Volver a verla. [2] (BILOGIA)

(37)

— ¡¿Es esa maldita verdad?! — comienza a gritar entre lágrimas.

No le contesto nada.

— ¡¿Esa es la maldita por la que me dejaste?! ¡Mataré a esa desgraciada, te lo juro por Dios!

Sus palabras son tan molestas como tontas ¿Que podría valer el juramento de una drogadicta? Espera que le conteste pero no obtendrá mucho de mí. Antes de que pueda decirme algo más, levanto una mano y le aplico una fuerte bofetada en la parte izquierda de la cara. Pierde el equilibrio pero no se cae. Se vuelve a mirarme con una mano en la mejilla, estupefacta. Nunca antes la había golpeado, tampoco quería pero siempre hay consecuencias para las personas que se meten con Ivanna.

Antes de que pueda reaccionar o decirme algo, vuelvo a golpearla pero esta vez del otro lado de la cara. Esta vez, cae al suelo de tierra. La observo con odio.

— Vuelve a tocar a mi prometida y yo te prometo que sera lo último que hagas.

Liliana se levanta del suelo con movimientos torpes mientras lanza sollozos.

— Alejate de ella. — Le suelto, esperando que le quede claro.

Me vuelvo hacia el auto, esperando sólo entrar porque realmente hace frío y quiero irme lejos de aquí pero no puedo.

— ¡No! ¡Tú alejate de ella! — Me contesta Liliana.

Me volteo a mirarla perplejo ¿Que está diciendo?

— Los tres sabemos que esta chica no quiere estar contigo. Está contigo porque la obligas. Sabes alguien podría ir a la policía...

¡¿A la policía?! ¡Primero te mato desgraciada! Saco mi revólver de golpe y le apunto con muchas ganas de meterle un tiro entre los ojos. Liliana abre los ojos como platos y palidece.

— ¿Crees que puede manipularme a mí? ¿Tienes idea de lo que puedo hacerle a alguien tan insignificante como tú? — Le suelto apretando los dientes.

Rompe a llorar por segunda vez.

— Pensé que me querías... yo te quiero Julián.

Su voz suena como un lamento ridículo.

— ¿Alguna ves te lo dije?

Frunce el ceño, dolida por mis palabras y acciones. Su cara está roja y congestionada por las lágrimas. Yo continuo apuntándole a la cara con el revólver. Veo que se tensa cuando pongo el pulgar sobre el gatillo. Voy a acabar contigo por completo. Pero algo me distrae. El sonido de la puerta del auto. Me volteo inmediatamente sin dejar de apuntarle a Liliana. Es Ivanna, está parada en la puerta del auto y me mira. 

— Julián, vámonos a casa, aun me siento mal, déjate de tonterías. — Me ordena con voz dura.

Parpadeo un par de veces digiriendo sus palabras pero luego reacciono, guardando mi revólver en mis jeans y metiéndome rápidamente en la camioneta sin prestarle atención a Liliana.

Veo a Liliana de reojo, perpleja con mi reacción pero luego vuelvo a mirar a Ivanna, esperando que entre a la camioneta y poder largarnos de aquí. 

— Vete a casa. — Le dice Ivanna a Liliana.

Frunzo los labios. Incluso después de que la atacó, es amable con ella. Liliana le contesta algo que no logro escuchar pero luce herida. Ivanna se queda callada un momento... como pensando que palabras usar.

— Inténtalo. — Le suelta.

Me pregunto porque le responde asi... Ivanna cruza su mirada conmigo y siento encima de mí los ojos de Liliana. Ella sube a mi lado y yo simplemente enciendo el auto y nos vamos como si no hubiera pasado nada e ignorando la presencia de Liliana. Veo de reojo que Ivanna mira el espejo retrovisor mientras que a mí no me interesa mirarla. Por mí que se muera. Aun así, siento que le debo una explicación a mi novia.