CAPÍTULO 29.

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Aarón.

Elegir el anillo no fue muy fácil y tuve que pagar algo extra para que lo tuvieran listo el día que yo lo quería, considerando el diamante negro, otros pequeños diamantes blancos alrededor del anillo y oro rosa.

Jamás me imaginé que iría con Danielle a comprar un anillo de compromiso. Pero también estaba seguro de que Aisley me diría que sí, aunque tampoco fue una pregunta. Ver la emoción en sus ojos cuando vio lo que tenía delante fue increíble y ni siquiera se dio cuenta cuando le tomaron algunas fotografías.

Horas después hacer que la mujer que en unos meses será mi esposa tuviera orgasmos que la dejan sin respiración.

— ¿Por qué no me dijiste lo de Forbes? — Me dice con la mejilla en mi pecho y sabía que no tardaría en preguntar.

— Era sorpresa princesa, pero lo descubriste antes de que saliera la revista. — Le doy un beso en la frente y sonríe contra mi pecho.

— Te lo mereces mi amor, quizá para Forbes seas el número veintidós en la lista, pero para mí, eres el primer lugar. — La pego más a mí y realmente amo a esta mujer, puedo notar como no deja de observar su anillo.

— Si no te gusta podemos elegir otro. — Pero se incorpora para mirarme como si la hubiera ofendido.

— ¿Estás loco? Es precioso, por eso no dejo de mirarlo. — Sonríe y me da un beso en la barbilla. — Creó que nos representa perfecto.

— Lo mismo pensé yo. Por eso lo pedí exactamente así, es una pieza única. — Me mira sorprendida. — Aisley, si te iba a pedir que te casaras conmigo, créeme que no lo haría con cualquier anillo. — Sus ojos comienzan a brillar y se inclina para besarme. — Además lo quería hacer de una forma diferente y no se me ocurrió otra idea mejor que hacerlo de la misma manera en que comenzó todo.

— Es precioso mi amor, el anillo, la idea, simplemente todo es perfecto. — Vuelve a recostarse suspirando. — Pero quiero pedirte algo. — Le pido que continúe. — Quiero seguir usando el apellido Káiser.

— Aisley... — Pero me interrumpe.

— Yo sé que mamá usa el apellido Káiser siempre y quizá lo lógico sea que yo use el tuyo, pero quiero usar ambos. Aisley Káiser-Ivanova.

— Princesa, no me importa si usas mi apellido o no, aun así, serás mi esposa. — Suspira y parece aliviada. — No te preocupes por eso, créeme.

— ¿Has pensado en una fecha? — Me suelta de pronto y solo niego con la cabeza, solo había pensado en el anillo. — ¿Sabes? Me gustaría casarme en la playa.

— Pues entonces nos casaremos en la playa. — Se incorpora con una sonrisa. — Te lo dije en serio, si quieres una boda de ochenta millones de dólares, eso vas a tener. — Me acaricia la mejilla.

— No quiero una boda de ochenta millones de dólares, creó que sería imposible gastar esa cifra en una boda. — Ambos soltamos una carcajada. — ¿Te parece bien agosto?

— ¿Ocho meses serán suficientes para los preparativos? — Se queda unos segundos en silencio y finalmente asiente. — Entonces en agosto será. — Me regala una amplia sonrisa que ilumina sus hermosos ojos azules. — Olvide darte otro regalo, de pie. — A regañadientes lo hace y camina con las piernas temblorosas, pero me encanta que termine así.

— ¿A dónde vamos? — Protesta cuando salimos de la habitación y mejor la cargo antes de que siga. — Gracias, es tu culpa que aún no sienta las piernas. — Se recuesta en mi hombro cómodamente y bajamos a mi despacho.

— Cierra los ojos. — Por supuesto comienza a tener sueño y lo hace sin protestar.

El segundo piso de la casa lo ocupa por completo mi despacho y la biblioteca. Pero como toda la estructura de la casa tiene grandes ventanales, así que me pongo de pie frente a la pared del lado izquierdo de mi escritorio para que pueda ver el cuadro.

UN BESO DE SEDUCCIÓN. (TS #2)Where stories live. Discover now