UN BESO DE SEDUCCIÓN. (TS #2)

CAPÍTULO 60.

Aarón.

Después de pasar dos horas follando en el reservado. Aisley lo consiguió, terminó poniéndome ebrio. No como ella. Pero lo consiguió.

Archie me envió un mensaje diciéndome que se había llevado a Yosiani a su penthouse. No me importa a quién se folla, pero Aisley si quería saber que había pasado con ella.

— ¡Joder! No sé cómo voy a ir a trabajar en dos horas. — Dice Danielle, son las 6:00am.

— Tú y tus malditas mezclas de vodka con whisky. — Aisley se quedó dormida apenas subimos a la camioneta.

— Vamos a parecer muertos vivientes, lástima que tus dos asistentes están igual de ebrias. — Suelto un bufido. — Y Ninette también. — Joder, vaya día que me espera. — Y ni que decir de Aisley.

— Cierra la boca ya. — Terrence, Taylor o no sé quién está conduciendo se detiene en la entrada de nuestra casa y abren las puertas. Bajo cargando a Aisley y Danielle hace lo mismo con Régine.

— ¿Y a nosotros quién nos lleva? — Cuando se pone ebrio se queja por todo.

— Duerme al menos dos horas y cállate.

La alarma de Aisley nos despierta a las 8:00am. Va a explotarme la cabeza. Intenta incorporarse, pero su cabello estaba debajo de mi brazo y se regresa.

— ¡Joder! — Se sostiene la cabeza con ambas manos.

— Necesito dos litros de café. — Asiente.

Cuando me mira su maquillaje es un desastre al igual que su cabello, aún tiene el aspecto de recién follada, pero eso fue hace horas.

Nos duchamos o más bien volvemos a quedarnos dormidos otros diez minutos. Aisley termina vomitando. Los niños están en los Hamptons y nos reuniremos con ellos esta noche.

— Date prisa. — Me fulmina con la mirada mientras se pone labial, pero es lo único que lleva de maquillaje. — Por tu culpa iré al despacho con resaca. — Me sonríe.

— Iremos mi amor. — Me da un suave beso.

Bajamos a la cocina en dónde ya están Danielle y Régine con un aspecto similar al nuestro, los cuatro con lentes de sol.

— Buenos días. — Gruñe Danielle dándole un sorbo a su café.

— Buenos días. — Ángelo es importante para mí, pero que nos sonría de esa manera me molesta. Pone en la isla de la cocina una jarra con algo verde que se ve asqueroso, cuatro vasos además de mucho café y el desayuno. — Esto les ayudará para la resaca.

— Eres increíble Ángelo. — Nos sonríe y sirve los cuatro vasos.

— ¡Joder! — Esto sabe horrible.

A regañadientes todos desayunamos. Danielle y Régine se van a la farmacéutica. Aisley y yo al Corporativo.

Debe ser más que notorio nuestro horrible aspecto y los lentes oscuros solo confirman lo que mis empleados saben. Danielle se queja de todo, a mi todo me molesta cuando tengo resaca, hasta que me den los buenos días. Ninette nos alcanza en el ascensor con un aspecto similar al nuestro, poco le falto para llegar en pijama.

— Debimos hacer esto el fin de semana pasado, ¡Joder, me va a explotar la cabeza! — Ambos asentimos. En el último piso nos esperan Susan y Mariana exactamente igual.

— Buenos días. — Hoy no hay sonrisa.

— ¿En dónde está Carter? — Si no ha llegado lo voy a despedir.

— No ha llegado y no me aviso que iba a llegar tarde.

— En cuanto llegue lo quiero en mi despacho. — No debí elevar la voz, los cinco hacemos una mueca por el dolor de cabeza.