Capítulo 5

2.2K 194 67
                                    

ALANA EVANS.

- ¡Ni se te ocurra llorar de nuevo! - le grito a Sara. Es la tercera vez que la estilista le arregla el maquillaje.

Vamos en limusina camino a la iglesia: Alice, Diana y yo somos las damas de honor. Con mi ex cuñada estaba incómoda por no saber que esperar de ella pero apenas llegó me abrazó y habló como si no hubiera pasado nada. Sara se vé más deslumbrante que nunca con su vestido peinado, maquillaje y el vestido blanco de encaje ceñido con una gran cola; demostrando que tener un hijo afecto su figura solo para mejorarla. Sus senos ahora son más grandes al igual que sus caderas y el vestido le resalta cada centímetro.

- Si, ni yo que soy una chillona lloré tanto antes de llegar a mi boda. - Me segunda Diana, Alice llena una copa de champagne y se la pasa a la novia. - Si sigues así tendrás que pagarle triple a la maquillista.

- Cierto. - Se toma la copa de un solo trago y suspira.

Llegamos a la iglesia y de inmediato mis nervios aumentan al igual que los de mis amigas, solo que los míos son por un motivo un tanto diferentes. Alice y Diana bajan de auto y yo observo a Sara que parece estar por hiperventilar. La tomo de las manos para llamar su atención.

- Respira, vamos. - Inhalamos y exhalamos juntas. - Tu y Adam han pasado de todo, desde un extraño noviazgo hasta armar su hogar con un precioso niño de dos años. Esto solo es reafirmar lo que ya tienen. ¡Te vas a casar con el amor de tu vida! Solo vive y disfruta cada segundo de esto.

Me abraza con fuerza por unos segundos antes de despegarse.

- ¿Sabes? Cuando te fuiste entendí a lo que te referías tú cada que decías que todo, para bien o para mal, era mejor juntas. - Empieza totalmente sería y no se a que viene todo esto. - Entendí ese instinto protector que yo nunca había experimentado porque siempre te ví tan fuerte, valiente y controlada que muy pocas veces sentí la necesidad de cuidarte como lo hacías tú conmigo; cuando te fuiste me quise mudar cerca de ti para estar ahí. Cuando Noah nació creo que te quise más a ti ahí que al mismísimo padre del niño... Pero entendí que por esa ocasión debías lidiar con las cosas sola, me jodía porque siempre lo haces sola, pero esa vez lo ameritaba y mi consuelo es que algún día volverías y sino lo hacías yo misma iría a buscarte. - suelta un largo suspiro abanicandose la cara para contener las lágrimas. Yo ya estoy en estado líquido la verdad. - Ahora soy la mujer más feliz del mundo porque hoy me casaré con el amor de mi vida, mi hermana de otra madre está a mi lado y formé lo nunca me creí capaz, un hogar.

- No te imaginas cuan orgullosa estoy de ti. - Inevitablemente la vuelvo a abrazar. - No puede escoger una mejor hermana, confidente y amiga. - Le limpio las lágrimas que le rodaron y limpio las mías. - Ahora vamos... Aún tengo que negociar con el intruso de tu esposo.

Reímos.

- Tonta.

Bajo yo primero y luego la ayudo a ella. Acomodo su vestido y el tocado brillante en su cabello. Sus padres se acercan conmocionados a abrazarla entre ambos y darles esas palabras que dan los padres antes de cada evento especial. Yo me acerco a los demás y Andrés es el primero en acercarse a saludar tomando mi mano para hacerme girar. Se ve guapo en su traje negro. Las damas de honor traemos vestidos azul oscuro, con la espalda descubierta y en la cintura se abre la pesada tela con el típico estilo princesa. Tenemos el cabello en un recogido elegante y pulseras brillantes.

- Hola bella chica. - hace una mala reverencia. - O debo decir, bella bailarina.

De inmediato me sonrojo, mi cara arde. Él se burla.

Enseñame a Querer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora