(77)

6.4K 425 41
                                    

— ¡No es lo que crees!

Mi cerebro no procesa sus palabras. Salto encima del sujeto que se atrevió a tocar Ivanna.

— ¡Julián, te juro que no te engañé! — Grita ella detrás mí.

Mentirosa de mierda. El tipo me mira estupefacto por mi reacción. Lo aprisiono entre mis piernas y comienzo a pegarle trompadas en el rostro, él me responde con fuertes patadas y rodillazos en mi espalda pero no siento absolutamente nada. La sangre comienza aparecer en el rostro del tipo.

Lo estudio detenidamente. Moreno, de mi mismo tamaño, con nariz prominente y ojos café. Se ve que cualquier hombre que no se parezca a mí es mejor para ella que yo. Cualquier cosa es mejor que yo para Ivanna ¡Jamás sintió nada por mí!

— ¡Por favor para Julián! — Siento la voz de Ivanna mas cerca.

Me volteo de golpe mientras ahorco a su amante y al cruzar la mirada con ella, se me cae el alma a los pies y mi rabia crece. Siento que me arañan el rostro pero no me importa ¡La odio! ¡Odio a Ivanna en este preciso momento!

— ¡Maldita desgraciada! ¡Cuando termine con tu amante, acabaré contigo! — Le grito con una voz que apenas me reconozco.

Palidece y me mira como si no me reconociera ¡Perra! Continuó mirándola apretando los dientes, mientras sigo ahogando a su amante y siento como la humedad de mis ojos caen por mi rostro y las uñas de este maldito se clavan en mi piel. Sale corriendo de la habitación. Va vestida con una remera blanca mía y un short de algodón negro.

Vuelvo a centrar mi atención en el amante de Ivanna que me observa con los ojos abiertos como platos.

— ¡Espera!... ¡Espera! — Balbucea mientras se ahoga con su propia sangre.

Lo agarro del cuello de nuevo y grito contra su cara con todas mis fuerzas ¡Me las pagaras! Levanto mi puño y le pego una fuerte trompada en el pómulo que lo deja inconsciente. Sigo pegándole trompadas en el rostro aunque ya ni siquiera se mueve.

Jadeando, me levanto y veo que mis manos temblorosas y mi remera blanca tienen sangre. Seguramente tendré en mi cara también pero no me importa. Miro para todos lados desorientado.

— ¿Hacia donde se fue esa maldita hija de puta?

Rodeo la cama y piso a propósito la rosa que le compre. Busco en mi bolso mi navaja ¿Como se atrevió a engañarme?... No quiero imaginar cuantas veces se revolcó con este hijo de puta mientras lo hacia conmigo. Cierro los ojos con fuerza ¡¿Como pude ser tan idiota de pensar que sentía algo por mí?!

Salgo de la habitación hacia el pasillo, con la navaja en mi bolsillo, chocando con las paredes y trotando hacia la escalera. Estoy totalmente seguro que fue a pedirle ayuda a su mejor amigo. Pero no importa a quien tenga que moler a golpes. Nadie podrá protegerla de mí, ni Bruno, ni Julieta, ni el resto de sus amigas. Nadie evitará que le abra la garganta de oreja a oreja a esa maldita perra. Es lo que se merece. La muerte.

Llego hasta la habitación 22 en donde se están quedando Bruno y Alexa. Antes de tocar, decido apoyar la oreja en la puerta intentando escuchar que esta pasando del otro lado.

— ¿Alex que vamos a hacer ahora? ¿Cómo sacaremos a Ivanna de esto? — Siento preguntar a Bruno.

Ella está ahí. La encontré y no podrá escapar. Le pego dos fuertes puñetazos a la puerta dos veces. Giro el picaporte repetidas veces pero como supuse, tiene seguro.

— Bruno...Alex.... quiero entrar. — Suelto con voz ronca con mi frente pegada a la puerta.

Ni yo mismo reconozco mi voz y no contesta nadie.

Volver a verla. [2] (BILOGIA)Where stories live. Discover now