CAPÍTULO 62.

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Aarón.

Dos horas antes...

Aisley y todas las demás mujeres llevan metidas en esa cabaña desde antes de las 7:00am, no la he visto ni hablado con ella desde que Alicia me pidió que fuera porque estaba vomitando.

— Solo faltan dos horas, cálmate.

— Danielle, cállate. — Me mira divertido.

— Si quieres huir yo te ayudó, incluso conduzco yo. — Me guiña un ojo como si fuera la mejor idea del mundo. — ¡Pero para matarte! No vas a dejar a Aisley.

— ¡Por supuesto que no! Deja de decir estupideces. — Me pasa una copa de whisky. — Dame los anillos.

Cuando los enviaron de la joyería los tuve guardados en la caja fuerte, pero Aisley también guarda ahí algunos de sus collares de diamantes y no quería que los viera, así que se los di a Danielle. Comienza a buscar en su maleta vacía pero luego se pasa a la de Régine, al vestidor, a las mesitas de noche y esto ya no me gusta.

— Yo voy a matarte a ti si perdiste los anillos Danielle. — Se gira para mirarme y eso no me gusta.

— Yo no diría que los perdí, no es la palabra que yo usaría. — Lo fulminó con la mirada. Esto debe de ser una broma. — Perderlos es no encontrarlos en ningún lugar y solo no recuerdo en dónde los puse.

— No te mato en este preciso momento solo porque tus hijos están aquí, ¡Idiota! La boda es en dos horas y tú no sabes en dónde pusiste los anillos.

— Ya no me regañes y mejor ayúdame a buscarlos. — Volteamos al revés la habitación y no hay nada. — ¿Y si llamamos a Karina? Las mamás siempre encuentran todo.

— No es momento para bromas estúpidas, Aisley va a volverse loca.

Rachel y Damien comienzan a llorar. Cuando tomo a Rachel de la cuna algo resbala entre sus cobijas y es la caja de los anillos.

— ¡Idiota! ¿Por qué se los diste a la niña? — Se acerca con el ceño fruncido y abre la caja. Si, son los anillos.

— No sé, pero ya los encontré, gracias mi amor. — Le da un beso a Rachel.

— Ya cállate y ve con Damien antes de que despierte a Danielle. — Esto es una locura. Tres bebés de la misma edad es demasiado para mí. — ¿Recuérdame por qué te estoy ayudando?

— Porque eres su tío y es tu obligación. — Se encoge de hombros despreocupado. — Agradece que estoy dejando que tengas en brazos a mi niña.

— Agradece que no te deje solo con los tres. — Ya no puedo más, así que le suelto. — Aisley y yo vamos a iniciar los trámites para adopción. — Suelta una carcajada, pero cuando ve que lo digo en serio se desvanece.

— ¿Adoptar? — Ya solo me falta que comience como Archie.

— Si Danielle, adoptar. ¿Recuerdas que te mencioné a una niña que llegó a VASYF golpeada? — Asiente. — Hace una semana servicios sociales se la llevo y queremos adoptarla.

— ¡Joder! Sabía que esa niña te había movido algo, pero no me imaginé que hasta el punto de querer adoptarla.

— Aisley lo propuso y me dijo que, si tenía una buena razón para no querer adoptarla o no la quería, no iba a insistir, pero no pude negar que esa niña me movió algo.

— Pues no es mala idea, así Aisley va a tener a la niña que quiere, tú vas a dejar a mi hija en paz. — Pongo los ojos en blanco. — No vas a soportar hormonas locas de embarazada y tampoco el parto. — En eso estoy de acuerdo. — A menos que vayan a querer otro bebé.

UN BESO DE SEDUCCIÓN. (TS #2)Where stories live. Discover now