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                  Malectus  •❅──────✧✦✧──────❅•

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                  Malectus
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  Una sensación de malestar, un mareo y náuseas impresionantes me llegan de golpe en cuanto mis pies tocar el suelo otra vez y el lugar en el que estoy parada ha cambiado.

Mis amigos están todos tirados a mi lado aún dormidos, pero eso no es lo que llama mi atención, si no el cuerpo de la chica que nos ha salvado, que se encuentra en el piso, con dificultad para moverse y con la nariz sangrante.

—¿Estás bien?, Ven, te ayudo—digo extendiendo mi mano a la pobre mujer, ella la toma y se incorpora torpemente.

—Jamás he transportado a tantas personas... Es mucho poder de una sola vez...

—Quería agradecerte por habernos salvado, sin ti habría perdido a mi familia...

—Si... Pues yo perdí a la mía por ayudarte—suelta de forma grosera, ella me deja hablando sola si se dirije a un pasillo, toca una puerta y de ella sale un chico alto y de tés morena, atlético hasta el meñique y con la ceja cortada.

¿Qué le sucede a esta chica?

—¡Eh!, Alana, ¿Qué sucede?—dice el tipo acomodándose los rulos del cabello—¿molestando tan temprano?.

El moreno ríe dando a entender que fue un chiste su anterior comentario pero al parecer a ella no le hizo gracias.

—Lleva a estos sujetos a las habitaciones vacías, yo llevaré a la chica con la abuela guía—dice Alana seria, ignorando el chiste del muchacho, mientras me hace una seña para que la siga.

Ambas caminamos en silencio hasta llegar a una puerta distinta a todas las demás, está es doble y hecha completamente de roble de un marrón tan oscuro que podría pasar por negro.

—¿Debo entrar aquí?—pregunto al ver que Alana se marcha lentamente sin responder. No me queda otra que averiguarlo por mi misma.

Toco una vez a la gran puerta e instantáneamente se oye un "adelante" desde el interior. Giro el picaporte y la madera cruje abriéndose.

Dentro es exactamente como debería verse una biblioteca antigua, hay estanterías con libros a los costados, una escalera para subir a los más altos, adornos extraños en las paredes, una mesa de vidrio en el centro y sillones bordó que la rodean. Hay velas y luces por todo el cuarto, que hace parecer que la luz del sol llega a la habitación incluso si estamos bajo tierra.

  La supuesta abuela guía se encuentra sentada en uno de los tantos sofás, está leyendo un gran libro negro que parece realmente antíguo.

—Ven querida, siéntate conmigo.

Yo obedezco y me siento frente a ella pero sin poder apartar la vista de ese gran libro, me parece interesante, me pregunto que tendrá dentro...

—¿Para qué me necesitaba?—pregunto por fin mirándola.

—¿Deseas un poco de té?, ¿Café?—Ofrece ella y se me revuelve el estómago de solo pensar en tomar café.

—Té, por favor.

La anciana se levanta y procede a servirme una tasa de té humeante, me lo llevo a la boca y el dulce sabor se apodera de mi garganta.

—Te llamé aquí, porque me temo que mi nieto se ha topado con una leyenda...

Mis cejas se hunden en confusión.

—Luka, mi nieto, me contó sobre ti, sobre lo que eres capaz de hacer, que no es poco.

—¿Le habló de mi?

¿Por qué Luka le hablaría de mi?

—Claro que sí, cuando lo ayudaste a escapar, el volvió a su hogar y me comentó que tienes unos poderes peculiares, habilidades que solo he visto en una clase de personas.

No digo nada, sólo le hago una señal para que continúe.

—Me gustaría que leyeras este libro, puede ayudarte a qué te conozcas a ti misma y a tu otra parte.—ella me pasa su gran libro e instantáneamente lo abro, la curiosidad me atrapa.—Veras, eres más especial de lo que crees niña.

—¿A qué se refiere?—digo sin dejar de observar aquel libro.

—¿Puedes leer el libro?

¿Qué clase de pregunta es esa?

—Si, claro que puedo.

—en este libro, tan solo las dos primeras paginas están en español, nadie puede entender el idioma del resto del diario, se cree que ese lenguaje nació con Caín y murió con él, pero tú puedes hacerlo, lo que confirma mi teoría. Eres una Malectus.

—¿Disculpe?, ¿Una qué?

El idioma en el libro es extraño, se que no es español, pero no parece ser muy diferente, lo entiendo, puedo leerlo, no sé si podré hablarlo pero me sorprende que en mi cerebro haya este tipo de información y jamás me haya enterado.

—Lee las páginas en idioma extraño, solo tú puedes hacerlo.

Paso las páginas hasta llegar a la deseada y comienzo a leer.

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Cada cierta cantidad de años, (que no estoy seguro cuantos), nacen dos Malectus, seres que en la edad media eran considerados deidades, pero luego de que yo llegara a esta tierra, eso cambió. Sin saberlo hice que la gente odie a los marcados, que les tengan miedo y como los Malectus son marcados especiales, recibieron todo el odio del pueblo multiplicado por dos.
Los Malectus son opuestos, pero se complementan, necesitan el uno del otro, para que se mantenga el equilibrio, para que la vida mantenga su curso. Si uno de los dos Malectus muere, el otro será consumido por sus poderes hasta que no quede nada. La luz y la oscuridad, ninguno puede vivir sin el otro.
Sin las sombras, no existe la luz, si ésta se encuentra sola, el mundo arderá bajo su foco y si la oscuridad reina, todo lo que conocemos caerá bajo el manto de la noche y la penumbra, devastando todo a su paso, es por esto, que necesitamos un equilibrio, una porción de los dos para mantener el orden. Los Malectus generalmente son hermanos, pero no descarto la posibilidad de que puedan nacer sin parentesco alguno.

• ✾ •

Es increíble...

No puedo creer esto, tengo que procesar la información, hay muchas cosas en mi cabeza que pierden sentido ahora, mientras que otras lo cobran. Soy una Malectus de oscuridad, es por eso que me han pasado tantas cosas inexplicables, es debido a esto que no puedo controlarme cuando la oscuridad se apodera de mí. Sin mi par jamás podré hacerlo.

—¿Ahora me crees?—Dice la anciana.

—Espere, si siempre nacen dos Malectus, ¿Dónde está la de luz?

—No lo sé, pensé que tú ya lo sabías, es tu hermano o hermana después de todo.

¿Tengo un hermano?, Uno de sangre, ¿de verdad está pasando esto?

—Si no sabes dónde está, tenemos un problema, porque si murió, debes encontrar a tu protector lo más rápido posible o todos moriremos.

—¿Cómo hago eso?.

—Según lo que leíste, te será fácil, solo debes busca a alguien con el que tengas una conexión inexplicable, una persona de la que no te puedas separar.

Eso es fácil... ¿No?

• 𝙇𝙊𝙎 𝙈𝘼𝙍𝘾𝘼𝘿𝙊𝙎 •Where stories live. Discover now