•『INICIO』•

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En un pueblo lleno de monstruos nadie está a salvo.

Nadie es inocente.
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Hace muchos años, en un muy lluvioso siete de octubre, nació un niño llamado Caín, con un símbolo en su cuello, cuya procedencia se desconoce. Dicen las malas lenguas que este niño tenía en sus manos, un poder que derretía todo lo que estas tocaran, sus dedos portaban un ácido más fuerte que cualquiera conocido hasta ahora y se dice, que este ser tan extravagante, nació solamente para hacer daño, para destruir y masacrar a todos los pueblerinos, pero, a veces las historias contadas por la gente se equivocan, tal vez no era del todo cierto lo que por las calles se rumoreaba, quizá, ese niño no quería lastimar a nadie pero como toda alma corrompida, quiso cobrar venganza.

Se dice que Caín buscó por cielo y tierra al hombre que le arrebató todo, al ser que se llevó lo que más a amaba, a su madre. Cuentan que lo asesinó con sus propias manos y con la víctima dejó un sendero de gotas de sangre para que el pueblo supiera donde se escondía, al parecer que quería ser atrapado.

Fue un acto cruel el que cometió aquel chico, eso estaba claro, pero él creía que matando al culpable, su madre estaría orgullosa o que quizás así llenaría ese vacío que la pérdida le causó. Cuanto se equivocó ese día.

Aquel niño fue atrapado al poco tiempo, condenado a ser quemado en la hoguera al dejarse llevar por,
el rencor y la venganza.

Los años fueron pasando y con ellos fueron naciendo más niños con esa marca de la muerte. Pequeños que tarde o temprano terminarían asesinando a los pecadores, o al menos eso creían los pueblerinos, porque no dejaron un solo marcado vivo en ese pueblo.

Desde ese día, en que Caín dio su último suspiro, en el pueblo de Anteos existen los cazadores, personas que asesinan a todo niño o niña que porte la marca de Caín. Son seres despiadados, ágiles y silenciosos que atacan cuando menos te lo esperes.

El terror que les tenían a los marcados no tenía límites, tanto asi que crearon una barrera, que rodea el pueblo, con el fin de que ningún marcado logre salir. Mandaron a sus mejores hombres a custodiar dicha muralla y así es como ningún alma logra entrar o salir de Anteos sin que esten 100% seguros de que no podeen, la marca de Caín.

En un pueblo de asesinos, es cazar o ser cazado.

Y ella lo aprendió a la mala.

• 𝙇𝙊𝙎 𝙈𝘼𝙍𝘾𝘼𝘿𝙊𝙎 •Where stories live. Discover now