Enseñame a Querer

Capitulo 4

Día de Chicas.

ALANA.

Todo empieza a cambiar cuando aceptas que no eres una opción más, cuando descubres lo que vales, lo que quieres, lo que mereces y los alcances que podrías llegar a tener. Cuando impones tu estilo de vida y lo mediocre, lo que no te suma, lo sin sentido y lo que no vale la pena comienza a sobrar, lo sacas de tu camino consiguiendo una satisfacción y tranquilidad enorme.

Siempre he pensando que las personas que entran a tu vida vienen con un propósito, que dejan una huella en ti y si no tienen ninguna función es mejor no dejarlas entrar o sacarlas a tiempo; normalmente descubres ese propósito o marca cuando esa persona ya ha salido de tu vida, haya sido buena o mala, de corto o largo plazo, todos somos temporales ya que lo único eterno es la marca que dejamos en los demás, unas son más memorables que otras y me gusta pensar que soy de ese segundo tipo que no se olvida y que enseña o aporta algo en la vida de mis conocidos. O en su mayoría.

También existe otro tipo de persona, los más escasos, esos quienes más que quererte a ti te enseñan a querer, no solo a ellos sino a todo. Te enseñan a quererte a ti mismo, a conocerte, a apreciar tu entorno, tu vida, lo que ya tienes y lo que podrías tener. Esos que tienen en ti más esperanza de la que alguna vez tú has tenido, que ven en ti algo que tú no has notado. Son quienes se incrustan en ti de una manera imposible de arrancar, una parte de ti siempre queda con ellos y una parte de ellos siempre queda contigo ya que pese a no estar cerca sus enseñanzas te guian cada día e indirectamente te ayudan a evolucionar. Este último tipo de persona fue Daniel White para mí.

Eres la mejor compañía que alguien puede tener, no hables como si fueras poca cosa.

Eres bella de pies a cabeza, así que no quiero que te vuelvas a sentir menos al lado de alguien.

Algunas veces lo mejor es no pensar y solo dejarse llevar por la corriente, que todo fluya.

Vales la pena, Ali.

Te mereces lo mejor del mundo simplemente porque tú lo eres.

Esas y muchas palabras más que me ayudaron a levantarme y entender. El primer año lejos fue el peor ya que los primeros meses cada dia me arrepentía de irme de la manera en que me fuí y era una guerra controlar el impulso de tomar el teléfono y llamarlo solo para oír su voz. Luego vino el "Y si hubiera..." que me atormentaba, cuando me conseguí con Jake fuí reacia, cerrada y mis expectativas estaban por los cielos pero luego entendí que no eran la misma persona, que no era justo comparar a dos personas totalmente distintas y no podía buscar en otros lo que solo ocurre una vez. Al comienzo no quería nada, odiaba despertar y las noches se volvieron pesadillas hasta que un día todas sus palabras y las de papá llegaron a mi mente y me dije "Si vine hasta aquí y dejé todo fue por algo, no será en vano" comencé a tomar terapia, hacer cosas que me gustan, esforzarme y enfocarme.

Así que, de cierta manera, Daniel nunca dejó de estar presente y le debo agradecer por mucho.

- Tierra llamando a Alana. - Alice chasquea los dedos frente a mi cara. - ¿En que mundo anda esa cabecita?

Estamos en un día de chicas en casa de Sara, Adam se fue con Noah a no sé dónde con los chicos. Hay cosas que no cambian y Noah ahora parece un integrante más de ellos.

- Oye cuéntanos un poco de Jake. - Pide mi mejor amiga. - Como es que pasó de la cita fallida de aquí, al novio allá.

Comienzo a contarles todo, como nos encontramos, como empezamos a salir y cuando decidí hacerme novia de él. Escuchan todo atentas y hacen más preguntas.