•『40』•

6 1 0
                                    

       Merecemos libertad   ❅──────✧✦✧──────❅

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

       Merecemos libertad
   ❅──────✧✦✧──────❅

Mientras tanto

—¿Un refugio?—Pregunto caminando por los pasillos del lugar.

—si, como escuchaste, este es uno de los últimos refugios de marcados que aún quedan— cuenta la anciana.

—¡esto quiere decir que permanecieron ocultos durante años!.

—Pues si, pero al principio solo éramos cinco, con el tiempo fueron llegando nuevos huéspedes, la última en llegar fue ella—dice señalando a una niña de ojos azules que escucha muy interesada en nuestra conversación.

—¿Vas a quedarte verdad?—
Pregunta la pequeña mirándome con ilusión.

—Eh... de hecho no, mis amigos me están esperando, como ya dije, sólo he venido por suministros.

La cara de la niña se desvanece y pasa de mostrar ilusión y esperanza a simplemente un rostro triste casi sin expresiones.

—Bien, pues entonces te daré lo que estas buscando, joven y podrás largarte de aquí—dice la señora.

—Lamento no poder quedarme, es sólo que ahora estoy a cargo mientras mi amigo no está—digo excusandome, con razón.

La señora me da unas latas de embutidos y bastantes paquetes de comida militar que aunque no es algo tan bueno, al menos sirve para mantenernos saludables durante unas semanas.

Le agradezco y retomo mi camino hacia la casa de Kylan.

El sendero que tomo para llegar al pueblo esta completamente bloqueado por cazadores, hay cuatro centinelas parados a ambos lados del mismo, realmente quieren atraparnos. Así que decido tomar otro camino y así rodearlos.

Logro pasar a los uniformados y me adentre en el bosque buscando encontrarme con el camino por el que vine. Extrañamente y para mi sorpresa, este ya no está, no había más que bosque, árboles y más arboles.

Después de deambular durante horas y horas con mi bolsita de comida llego a la conclusión de que estoy perdido.

¿No podía estar tan lejos... o si?

Rendido y con los pies adoloridos me siento en un tronco cortado que se encuentra junto a un gran árbol, al parecer, hueco.

—¡Bien!, ¡al fin un lugar para sentarme y descansar!—pienso tontamente.

Rodeo el árbol y me quedo horrorizado, es un cuerpo en descomposición que parece ser de un niño, está casi totalmente desfigurado y en su pecho se ve la marca de unas cuántas puñaladas.

¿Quién sería tan cruel para hacerle esto a un niño?

Entiendo que mi descanso ha acabado en cuanto escucho pasos a mis espaldas y luego un fuerte golpe en la nuca me hace caer al suelo, volviéndolo todo oscuro.

                        (...)
     ━━━━━━━ ⟡ ━━━━━━━

Mis ojos comienzan a abrirse y a pestañear débilmente intentando ver con claridad.

No sé dónde estoy, a dónde me estan llevando estos tipos y por que me siento tan cansado. Estoy siendo arrastrado por lo que parecen ser dos hombres curpulentos con uniformes blancos.

—¿Qué demon-ios?—Logro pronunciar, pero un "Callate" de una voz grave y rasposa me indica que no estoy en condiciones de preguntar.

¿Qué estaba pasando?, ¿acaso son cazadores?, nunca he visto uno de cerca, no tengo idea de como se ven o como visten, así que es probable que este a punto de ser destripado y ni siquiera lo sepa.

Los hombres me arrastran por un pasillo larguísimo hasta llegar a una especie de jaula que se abre cuando yo estoy frente a ella.

—¡Entra!—Grita uno de los sujetos, empujandome fuertemente dentro del lugar.

La puerta de color blanca se cierra frente a mi y así termino de comprender que estoy totalmente perdido, que no saldré de aquí, que no volveré a ver el sol.

Y ni siquiera tuve la fuerza para defenderme...

La habitación es oscura, tiene rejas por las que se filtra un poco de luz, pero nada que pudiese alumbrar más que un rincón. Siento mi cuerpo temblar, como una sensación de frío y angustia que se hace más fuerte conforme más tiempo paso aquí dentro.

—Sabía que tarde o temprano acabarías aquí...—Susurra una voz que me resulta familiar.

—¡Gael!, ¡que demonios haces aquí!, ¡pensé que te irías lejos!.

—De nada me servía huir, ya lo he hecho durante mucho tiempo Cam y no era vida para mi—dice acercándose y tomando asiento en la cama de la celda.

—Pero, ¡¿cómo es que te atraparon?!

—No tuvieron que, yo mismo me entregué, asi que aquí estoy... esperando pacientemente a que me vuelen la cabeza. En el mejor de los casos, claro.

—¡¿Por qué demonios hiciste eso?!

Siento rabia, frustración, ¿qué clase de estúpido haría una cosa como ésta?

—Simple, no me queda nada porque seguir huyendo, ya no quiero nada que esta vida me pueda ofrecer, ya lo he perdido todo, amigo—Murmura más para él mismo que para mi.

—nos tienes a nosotros, Gael, a Lionn, a Katri—me interrumpe.

Ríe por la nariz—¿tú me quieres?, Que maldita mentira, si fuiste el primero en mandarme al diablo, ¿Lionn?, cuando se entere que casi mato a su mejor amigo querrá desmembrarme parte por parte y ¿Katrina?, ni siquiera la menciones, todos sabemos que muere por Thais y aunque él sólo la use como juguete sexual, ella no perdonará lo que hice, es más, ni siquiera se si yo lo haré...

—Lamento todo esto...

—No tienes que hacerlo, al fin y al cabo yo me lo busqué y merezco todo lo que me hagan aqui... pero tú... tú debes salir Cam, allá afuera te esperan muchas cosas, Gus, por ejemplo, no te rindas amigo, sigue buscando...—Dice mirándome fijamente con lágrimas en los ojos—algo me dice que esta más cerca de lo que crees.

—Yo—la puerta se abre.

—Tú—Grita un hombre desde el umbral.

Carter se levanta lentamente y camina hacia la entrada sin mirar atrás.

—Perdóname Cam—Susurra antes de salir por la puerta.

—No, no, ¡espera!, ¡dejenlo!

Y la puerta se cierra.

Así de fácil, así de rápido se fue, perdí a mi amigo, al chico con el que crecí, al niño con el que aprendí a vivir. Mis amigos estan cayendo poco a poco y me da miedo no ser capaz de salvarlos, no soy un héroe, pero no quiero dejarnos morir en este sitio, nos merecemos mucho más, merecemos libertad, solo que no estoy seguro de que alguna vez la tengamos...

• 𝙇𝙊𝙎 𝙈𝘼𝙍𝘾𝘼𝘿𝙊𝙎 •Where stories live. Discover now