•『65』•

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                   Familia  •❅──────✧✦✧──────❅•

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                   Familia
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Han pasado dos semanas desde que Kylan se fue y ultimamente me he sentido extremadamente triste, me pesa el cuerpo a cada caminar, mis pies duelen, mi cabeza igual, me siento enferma, vacía, como si algo me falta, con una sensación en el pecho que me indica que no viene nada bueno. Mal augurio.

Mi único pasatiempo es entrenar, mi guía me enseñó a dominar mi furia y usarla para mejor, ahora ya no exploto porque si, puedo manejar mis enojos. Alana me ha dicho que si concentro lo suficiente mis emociones, puedo crear monstruos que me protegerán, algo así como sombras que atacarán a todo aquel que me haga daño, lo he estado intentando pero aún no logro hacerlo, no soy lo suficientemente fuerte.

He leído que cuando te encuentras con tu par, sientes que no puedes alejarte y si lo haces, tu cuerpo te pide que regreses, ya sea con dolor, sufrimiento, tristeza o enojos, pero siempre logra juntarlos de nuevo. Según el libro, un par es la única persona que puede calmar a un Malectus, son una sola alma, complementados, por lo que si uno muere, una parte del otro también lo hace y jamás regresa. Esto me hace pensar en que pasaría si Kylan nunca regresa, si decide irse para siempre o le sucede algo malo. No podría soportarlo, de solo pensarlo me dan ganas de llorar.

Me he pasado días enteros sentada junto al fuego, leyendo capitulo tras capitulo para poder encontrar a mi hermana, he hablado con Lionn sobre eso pero se niega a decirme nada y sinceramente me enoja. Me he alejado de todos estos últimos días, ni siquiera Alex ha podido calmar mi mente y ese mar de pensamientos pesimistas que me azotan.

La anciana me ha contado un poco sobre mi hermana gemela, al parecer es un ser de luz, todo lo contrario a mi, al menos ella tuvo suerte, tal vez esté viviendo a salvo en algún lugar. Algún día la encontraré.

Muchas dudas han aparecido en mi cabeza, me he replanteado muchas veces sobre que es real y que no, sobre mi vida y la gran responsabilidad que cargo conmigo. Todo hubiera sido más fácil con mi hermana a mi lado, las cosas no serían solo blancas o negras, tal vez yo no sería la mala de la historia y mi niñez pudo haber sido muy diferente.

—¿Usted cree que podré encontrar a mi hermana?—le pregunto a la anciana mientras ella sirve un poco de su té extraño.

—claro que si, pero debes estar lista, tu misma debes hallarla, nadie puede ayudarte a hacerlo, solo tú y la sangre que las une—suelta ella—hay una frase en el libro, a veces se esconde pero si logras verla tienes que usarla, si tú hermana está cerca lo sabrás.

—¿Y que hago si la encuentro?

—Dila, fuerte y claro, te guiará a tu hermana.

Me levanto de mi asiento y salgo disparada hacia afuera, subo por el ascensor y salgo de la tienda, me dirijo al bosque y allí me detengo dispuesta a intentarlo. Busco la frase en cada página del libro pero no hay ninguna, no hay palabras en latín por ningún lado, se escondió muy bien esta vez.

Dándome por vencida cierro el libro y frustrada lo arrojo al pasto, estoy cansada de acertijos, de retos, de engaños y trampas.

Estoy a punto de marcharme cuando miro el libro por última vez y es allí donde veo algo extraño escrito en el dorso de las hojas del gran libro, abierto no podría verse jamás, pero cerrado se nota perfectamente, la frase.

Tomo el libro con rapidez y leo la frase en voz alta, por fin algo me sale bien, estoy cerca de ver a mi hermana, podré abrazarla y decirle lo mucho que soñé con conocerla.

—a sanguine sacro necessitudines, quae unit nos et super me manus enim vita nostra ad conflandum

Abro los ojos esperando una señal, pero nada pasa, me desciluciona bastante porque tenía la esperanza de hallarla, realmente quería encontrarla, quería ver su rostro, quería tomar sus manos, quería ver la luz que poseía. Decidida a irme de me doy la vuelta empezando a caminar, cuando un destello dorado sale de mi pecho y se pierde en el bosque, me paro en seco, sigo mirando y luego otro destello sale, este era más grande e intenso, luego otro y así hasta que forma un gran lobo semi transparente que se adentra al bosque más y más, sin dudarlo lo sigo, metiéndome en el bosque sin medir las consecuencias.

Llevo más de una hora tras ese bello animal, hasta llegar al lugar menos esperado. Llego al túnel de árboles y cintas al el que había venido junto a Lionn, miles de dudas azotan mi cabeza pero decido seguir al animal un poco más, este me lleva por dicho túnel hasta llegar la única parte que no tiene árboles, este es un espacio meticulosamente cuidado, pero lo que más me sorprende es lo que hay en él. Una lapida blanca se halla ahí, con algunas velas, juguetes, cintas y jazmines adornando la tumba. Me arrodillo frente a ella y muevo un poco las ramas para leer el nombre.

"Cassandra Miller"

Me quedo helada, mis ojos casi se salen de sus órbitas.

¡¿Cassie es mi hermana?!

No lo podía creer, ¡mi hermana gemela!, ¡ella era mi hermana gemela!

La sorpresa rápidamente ed sustituida por tristeza al darme cuenta de la situación, nunca podré ver a mi hermana, jamás podré abrazarla o decirle lo mucho que la necesite todos estos años, porque está muerta...

Lionn... No puedo creer lo que hice y no puedo creer que no me lo haya comentado.

Todo estuvo frente a mis ojos, las respuestas siempre estuvieron ahí pero me negué a verlas.

El secuestro, el cuerpo congelado con el rostro no visible, los poderes, las semejanzas, las confuciones de los marcados, todo estaba ahí, somos parecidas porque somos gemelas...

¡Que estúpida fui!, Lionn solo se acercó a mí por el parecido con mi hermana muerta, sólo quería llenar ese vacío, solo planeaba sustituirla con alguien parecido, nunca fue más que eso...

• 𝙇𝙊𝙎 𝙈𝘼𝙍𝘾𝘼𝘿𝙊𝙎 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora