Capitulo 13

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ALANA.

Me sentía como nunca, acelerada de una buena manera. Estaba tan alegre que me creía capaz de abrazar al primer desconocido que se me cruzara y andar por ahí saltando y dando vueltas con mi vestido de princesa y mi príncipe a un lado siguiendo mis pendejadas.

Dios, que cursi sonó eso.

Pero se entiende el punto.

Me había dado algo de nervio cuando escogí el vestido - la mayoría eran de este estilo. - ya que nunca he asistido a un evento de este tipo y me asustaba llegar y ser la única vestida como si fuera a un baile de graduación o algo así, pero al menos todo eso pasó a segundo plano al ver la expresión de Daniel cuando salí.

El señorito tampoco se quedaba muy atrás, eh. Yo tampoco había podido despegarle los ojos de encima y dudo que cualquier mujer cuerda o loca le niegue a su vista semejante banquete visual.

Y no estoy exagerando.

Llevaba un smoking negro con los bordes y detalles dorados, con camisa negra por dentro y corbatín dorado también; Nunca le había visto usar ese color más que en su reloj pero resulta que hace destacar aún más su cabello castaño con unos que otros reflejos más claros, cabello el cual lleva perfectamente peinado como en las antiguas alfombras rojas de Hollywood... Aún no se cómo me gusta más, si así o desnudo. Aunque me gustaba bastante lo que hacía sin ropa.

Ok, calma...

Ahora que nos veía a ambos en el espejo del ascensor me daba cuenta de que parecíamos sacados de alguna película o portada de revista, no es por presumir, pero nos veíamos espectaculares lado a lado.

Cuando estábamos por llegar, al ver mi extrañeza, me explicó que la fiesta sería en la empresa, en el último piso donde hay un salón para cosas como estas o conferencias grandes. La verdad, yo en el tiempo que trabajé aquí no terminé de conocer cada rincón de este edificio y nunca llegué al último piso ya que las oficinas de Daniel y la de padre están en el penúltimo... El elevador llega a su destino abre sus puertas para dejar ver un salón gigantesco con el piso cubierto por alfombra roja, luces doradas, un pequeño escenario al fondo con música en vivo y ventanas haciendo de muros, del techo guindan esferas dándole un toque único, hay mesas altas regadas por el lugar, pista de baile y camareros elegantes transportando bandejas de copas y aperitivos; las personas, por su parte, también van a la perfección con el ambiente, las mujeres con vestidos muy elegantes algunos ceñidos y otros más pomposos, mientras los hombres van con sus smokings y cabellos peinados hacia atrás.

- Mamá sí que se lució... - Comenta Daniel observando todo igual de asombrado que yo. - Señorita...

Me ofrece el brazo todo caballeroso y riendo le acepto el gesto, así con brazos entrelazados salimos del elevador. Inmediatamente las personas que nos cruzamos, señores mayores con sus esposas en su mayoría, lo saludan y felicitan; siento las miradas curiosas sobre mí ya que sigo pegada a su brazo y en ocasiones compartimos chistes o palabras al oído pero al menos hasta ahora nadie ha tenido la imprudencia de preguntar.

Pronto nos conseguimos a su familia a excepción de Arón que está en la universidad, también está Andrés que vino porque se consiguió a Diana hace unos días y lo invitó, por lo que dijo la chica es que no quería aburrirse. Cuando me hice la ofendida su respuesta fue:

- A ti te acapara mi hermano.

En medio de una ronda de copas, risas y halagos compartidos un fotógrafo se acercó a pedir unas fotos con la familia y otras de Daniel solo - por lo que entendí, eran para una revista. - me aparté pero igual después de unas pocas fotos entre ellos me halaron a unirme; luego tocaba las de Daniel solo pero este me sostuvo de la cintura más tiempo del debido y nos sorprendió a todos dándome un beso en la boca ahí, con público incluido. El fotógrafo fue rápido a la hora de captar el momento.

Enseñame a Querer Where stories live. Discover now