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El viaje se me hace eterno. La canción FAINT de Linkin Park suena a todo volumen en mi camioneta. Subo la velocidad. Quiero llegar ya. Me doy cuentan que la casa de Ivanna queda muy lejos de la mía. Eso me molesta.

Freno en un complejo de departamentos de cuatro pisos. Es bastante común y puedo imaginarme que este lugar es barato. Ivanna y Julieta viven en el segundo piso. Miro la dirección y cuando me doy cuenta que es aquí siento una puntada de nervios en el pecho. Es aquí. Ella está aquí. Me bajo de la camioneta. Llevo lápicera y papel por si quiero dejarle una nota.

Bajo de la camioneta, me pongo la capucha negra y camino hasta la puerta del edificio. Son dos puertas de vidrio, del otro unas escaleras y un ascensor. Uso la llave que dice ENTRADA. Por un momento tengo miedo de que la llave no funcione y en realidad estas no son las correctas... pero funciona, la cerradura gira y la puerta se abre. Me tiemblan las piernas.

Decido ir por el ascensor. Estoy demasiado alterado. Incluso puedo sentir mi respiración acelerada, apoyo la espalda contra el espejo del ascensor y cierro los ojos intentando calmar mis malditos nervios. El ascensor se detiene golpe, abro los ojos y las puertas se abren. Veo un pasillo de paredes color crema y puertas blancas.

Salgo del ascensor despacio. Las puertas se cierran detrás de mí. Me limpio la transpiración de la frente con el dorso de la mano. Miro la hora, las 12:45 de la noche. Seguro están dormidas... Tienen que estarlo. Me saco la llave del bolsillo. El número 23 está pegado en la llave que no use.

Miro la puerta número 20... doy unos pasos y me encuentro con la 21... mis pasos son cada vez más despacio cuando me topo con la puerta 22. Me siento mareado... bajo la mirada mientras avanzo. Veo una puerta blanca a mis pies. Levanto la vista sin alzar la cabeza. El 23. Ella está ahí. Ivanna esta ahí dentro.

Algo en mi se congela y de repente no puedo moverme. Es como si la sintiera por primera vez. Como si mi cuerpo sintiera que ella está ahí... Mierda. Me apoyo en la pared que está en frente de la puerta y me deslizo hasta quedar sentado en el piso ¿Cómo es posible que una mujer ocasione esto en mí? ¿Qué me hizo? ¿Cómo lo hizo? ¿Fue cuando la vi parada en la puerta del curso? ¿Cuando hablamos por primera vez? ¿Cuando la besé? Cierro los ojos recordando sus labios ¿O puede ser cuando le hice el amor? Me muerdo los labios y siento que no puedo aguantar ni un minuto más sin verla.

— Levántate maldito cobarde... y ve a verla. — Me susurro para mi mismo.

Me levanto lentamente del suelo, saco la llave de mi bolsillo y me acerco a la puerta. No se cuanto tiempo me quedo parado frente a lo que me separa de ella... pero saco fuerzas de donde no tengo, pongo la llave en la cerradura y la giro, abriendo la puerta.

Por suerte la puerta no rechina al abrirse. Cuando está por la mitad levanto la mirada, la luz me da en los ojos, parpadeo varias veces y miro hacia adentro.

Mi cerebro ni siquiera procesa lo que me rodea, el departamento o el pasillo detrás de mí, no veo como es, ni que tiene... lo único que pueden ver mis ojos es el ser maravilloso e increíble que está sentado en la mesa, justo en medio del living. Es... es ella. El amor de mi vida... la razón de mi locura... Es Ivanna. Mi Ivanna.

Me quedo totalmente petrificado y siento los latidos enloquecidos de mi corazón. Está dormida, con la cabeza apoyada sobre su brazo, sobre una carpeta. Mi corazón quiere salir disparado de mi pecho, mis piernas quieren flaquear y no me responden a las órdenes de mi cerebro. Su piel pálida, cremosa, suave, su cabello negro... larguísimo...  sus mejillas están levemente rosadas y sus labios carnosos... MIERDA. Adoro absolutamente todo sobre ella...

Es mejor que mis recuerdos, mejor que millones de fotos, incluso es como si nunca la hubiera visto en mi vida. Cómo si su recuerdo hubiera salido de un hermoso sueño que tuve alguna vez y recién ahora, mirándola, descubro su maravillosa existencia. Me obligo a moverme hacia adentro, lo más despacio posible. Cierro lentamente la puerta detrás de mí... todo esto sin quitarle la mirada de encima.

Me acerco despacio y cuando por fin estoy en frente de ella, me doy cuenta que estoy temblando... temblando como una puta hoja. Esto es lo que Ivanna provoca en mí. La miro... la miro a ella y no entiendo como pude estar tanto tiempo alejado e incluso siento las lágrimas caer por mis mejillas. Me siento tan vulnerable y expuesto. Toda la dureza y frialdad que tuve este tiempo, desapareció y toda la desesperación por estar con ella sale a la luz y me delatan las lágrimas.

Me inclino hacia ella, obligándome con toda la fuerza que tengo a no tocarla, a no abrazarla, a no tomarla en mis brazos y hacerla mía. Me limito sólo a inhalar el aroma de su cabello. La cara se me contrae por el llanto y me alejo rápidamente antes de que pueda escuchar mis lamentos.

Me muerdo los labios intentando no hacer ruido. Me acuerdo de golpe que no está sola. Julieta está durmiendo en la habitación. Miro de golpe hacía el pasillo oscuro que lleva seguramente a los cuartos y el baño.

No quiero irme ¡Por Dios! ¡Siento que estoy perdiendo algo que todavía no he recuperado! Me pongo de cuclillas intentando recuperar la compostura... pero por desgracia levanto la mirada. Me encuentro con su rostro y sin pensarlo ni medir las consecuencias, levanto mi mano y le paso las yemas de mis dedos por su mejilla, acariciándola y sintiéndola por primera vez después de tantos meses.

— Hummm...

Ivanna frunce el ceño y se queja de dormida. Abro los ojos como platos cuando comienza a revolverse en donde se encuentra recostada. Lo más rápido posible salgo del departamento y cierro la puerta... separándome de nuevo de ella.

Volver a verla. [2] (BILOGIA)Where stories live. Discover now