CAPÍTULO 18.

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Aisley.

Cuando despierto me siento bastante aturdida. No estoy segura cuánto tiempo dormí, pero creo que es el día siguiente. Aarón está durmiendo a mi lado y acaricio su mejilla suavemente, solo suspira. Sigo aturdida y un poco confundida.

— Mi amor. — No estaba profundamente dormido porque se despierta.

— ¿Cómo estás? — Se incorpora poco a poco, pero me siento muy distinta.

Me llevo la mano a la barriga, pero no la siento. Intento incorporarme, y entonces el dolor de la cintura hacía abajo me recuerda lo que pasó. Aidan nació antes de tiempo.

— Confundida. — Me pongo una mano en el rostro y suspiro un par de veces. — Quiero ver a Aidan. — Entonces él también suspira y no me gusta. — ¿Qué pasa? — Me incorporo muy rápido y el dolor regresa.

— Mi amor, Aidan... — No termina la frase.

Inmediatamente me llevo la mano a la boca, los ojos se me llenan de lágrimas y siento que no puedo respirar. Mi bebé no, él no...

— No, no mi amor, no es eso. Princesa, Aidan está conectado a un respirador artificial. — Todo comienza a darme vueltas y Aarón hace que me recueste de nuevo. — Mi amor, escúchame, él está bien. Régine tenía razón cuando decía que era más grande de lo normal, peso tres kilogramos. Ezra lo revisó y me dijo que su corazón estaba perfectamente bien. — Comienzo a calmarme un poco y asiento. — Yo lo vi ayer mientras dormías. — Se le quiebra un poco la voz, pero yo ya estoy llorando. — Mi madre me dijo que necesita ayuda para respirar, está estable y es más fuerte que otros bebés prematuros. — Rodeo su cuello con mis brazos. — Mi amor, Aidan va a estar bien. — Sollozo en su hombro y me acaricia la espalda suavemente.

— Quiero verlo, por favor, necesito verlo. — Justo en ese momento entra Régine a la habitación. — Quiero ver a mi bebé.

— Estuviste sedada, necesitabas dormir así que vas a tener que desayunar algo antes de verlo. — Asiento, comeré lo que sea, pero necesito verlo. — Aisley, necesitas estar tranquila, ¿Vale? El respirador solo es temporal, es cuestión de tiempo para que él pueda respirar por sí solo. — Vuelvo a asentir.

Una enfermera nos trae de desayunar a Aarón y a mí. No puedo negar que lo necesitaba demasiado, ni siquiera recuerdo a qué hora me quedé dormida ayer.

— Te amo princesa, tienes que estar tranquila, Aidan te necesita. — Me da un beso en la frente y me pasa a una silla de ruedas. Karina nos espera en terapia intensiva.

— ¿Cómo estás linda? — Me da un beso en la mejilla.

— Quiero verlo Karina, necesito ver a mi bebé. — Asiente.

— Linda, tienes que estar tranquila, solo es temporal y es lo mejor para él. — Me repite lo mismo. — No vas a poder cargarlo, pero si tocarlo con mucho cuidado usando guantes. — Nos pasa dos pares de guantes y las manos me comienzan a temblar.

Me doy cuenta que Aidan es el único bebé aquí. Está en una incubadora, con un tubo en su boca. Las lágrimas ruedan por mis mejillas en cuanto lo veo así.

— Es solo un bebé. — Logro que las palabras me salgan, pero el dolor es horrible.

Es mi bebé, tiene un tubo saliendo por su boquita. Karina abre un círculo y me dice que puedo tocarlo, pero con cuidado, la mano me tiembla y no puedo controlar las lágrimas. Con el dedo índice tomo su pequeña manita y abre los deditos.

— ¿Cuánto tiempo estará así? — Quisiera tenerlo entre mis brazos.

— Linda, es un bebé fuerte y su peso al ser prematuro fue de ayuda. Pueden ser unos días o quizá semanas, necesito que logre respirar por sí solo. — Asiento y Aarón pone sus manos en mis hombros. — Los dejaré solos unos minutos.

UN BESO DE SEDUCCIÓN. (TS #2)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt