Capitulo 14

1.8K 120 33
                                    

Lo vuelvo a subir ya que algunas están teniendo problemas para abrir la actualización y con los comentarios, avísenme cualquier cosa ❤️

ALANA.

Dedos cálidos recorren mis brazos de arriba a abajo como quien toca una obra de arte en un museo con miedo a romperla. A la leve caricia se le unen la tibieza de unos labios que me recorren toda la espalda dejando un suave mordisco en un costado de mi cadera para luego dejarme seguir sintiendo los labios por absolutamente cada rincón de piel de mi espalda.

— ¿Sabías que tienes tres lunares pequeños que se parecen a tu constelación favorita? — Lo escucho decir con voz ronquesida y suave, al tiempo que se detiene justo en esa zona debajo de mí omóplato izquierdo y da tres besos más ahí. — Me gustan.

Trato, sin éxito alguno, de contener la sonrisa que me delata pero ni así abro los ojos y sigo haciéndome la dormida. Lo escucho reír y segundos después besar mi cuelo y mejilla.

— Buenos días, Ali. — Susurra en mi oído para luego halar del lóbulo de mi oreja entre sus dientes.

En respuesta, despego la cara de la almohada para ladear la cabeza y poder besarlo con las ganas que se ha encargado de despertar en mi. Daniel corresponde con la misma fuerza y la mano que antes acariciaba mi brazo ahora se presiona contra mi vientre para pegar aún más mi espalda a su bien trabajado abdomen, con picardía pego más mi trasero a su erección desnuda — Ambos nos dormimos de ese modo después de una larga y muy entretenida noche.— y él se separa un poco para mirarme con esa sonrisa baja-bragas que tiene y una ceja enarcada.

— Vas a matarme. — Dice, divertido.

— ¿Yo? Si eres tú quien empezó esta y las últimas tres veces de la noche. — Reprocho fingiendo estar indignada.

— No me arrepiento ni un poco. — Me guiña un ojo y vuelvo a derretirme.

Busco una respuesta ingeniosa rápido pero lo único que sale de mi boca es un gemido cuando de manera sorpresiva baja su mano de mi vientre a esa zona mia tan sensible.

Y así comienza mi mañana.

Lo que calculo como hora y media después estamos de nuevo tratando de calmar las respiraciones, con una capa de sudor que nos cubre el cuerpo y yo acostada arriba de él. Ni siquiera me quiero imaginar cómo tengo el cabello.

Apoyada en su pecho lo observo, con la yema de los dedos le recorro las facciones y el cierra los ojos como si el simple tacto le relajara. Se me hace tan irreal todo esto. Besarlo como, cuando y donde quiera. Salir tomados de la mano, ser lo primero que veo al despertar y lo último al dormir, tenerlo así. Saber qué es tan mío cómo yo suya.

Que esta vez no haya ningún tipo de barrera entre nosotros.

Eso es lo que me hace sentirlo tan irreal, la ausencia de dudas y límites. Sentir todo esto tan sano. Daniel siempre fue la persona correcta, el único, solo que nuestro momento no era hace dos años. Es ahora.

— Te amo. — Le suelto. Siento que debo repetirle todos los te amo que quise decirle cuando no estaba aquí y los que me callé por inseguridad hace un tiempo. — Eres la casualidad más bonita que la vida me ha dado.

Me mira con atención, lo entiendo, no suelo decir estas cosas. Incluso yo misma me he empalagado pero ¿Que más da? Me siento como en una nube de azúcar ahora.

— Tuvo que estar muy potente ese orgasmo. — Me dice como si fuera la razón de mis palabras.

Idiota.

Le halo un mechón de pelo que le cae en la frente y se ríe abrazándome más cuando intento alejarme.

— Tu eres lo mejor que tengo. — Me besa. — Lo más bello. — Me vuelve a besar. — Lo más perfecto. — Beso. — Donde siempre quiero estar. — Me besa con más fuerza y más tiempo, mi corazón se contrae por las emociones. — Y a quien más amo.

Enseñame a Querer Where stories live. Discover now