CAPÍTULO 8.

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Aisley.

Andrei es un niño simplemente perfecto, no se separó ni un segundo de mí, incluso tomamos una siesta juntos. Pasamos la mañana y la tarde buscando ideas para decorar su habitación. Karina llegó abrazándome con muchísimo cariño igual que siempre y le dijo a Andrei que si quería podía llamarla abuela. Me agradeció mil veces que haya regresado con Aarón, que lo haya escuchado, pero sobre todo que haya aceptado a Andrei, pero sería imposible no hacerlo, me enamoré solo de verlo.

Considerando el vuelo desde Italia se retira a descansar temprano, cuando Annia y yo finalmente nos quedamos solas puedo hablar con ella.

— En el hospital no tuvimos oportunidad de hablar. — Baja la mirada y entiendo perfectamente lo que siente. — ¿Por qué decidiste ser tú quién me lo contará?

— Aisley, eres importante para mi hermano y eso te hace importante para toda la familia. El día que te fuiste del aeropuerto algo cambió en él, volvió a ser el mismo Aarón frío. No salía de la casa solamente quería encontrarte o al menos saber cómo estaban. Es muy fuerte, pero tú lo haces doblegar sin esfuerzo alguno, por el simple hecho de que te ama, yo no quería seguir viéndolo así. Cuando tu padre lo llamó y le dijo que estabas en el hospital, fue como si todo su mundo se hubiese derrumbado en ese momento. Yo le pedí que me dejara contarte lo de mi padre, así al menos sentía que estaba haciendo algo por él. Aisley, jamás podría explicarte lo mucho que amo a mi hermano. Siempre fue un mejor padre que mi propio padre. Quería devolverle a la persona que más ama, hacer algo por él. Por eso quise decírtelo yo. — Jamás me imaginé que fuera tan grande el amor que Annia siente por Aarón.

— Gracias por decírmelo, por confiar en mí. Entiendo que no debe de ser fácil recordar eso. — Niega con la cabeza.

— Aprendí a vivir con ello. Fue mucho más complicado por el hecho de que fue mi padre, uno de los hombres que más amaba en la vida. No es fácil recordarlo, pero puedo hablar de ello sin que me duela como hace algunos años. — Asiento y tomo sus manos. — Tú me entiendes, ¿Verdad? — Bajo la mirada, sé exactamente a lo que se refiere. — ¿Lo conocías? — Suspiro antes de responder.

— Tenía dieciséis años y si los conocía, pasó en una fiesta. Fue la razón por la cual me fui a Italia con Ezra un tiempo. Tomé terapia, pero aún tengo pesadillas sobre esa noche, aunque dejo de tenerlas cuando duermo con Aarón. Desde que lo hago, solamente he tenido pesadillas dos o quizá tres veces mientras duermo con él. En Los Ángeles fueron aún peores. No lograba dormir tranquila.

— Yo también tengo pesadillas algunas veces sobre todo sobre de esa última noche. — Baja la mirada, pero las lágrimas no salen de sus ojos. — Cuando estoy con Ezra jamás tengo pesadillas. — Ahora sonríe y yo también lo hago. — Mi hermano no lo sabe, ¿Verdad? — Mi sonrisa se desvanece y niego con la cabeza. — En algún momento tendrás que decirle, créeme que será más fácil, él te ama. — Me aprieta levemente las manos.

— Y yo a él, pero necesito encontrar el momento para decirle todo. — Asiente y ella me entiende perfectamente. — Annia, ¿Qué pasó con Alek?

— Cuando volví a ver a Ezra me di cuenta que no amo a Alek y pasar la noche con él solo me ayudó a confirmarlo. Así que se lo conté todo. Le dije que me había acostado con Ezra y que me perdonará. Por supuesto estaba muy molesto y creó que tenía todos los motivos, pero yo no me sentía mal, disfruté estar con él y aún lo hago. — Sonríe, supongo que está recordando algo, pero no quiero imaginarme eso, es mi hermano.

— Aarón estaba preocupado porque siguieras con Alek y al mismo tiempo con Ezra.

— Lo sé, es solo que siento que va a molestarse y querer matar a Ezra. — Suelta una carcajada. — Es muy, muy celoso. — Asiento totalmente de acuerdo.

UN BESO DE SEDUCCIÓN. (TS #2)Where stories live. Discover now