• 𝙇𝙊𝙎 𝙈𝘼𝙍𝘾𝘼𝘿𝙊𝙎 •

•『42』•

        LA BESTIA DE LIONN

                      Vicius
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—Cerdos inútiles...

La libertar se siente bien...

El control me encanta, la adrenalina me acelera y estoy listo para actuar.

Los cazadores crecieron pensando que somos peligrosos, que haríamos daño, cuando en realidad no era de nosotros de quienes debían cuidarse. Lionn es un chico astuto, pero es idiota a la hora de luchar, por suerte yo no lo soy...

Los masacraré, los arruinaré, destruiré sus cerradas cabezas para que tengan miedo con razón.

Estoy verdaderamente fascinado con el mundo exterior, pocas veces salgo, casi nunca puedo sentir el sudor de la piel o el aire en mi garganta, solo vivo en la mente de un chico retorcido que no comprende lo que soy. ¿Personalidad?, ¿ Guardián?, no soy ninguno de esos, he llegado a su cabeza a causa de todos los traumas que sufrió, pero cree mi propia historia, tengo vida ahora, soy un demonio, una maldición y los destruiré a todos...

He venido a sembrar miedo, a enseñarle a Lionn que no tener piedad es mejor en las batallas y que si le muestras temor a tus enemigos terminaras con la daga en el corazón, como Cassie terminó.

Ella era una buena chica después de todo, ayudó mucho a Lionn, con ella pudo sanar y alejar a todos esos iguales a mí, esos demonios monstruosas que se formaron en su mente, aunque no funcionó conmigo, no fue lo suficientemente fuerte para deshacerse de mí. Cassie tenía potencial, pero bueno, lástima, ya no puede explotarlo. Nisha por otra parte, es mucho más fuerte que la muerta, tiene poder y carece de buenas intenciones, es perfecta, supongo que por eso le agrada tanto a Lionn.

—debieron matarme cuando tuvieron oportunidad...

Dulces rostros asustados...

Las caras de esos marcados son fascinantes, me llena de orgullo saber que  es por mi causa.

Aún me sostienen, pero estoy listo para luchar. Miro fijamente a los ojos del cazador que tengo enfrente y este levanta su cuchillo en el intento de clavarmelo, aunque lo esquivo con facilidad y pateo la rodilla del que tengo atrás, este se mantiene firme igualmente. Uso los poderes, causando un dolor insoportable para él. El hombre se toma la cabeza con fuerza, las lágrimas comienzan a salir de sus ojos, llora en agonía y es totalmente  fantástico. De su nariz sale sangre espesa y sus ojos son blancos.

Al ver esto, el cazador que me tenía, suelta mis brazos para ayudar a su compañero.

Grave error.

Lo tomo por él cuello y procedo a causar dolor en su cerebro, mucho más que con el anterior, ver sus caras de sufrimiento es reconfortante para mí.

—Eres un maldito monstruo, ¡pero yo no te tengo miedo!—el hombre grita y de su bolsillo saca un brazalete de metal. Lo miro extrañado, la sin aflojar mi agarre a su cuello. Adolorido y con sangre en su rostro, coloca la pulsera en mi muñeca derecha. Esta se apreta a mi piel como si de una serpiente de tratase, del metal salen pequeñas púas filosas que se clavan en mí llevando una corriente electrónica por todo mi sistema.

¿Qué demonios me hizo?

Intento usar mis poderes nuevamente, pero no funciona, es así como comprendo lo que están haciendo. Pulseras que repelen poderes marcados, es ingenioso, ahora que recuerdo, con una de estas es que lograron matar a Cassandra.

¿Estoy derrotado?, ¿Moriré y Lionn morirá?, ¿Perderé en el intento de protegerlo?.

—No esperabas eso, ¿verdad?—el cazador ríe por mi reacción. Aflojo mi agarre por primera vez.