𝙎𝘼𝙂𝘼 𝙇𝙀𝙏𝘼𝙇𝙄𝙎
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En cada extremo del pueblo, tanto en Eurion como en Ordana, viven seres fantásticos, humanos con habilidades fuera de este mundo, pero, este sitio no es tan agradable como podría parecer, aqui no hay cuentos d...
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Pelea •❅──────✧✦✧──────❅•
—¡Uns más y estás fuera!—grita Ihan desde afuera del cuadrilátero, estamos peleando cuerpo a cuerpo, según Zion esto nos ayudará en el futuro.
Han pasado ya dos semanas desde que me asignaron a este lugar y a decir verdad, no me quejo, todos son muy amables, me tratan bien, a excepción de Zion, quién se mantiene distante y casi no me habla, más que para indicarme que estoy haciendo algo mal.
No me molesta en absoluto, él tampoco me agrada, es algo extraño, me transmite una sensación no muy buena y por eso prefiero mantenerme alejado. Todos respetan eso y lo agradezco.
Raven nos ha hablado de hoy ingresaran nuevos marcados que tendremos que entrenar. Ella siempre sonríe pero por alguna razón, estos últimos días la he notado rara, como si estuviera más alerta que antes, con miedo, con un gran secreto que esconder. La última vez, cuando Ihan y yo salimos al pasillo para informar que Tate se sentía mal, vimos como Raven se dirigía a un sitio extraño y luego regresaba con un chico, muy delgado y golpeado, pensamos que era otro marcado que vendría con nosotros pero ellos pasaron por la puerta de nuestro hogar y siguieron hasta entrar en la habitación de la jefa, raro...
¿Tendrá un amorío? Pero con un chico así de lastimado no podría hacer mucho...
No sé qué demonios fue eso pero planeo averiguarlo.
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—Luka, ¡pásame la sal!—exclama Dalia en mi dirección. Yo asiento y le entrego el paquete. Siento como intencionalmente, ella toma mi mano para agarrar la sal, la acaricia con picardía y eso me hace estremecer pero a la vez me da risa. Retiro la mano y suelto una leve carcajada que ella sigue.
—Me dan asco—Dice Sheyla haciendo que todos en la habitación se partan de la risa.
El almuerzo va bien, hasta que la puerta de la entrada se abre y automáticamente todos corren hacia ella para formarse en fila como cuando yo llegué, los imito, Zion me ha dicho que debo hacer eso cada vez que Raven entre o seré castigado, para mí buena suerte, él no está hoy.
—¡Buenos días soldados!—exclama Raven al entrar. Todos miramos hacia la pared, pero escuchamos cada cosa.—Les traigo a sus nuevos compañeros, ya saben lo que deben hacer. Ellos son Thais, Gus, Cameron y Kylan.
Los chicos pasan a nuestro lado e intentan saludarnos, mas ninguno de nosotros se mueve, volviendo todo mucho más incómodo.
—¡Ah!, Zion, estás devuelta, justo estaba presentando a tus nuevos compañeros, ya sabes que hacer...
—Entendido.
Luego de eso, Raven se va y es nuestro momento para hablar.
—¡bienvenidos!—exclama Tate y saluda uno por uno años chicos. Todos lo reciben con amabilidad, menos uno, que en cuanto Tate le extendió la mano solo lo miró con desprecio y retrocedió.
