nadie afuera. Corto la llamada y me acerco a la puerta. No puede ser. Abro la puerta y miro para todos lados.

Entorno los ojos cuando la veo parada en una esquina, del otro lado de la reja de mi casa. Mirándome fijo, con el celular aún en el oído y como siempre descuidada y desalineada ¿Acaso no tiene nadie quien la cuide? ¿Por qué quiere que la cuide yo? Estoy más enfermo que ella.

Inmediatamente siento pena por ella.  Largo un suspiro y me acerco hacia la reja. Veo tristeza en su rostro y eso me dice que está lucida. Está desabrigada con un jean negro y un suéter color crema.

— ¿Que quieres Liliana? — Le pregunto suavizando mi voz.

— Quería verte... — Me contesta en voz baja.

Baja su celular y se agarra de las rejas. No puedo aguantarlo más. Se ve peor de lo que creí y no puedo dejarla parada aquí, en el frío. Abro la reja y la hago pasar. Ella entra sin quitarme la mirada de encima. Guarda silencio y observa mi casa.

Aún no está totalmente amueblada pero tengo un sofá, mi LCD y todos los muebles aún están tapados con sábanas y empaquetados. Le preparo un té, le doy uno de mis abrigos que ya no uso porque siento que va a morir congelada y luego me siento a su lado para poder explicarle por milésima vez que lo nuestro ya no puede ser.

— ¿Vives con tu primo?

Asiente.

— ¿Sabes bien que tú deberías seguir internada no?

— No quiero volver a ese lugar. No me dejarían salir jamás y tú lo sabes. — Me suelta con voz sería.

Me quedo callado un segundo mientras la miro fijo. No dura mucho cuando noto que baja la mirada.

— Ya lo sé... Pero ¿Qué otra cosa puedes hacer? Si sigues como vas, terminaras en la calle... o peor... muerta.

Intento hacer que entre en razón y por una milésima de segundo me pongo en el lugar de Ivanna tratando de hacerme entender a mí que ella no quiere estar conmigo. Quito esa idea de mi cabeza.

— Déjame pensarlo... — Me contesta al fin. — Pero la verdad es que yo solo me siento bien contigo.

Intenta abrazarme pero me lanzo para atrás, esquivando su afecto. No. Esto no puede ser. Ya no más.

— Lo lamento Liliana pero yo no soy bueno para tí... Lo nuestro empezó porque estaba perdido y creí que me ayudarías pero empeoró todo cuando descubrí que estabas más enferma que yo.

Ella parpadea frenéticamente como si no entendiera. Mi subconsciente aparece fugazmente.

"Así te ves tú cuando Ivanna intenta hacerte entrar en razón"

Ignoro totalmente mis pensamientos e intento explicarle.

— Y la verdad es que decidí mudarme hasta aquí porque estoy enamorado de otra mujer. Lo siento pero ya no puedo volver a verte y es mi última palabra.

Se queda petrificada y le tiembla el labio. Se levanta con fuerza del sofá y mientras lanza un sollozo corre hasta la puerta. La sigo porque tengo que abrirle el portón. Espero que se vaya a casa.

Cuando salgo hacia el patio abro el portón automático pero ella antes de salir se voltea hacia mi. Tiene mi abrigo puesto y la cara congestionada por el llanto. Ya no hay tristeza... sino odio.

— Lo lamento por tí pero no puedo controlarme. Esto no va a quedar así Julián. Lo juro. Ella me las pagara. — Me suelta.

Y con esto dicho se va, dejándome totalmente preocupado porque Liliana interfiera en mis planes para recuperar a Ivanna... O peor... que le haga daño.

Volver a verla. [2] (BILOGIA)Where stories live. Discover now