•『69』•

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       El hogar de las bestias   •❅──────✧✦✧──────❅•

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       El hogar de las bestias
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El frío del bosque es cada vez más palpable, te cala los huesos. Mis labios tiritan y sueltan humo cada tanto, parece que fuera a nevar pero aún no hay copos sobre el césped, para mí suerte, tal vez tenga un par de horas más antes de que la lluvia blanca impregne el bosque y mi posibilidad de sobrevivir.

He pasado la noche en casa de Kylan, que aunque todo esté roto, al menos tiene techo para mantenerme lejos de la tormenta.

Me dirijo al cuarto principal, el cual aún está prácticamente intacto, enciendo fuego y me recuesto a dormir, con suerte mañana será un mejor día.

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En la mañana me despierto renovada, he dormido bien, el frío no se sintió gracias a la gran cantidad de cobijas que Kylan tiene en su habitación, supongo que sabe lo bajas que pueden ser las temperaturas aquí.

Bajo las escaleras y salgo de la casa rumbo al primer destino. Según el mapa, se encuentra en el centro del hogar de las bestias, a la mitad del bosque. Me pongo en camino a la primer arma, una pequeña espada con mango de una especie de madera que crece como enredadera sobre el filo de la espada.

                        (...)
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Después de caminar por dos hora enteras, llego al centro del bosque de las bestias, que al perecer está libre de ellas.

Según el mapa, la espada debe estar enterrada, así que eso hago, tomo una piedra y comienzo a picar la tierra en busca del objeto.
Ya no está nevando pero la capa blanca aún forra el lugar, los árboles se tiñen de copos y el ambiente gélido me abraza con confianza.

Luego de unos minutos cavando es notorio que la espada no está allí, es inútil seguir, no la encontraré.

Decidida a rendirme, me recuesto sobre un árbol y saco una lata de atún para callar a mi estómago hambriento. Por suerte empaque el abre latas, de otra forma solo podría ver el pescado reposar dentro de su recipiente.

Casi termino el contenido de la lata, pero un pequeño sonido me distrae y me pongo alerta, son pisadas, pisadas en la nieve.

Instintivamente saco la navaja de mi pantalón y me preparo para atacar, el sonido se hacia cada vez más fuerte y constante, como si estuvieran corriendo hacia mí, pero antes de llegar a pollo mi alcance se detiene.

Asustada aprieto el arma en mi mano, el intruso se aproxima, las hojas de los arbustos se sacuden violentamente abriendo paso a la bestia.

Mis ojos se abren en sorpresa al ver lo que acaba de aparecer.

Un perro.

Un cachorro de husky se acerca sigilosamente hacia mí. Suelto una carcajada llena de alivio, pensé que era un monstruo que vendría a comerme, pensé que se trataba de una muerte segura.

• 𝙇𝙊𝙎 𝙈𝘼𝙍𝘾𝘼𝘿𝙊𝙎 •Where stories live. Discover now