Capítulo 27. Final

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Si por casualidad no les aparece el vídeo en multimedia, la canción es: Bruno Mars / Just the way you are.

Y se las dedico a todas las niñas preciosas que han seguido esta historia y así como Alana, nos hemos escondido en inseguridades. Recuerden siempre que son únicas y hermosas ✨

Pd: Quiero ver ese monton de comentarios, aún no puedo creer que llegamos al final. Tengo sentimientos encontrados

ALANA.

Había pasado el día durmiendo en la maravillosa cama de nuestra habitación, el día anterior fue cansado entre tantos paseos y juegos en la playa, la brisa marina que entraba por la ventana de la habitación y las sonido de las olas eran algo tan relajante que fácilmente podría pasar una semana aquí en cama solo despertando para comer e ir al baño.

Daniel había dedicado su día a supervisar todos los detalles administrativos y las condiciones del hotel, que fue la razón principal de este viaje. Aún me costaba procesar que es heredero de dos hoteles.

Me encontraba sentada en una mecedora al ponche de la cabaña que justo en frente tenía una vista espectacular de la playa, pronto comenzaría a caer el atardecer y no me lo quería perder. Comía una ensalada de frutas y mi móvil sonó en la mesita de al lado con la notificación de un mensaje; lo tomé y era de mi chico.

Daniel:

¿Ya se encuentra despierta mi bella esposa?

Le informo que tenemos una cita de carácter romántico esta noche. Revise el piso del clóset y póngase linda, aunque ya lo es.

Sonreí y como una niña a la que le acaban de decir que hay un juguete bajo el árbol de navidad fuí corriendo de regreso a la habitación a buscar mi sorpresa. Efectivamente, al abrir el clóset, en el piso se encontraba una caja mediana de color rosa, la sostuve y arriba tenía un pequeño trozo de papel doblado. Cuando lo comencé a leer en mis labios se formó un puchero involuntario por la ternura que me causaban tales palabras:

Cuando venía de regreso lo ví en una exhibición y de inmediato te visualice usándolo.

Esperaba que te lo midieras frente a mí, pero justo ahora te encuentras dormida, como cosa rara, entonces no te quiero despertar. Así que nos vemos en la noche, Ali.

Pd: ¿Sabías que cuando duermes tus labios forman un leve puchero? Eso junto a las mejillas sonrojadas por el sol que agarraste ayer te hacen la cosita más preciosa que podría ver al despertar.

Te amo.

Santo cielo, de verdad que tuve que hacer algo muy bien en esta vida para que me diera a este hombre, soy la más afortunada.

Sonrío con los ojos cristalizados, claro que lo merecía tanto como él a mí.

Al abrir la caja lo primero que captaron mis ojos fue la tela blanca. Apenas lo saqué de la caja y lo extendí en la cama me enamoré del diseño.

- Vaya que tienes buen gusto. - Murmuré a la nada.

Fuí directo al baño donde tenía mi bolso de maquillaje y algo de joyería, lo primero que busqué antes de olvidarlo fue lo que me quité ayer antes de salir para no correr el riesgo de perderlos en la playa, es decir, mi cadena con dije de luna que compartiamos hacia tres años y el anillo de diamante turquesa que me dió hace unos meses como promesa. Aún me quedaba tiempo así que me destaqué poniendo espero en el maquillaje elaborado pero sutil que iría perfecto con la prenda. Resalté mis ojos con sombras de color rosa con brillitos leves y me aventuré a pegar a los costados de los ojos pequeñas piedras brillantes, los labios los resalté con un poco de gloss transparente, me gustaba el color natural de ellos. Cuando solté mi cabello cayó en mi espalda y sobre mis hombros como una cascada de ondas naturales que me gustó, así que solo recogí un poco de los mechones que caían en mi cara para que no molestasen.

Enseñame a Querer Where stories live. Discover now