CAPÍTULO 49.

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Aisley.

Aarón me hizo el amor de la manera más lenta posible en el camarote del yate, sin prisa. Acariciando hasta el último centímetro de mi piel. Diciendo sin palabras cuanto me ama.
La isla es un sueño y es toda para nosotros durante tres días. Por supuesto hay señal, pues tenemos a dos pequeños en casa.

El resto del viernes lo pasamos en la playa, comiendo un poco de todo y terminé con arena en lugares en lo que jamás imaginé que tendría, ni siquiera es como que necesitemos ropa estando aquí. Los dedos de mis pies quedaron marcados en la arena al igual que mi trasero.

El sábado recorrimos parte de la isla — y no precisamente caminando —, más arena en todo el cuerpo. Más orgasmos que me dejaban sin poder respirar. Enamorarme aún más de este increíble hombre.

Después de más sexo en el jacuzzi, salimos a ver el atardecer — que es hermoso — con champagne y fresas, recostados en una hamaca. En un cómodo silencio que era roto de vez en cuando al besarme la cabeza.

— Créeme que si no fuera por Andrei y Aidan me quedaría aquí contigo mucho más tiempo. — Su mano comienza a bajar desde mi vientre hasta las bragas del traje de baño provocando que me muerda el labio inferior al sentir sus suaves caricias.

Dejo caer la cabeza sobre su hombro ladeándola y muerde mi cuello sin dejar de acariciarme. Deshace los nudos a ambos lados de mi cadera y me deja completamente desnuda.

— Separa más las piernas. — Susurra en mi oído enviando un escalofrío por todo mi cuerpo, pero lo hago.

Mi entrepierna comienza a palpitar al sentir su dedo índice abriéndose paso. De su garganta sale un leve gruñido.

— Estas hinchada. — Podría correrme solo con que siga susurrándome al oído.

De un rápido movimiento me sienta en sobre su abdomen y hace que me recueste boca abajo, tirando de mis piernas hacia él. Su barba aún me hace cosquillas en la cara interna de los muslos. Sé lo que quiere y me pasó la lengua por el labio inferior sólo de pensarlo.

Libero su enorme erección del bóxer que pedía auxilio atrapada ahí dentro. Primero la acaricio suavemente con la punta de los dedos, una gruesa vena palpita debajo de ellos. Paso la lengua desde la base hasta la punta varias veces. La aprieto con ambas manos robándole un gemido y entierra los dedos fuertemente en mi trasero cuando también le aprieto los testículos.

Lo que más me gusta es que jamás oculta el placer o las sensaciones que provocó en su cuerpo, por más mínimas que sean. La acaricio con mi mejilla y le doy un beso en la punta. Él también comienza a torturarme con lentos movimientos con su lengua y un dedo.

Así continuamos un muy buen rato, acariciándonos, apretando, lamiendo. Estoy segura de que si su erección pudiera hablar me diría.

— Méteme en tu boca y chúpame, ya. — Pensarlo me hace sonreír. Sigo las órdenes silenciosas de su erección.

Aprieto la base con una mano, lo meto en mi boca hasta que casi toca el fondo de mi garganta, mientras que con la otra mano acaricio sus testículos provocando que maldiga varias veces en voz alta.

Su boca, su lengua dentro de mí, su enorme erección entrando y saliendo de mi boca comienzan a volverme loca, mis caderas se mueven sobre sus labios. Lo muerdo suavemente haciéndolo gemir y mi interior vibra. Su cuerpo se tensa cuando aprieto con un poco más de fuerza la base y sus testículos.

No lo puedo resistir más y me corro en su boca. Recupero el aliento por unos segundos antes de continuar. Hundo las mejillas a su alrededor para darle más presión. Él no se detiene, sus dedos se aprietan con fuerza en mi cadera.

UN BESO DE SEDUCCIÓN. (TS #2)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum