capitulo 8

4.1K 326 87
                                    

        Alana.

Han pasado unos días desde esa noche con Daniel, fue algo raro para ambos despertar cuando escuchamos los cantos de los pájaros y darnos cuenta de que nos habíamos quedado dormidos , abrazados, en ese estacionamiento y que estaba comenzando a amanecer, se sintió como si hubiéramos dormido solo unos minutos quien sabe, quizás fueron solo unas dos horas. Luego de levantarnos y asimilar todo e ir ya de camino aparcamos en un café que estaba abierto para desayunar algo aunque eran las seis de la mañana y pareciamos unos zombies. Desde ese día se nota lo que ha crecido la confianza en nuestra amistad, nos molestamos a cada rato, los entrenamientos juntos son más divertidos, muchas veces cenamos en la calle cuando me recoge en la salida de la universidad (si, terminó ganando él), hemos salido en dos ocasiones con sus amigos, incluso él y Sara me visitan juntos con más frecuencia en mi casa y en la de mi abuela algunas veces.

Me he sentido bastante animada en comparación a otros días, así que mi humor ha colaborado.

- ....entonces la quiero amarilla pero azul siento que se ve mejor. —dice mi tía mostrando algo en su teléfono.

Estoy en casa de mi abuela, estamos mi papá, mis dos tías, una prima y mi abuela hablando de cualquier cosa.

- ¿Como va la universidad? Tengo rato sin preguntar. —Habla mi papá dirigiéndo la mirada a mí, lo cierto es que casi no hablo con mi familia.

- Bien, estresante como siempre.

- No pareces estresada, más bien últimamente estas de mejor humor. —Dice mi tía con curiosidad.

- Ah, es que Sara y Daniel están visitando seguido y aprovechamos de ayudarnos con las tareas ya que los tres estamos estudiando... Bueno en lo que medio podemos ayudarnos. Pero así es menos estresante.

Río al recordar cómo aveces nos tardamos con las tareas el triple de tiempo por estar con bromitas o tragando.

- Hablando del rey de Roma... —señala mi prima a la entrada.

- Buenasssss! — Saluda Daniel a todos entrando a casa... Si, ya tiene algo de confianza.

- ¿Que haces aquí? —lo miro extrañada.

- Si hola, estoy bien gracias por preguntar, también me alegro de verte. —me responde con sarcasmos mientras toma asiento.

- Estás raro —lo miro entrecerrando los ojos— ¿Que quieres?

- Ehmmm... Primero, necesito que me ayuden a convencerla. — Le dice mirando a todos.

- Ay no. —Digo, asustada.

Para su buena suerte nadie chistes, se ganó a mi familia el condenado.

- Bueno, es un poco vergonzoso...

- Esto se pone interesante. —Dice papá, poniendo toda su atención en el asunto.

- Pasa que en unos días será la boda de mi hermana...

- ¿Y quieres que te maquille o que? —digo con sarcasmo, pero se por donde va.

- Chistosa... Lo diré rápido... Necesito que seas mi acompañante y te hagas pasar por mi novia toda la fiesta y qu...

-No, olvídalo. —lo interrumpí.—  ¿Porque yo? Tienes muchas amigas.

- Cierto ¿Porque mi hija? ¿Y porque tienes que fingir tener novia? — pregunta papá con la misma expresión que yo.

- ¿Acaso eres gey y necesitas una tapadera? — pregunta mi prima que no había hablado hasta ahora.

- Que? No, claro que n....

Enseñame a Querer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora