Capitulo 14

3.1K 296 42
                                    

Antes de este capítulo hay otro

— Entonces.... Pasaste la noche con el jefe. — Dice Sara, llevándose el vaso a su boca con mirada pícara.

Daniel y yo despertamos está mañana un poco más temprano para tener tiempo de desayunar y él irse a su casa a prepararse para ir a la empresa, la cosa es que saliendo de la habitación nos cruzamos con Sara saliendo del baño y, por supuesto, malinterpreto.

No nombró nada por toda la mañana hasta ahora que estamos en un café por la hora del almuerzo.

— No pienses mal, se quedó porque estaba tan cansado que se le cerraban los ojos involuntariamente y no iba a dejar que se fuera así y menos tan tarde un viernes cuando hay tantos locos por las calles.

— Ajá, todo bien hasta ahí, pero ¿Porque en tu habitación cuando hay otra de sobra igual de cómoda? — levanta una ceja con expresión juzgadora.

— Mientras hablábamos nos quedamos dormidos en mi cama, cuando él se levantó para irse y lo detuve aún estábamos adormilados y solo se volvió a acostar. No es nada raro, digo, ya hemos compartido cama varias veces.

— Ujummm... No diré nada porque me saldrás con la misma respuesta de siempre de "Solo somos amigos" — Dice imitando mi voz.— Cambiando de tema, ¿Te has fijado de que una de las secretarias anda muy pegadita a él últimamente?

— Wao, que gran cambio de conversación. — Digo sarcásticamente.

— ¿Si o no? Ya van varias veces que los veo hablando y está mañana la vi tocarle el pecho con mucha confianza.

Eso no me gustó mucho, para ser sincera.

— ¿Estarán saliendo o algo así? — agrego.

— No es de nuestra incumbencia, y si es así entonces ¿Que tiene de malo o sorprendente? Es joven, atractivo, está bueno, estudia y va a heredar una empresa completa. Sin contar que no es presumido y aún con toda esa responsabilidad encima sigue siendo divertido, es normal que tenga muchas babeadas por él. —No se donde salió ese discurso pero al final sonó algo tensa mi voz y mi amiga soltó una risita entre dientes, mirándome con intriga.

— Tienes razón... Es un buen partido.

Miro mi reloj en mi muñeca y me levanto de la silla.

— Tengo que volver ya. — Aviso, ella mira la hora en su teléfono y luego a mí con una mueca confusa.

— Aún nos queda media hora.

— Para ti. A mi la bruja me encargo ordenar unas cinco cajas de carpetas y antes de salir me dijo que sólo tenía 20 minutos para comer.

"La bruja" es la gerente, la comenzamos a llamar así después del tercer día de trabajo.

— Pero ni llegaste a comer la mitad de tu plato.

— No puedo tardar más. — Le respondo mientras agarro mi bolso.

— Alana. — me mira muy seria. — tiene días exigiendote más que a las demás e ignorando tu horario, está mañana no desayunaste bien por llegar temprano así que siéntate y termina de comer, no tardaremos mucho.

Dude pero le hice caso, como lo más rápido que pude y en 10 minutos ya estábamos regresando a trabajar. Sara se fue por su lado y yo camine a mi escritorio donde descansaban las cajas esperando ser revisadas, faltaban pocos pasos para llegar cuando escuché un carraspeo muy conocido a mis espaldas, voltee y efectivamente, ahí estaba ella, de brazos cruzados y esa odiosa expresión que nunca cambia de su cara.

— 10 minutos tarde señorita, no me importa oír su excusa así que ni se moleste. Le mandaré cuatro cajas más y tiene que hacer una lista para cada carpeta diferente para saber la cantidad y a quien le pertenece, las quiero separadas en lotes diferentes, organizadas. — Se dio la vuelta para irse pero volvió a mirarme. — Ah, y lo olvidaba, hoy se podrán ir todos a las 5 así que intente terminar a tiempo o no se irá hasta que lo termine, eso no puede esperar hasta la siguiente semana.

Enseñame a Querer Where stories live. Discover now