• 𝙇𝙊𝙎 𝙈𝘼𝙍𝘾𝘼𝘿𝙊𝙎 •

•『45』•

        Recuerdos al fuego
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—¿Quienes son ustedes?— pregunta Alex por ene-cima vez mientras es arrastrado brutalmente por el bosque.

No puedo moverme mucho, tengo el cuerpo entumecido y no sé porque, no me es posible usar mi poder, hay algo que me lo impide, al igual que Alex.

—Por favor, haz que tu amigo se calle, ¡me esta volviendo loco!—ruega uno de los secuestradores.

Dicen que no nos arrastrarán si nosotros caminamos por nuestra cuenta pero Alex quiere hacerlo todo aún más dramático y decide forcejear, gritar y patalear intentando zafarse, aunque claramente no podrá debido a lo débil que se encuentra. Mientras yo camino un poco adolorido, el grita por ayuda siendo arrastrado por uno de los marcados. Toda una drama-queen.

Nos dicen que tienen que llevarnos con ellos porque somos unos los marcados más buscados de todo el pueblo y Alex es una presa que escapó antes de ser asesinada, así que deben llevarlo para continuar lo que empezaron. Ruego porque Katrina se de cuenta y se esconda pero esa idea se esfuma tiempo después al ver como ella es arrastrada por un sendero distinto.

Me sorprende ver que todos los caminos posibles llevan a un mismo lugar, todos y cada uno de los senderos del bosque llevan a la Iglesia del pueblo. Lo que es extremadamente sospechoso y escalofriante.

Al llegar al lugar donde los caminos se juntan, los marcados nos dejan con otros dos hombres, más grandes que ellos. Entiendo enseguida que se trata de simples cazadores haciendo su trabajo. Aunque la duda de porque hay marcados trabajando para ellos aún no se ha resuelto.

Alex y yo nos miramos por un instante coordinando el momento exacto para atacarlo y huir, pero justo cuando vamos a salir corriendo a lo loco, uno de los hombres dice:

—Si intentan algo, el resto de sus amigos fenómenos morirán.

—¿Quién esta aquí?, ¿qué hacen con ellos?—Habla Alex.

Hubiera preferido que se calle pero ese idiota dice cosas sin pensar.

—Oh, no se, tal vez ese marcado que se mete en tu cabeza, tal vez la que revive a los muertos o el que juega con agua... ustedes dirán quien morirá primero.—suelta uno de los cazadores. Entonces me doy cuenta de que no podemos tomarnos esto a la ligera, porque mis amigos estan ahí y si no hacemos algo rápido probablemente morirán.

Alex, al darse cuenta de que tenían a su hermana comienza a desesperarse e intentar escapar, cosa que le es casi imposible porque los rayos de un marcado lo deja inmóvil.

—Quédate quieto, no sirve de nada dejar que te maten, ¡no seas idiota!—Grita Katrina rindiéndose al agarre de los cazadores.

Lo siguiente que pasa marca un antes y un después en nuestras vidas. Al meternos en esa maldita Iglesia, todo cambia, nuestra mente, fuerza y las habilidades, todo parece distinto, algo en nosotros es diferente, me siento sumamente débil, casi a punto de desmayarme. Se que ya nada será igual si es que logro salir de aquí.