(86)

10.6K 509 23
                                    

Me despierto despacio. Parpadeo frenéticamente. Mierda, no quería dormirme. La medicación me da mas sueño de lo que suelo tener normalmente. Me volteo sin abrir los ojos y comienzo a buscar a Ivanna con mi brazo. Abro los ojos de golpe al no sentirla a mi lado ¡No! ¡No! ¡No! ¡¿Donde estas?!

Me levanto exaltado pero mi corazón se calma cuando mi novia rodea mi rostro con sus manos. Tiene la ropa interior puesta y está sentada al borde la cama. Casi me muero con solo pensar que ella se haya ido.

— Tranquilo, tranquilo. Aquí estoy.

La abrazo de golpe, hundiendo mi nariz en su cabello. Ella me rodea con sus brazos de igual forma, no como antes, cuando parecía que la estaba asfixiando.

— ¿A donde fuiste?

— Fui al baño. No quería despertarte, te veías muy tranquilo durmiendo...

Me alejo para poder mirarla a los ojos.

— No puedo vivir tranquilo, si no estás a mi lado.

Me responde con un beso en los labios y vuelve a acostarse a mi lado. La rodeo con mis brazos mientras ella también me abraza y acomoda la corona de su cabeza en mi cuello. La beso en el pelo y luego cierro los ojos, sintiendo latir su corazón.

— Realmente me siento muy mal por lo que pasó. No quise arruinar las vacaciones por tu cumpleaños. Ni siquiera sé como pedirte perdón.

— Ya olvídalo Julián. Ahora solo me importa volver a casa y tratar de olvidar esa noche.

Levanto suavemente las cejas. Tengo que preguntar.

— A propósito ¿Que haces en Saavedra? ¿Como te enteraste de que yo estaba aquí?

— Cuando volví a casa, Julieta me obligó a mudarme con ella.

Frunzo la boca en señal de desaprobación. Aunque esta vez, no culpo a Julieta. Hizo lo que le parecía correcto y tengo que admitir eso.

— Cuando volví al trabajo el segundo día sufrí un desmayo porque intenté contactarte y me di cuenta que habías bloqueado mi número.

Cierro los ojos al escucharla y la abrazo mas fuerte.

— Ese fue Martín. Lo siento... — Le susurro besando su cabeza.

— Entonces mi jefe me dio días de descanso porque no podía trabajar así. Cuando me enteré que estabas aquí, no dude en venir con la historia de que sólo quería descansar junto a mis padres.

Me aparto para mirarla a los ojos.

— Eso suena a algo que solamente yo haría.

Se ríe y le acaricio el rostro. Extrañaba tanto su risa. La abrazo y nos quedamos un buen rato así. No quiero soltarla. No quiero que se vaya pero no puede amanecer aquí o tendrá problemas con sus padres.

                               ~•~

Ivanna no quiso tomarse un taxi asi que la estoy acompañando a su casa. Esta lloviendo, hace frío y solo se trajo una sudadera negra. Intente ofrecerle mas abrigo pero hoy está muy negada. Mientras caminamos arreglamos cenar con nuestros padres estos días, antes de volver a nuestro hogar. Por un momento siento como si nada hubiera pasado y todo ese tema del intento de asesinato, el tipo del hotel, incluso Liliana, no hubieran existido. Casi llegamos a su casa, creo que son casi las 5 de la mañana.

Rodeo la cintura de mi chica con mi brazo y me estremezco con el frío y la lluvia. Estos son los momentos donde extraño mi camioneta. Veo que a Ivanna no le importa pero no quiero que se ponga enferma. Que ironía, hace días intenté matarla y ahora estoy cuidando su salud. Quito esos pensamientos de mi mente. No quiero arruinar esto nunca más. Le pongo la capucha negra intentando reparar su rostro de la lluvia.

— ¡Deberías haberte traído más abrigo! — La reprendo estrechandola contra mi cuerpo.

Se ríe como si supiera lo que estoy pensando. Luego de un corto viaje, llegamos a su casa. Por suerte llueve menos. La agarro de la cintura y ella levanta una mirada simpática desde abajo de la capucha. Mi amor, lo que extrañaba esa hermosa sonrisa.

— Te voy a extrañar. — Le suelto.

— Yo te voy a extrañar más. — Me contesta con voz suave.

Le sonrío y no puedo darle algo mas sincero.

— ¿Entonces mañana vendré a cenar con tus padres? ¿Y tú pasado mañana vendrás a cenar con los míos? — Le pregunto con aparentes nervios en mi voz.

Asiente repetidas veces. Creo que mi madre se pondrá realmente feliz cuando mañana le diga que Ivanna vendrá a cenar pasado mañana. Observo su casa, espero sus padres me acepten con entusiasmo y dejen de lado todo lo que pasó. Y ahora que lo pienso. No puedo creer que Ivanna escapara de su casa para ir a buscarme. Antes algo asi, me parecía completamente imposible.

— Aún no puedo creer que te escaparas de tu casa sólo para venir a verme. — Le suelto perplejo.

Se sonroja, avergonzada. Debo ser sincero con ella.

— Lo hice tantas veces... vine a buscarte tantas noches... que jamás creí posible que tú hicieras lo mismo que yo y nada menos que por mí.

— A veces las cosas cambian. — Me contesta con voz segura.

La miro, algo sorprendido. Creo que si, las cosas cambian. Como por ejemplo, sus sentimientos hacia mí. Antes estaba conmigo porque yo la obligaba y ahora está conmigo por decisión propia. Me lanza los brazos al cuello de golpe y me besa tomándome desprevenido.

Le lanzo ambos brazos a la cintura inmediatamente y le devuelvo el beso. Nos besamos debajo de la lluvia mientras poco a poco se hace de día. Si esto es un sueño, tengo que despertar ahora. Recuperarla y tenerla nuevamente en mis brazos es como un milagro, pero lo que mas me impacta es la posibilidad de que ella este enamorada de mí. Si eso pasara, seria el hombre mas dichoso del planeta.

Volver a verla. [2] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora