capitulo 27

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— Si, papá. Ya te dije que estaremos de vuelta hoy. — repito como por tercera vez.

— Aún no entiendo cómo es que te fuiste de un momento a otro a New York, me vengo enterando una semana después y ¡Ni siquiera por mi hija!

Papá me llamó hace quince minutos a regañarme y pedirme explicación de por qué se consiguió a Sara en el super mercado y así se enteró que estoy a cinco horas de casa y que tengo una semana aquí. Llamó justo cuando nosotros alistabamos las maletas porque hoy nos regresamos.

— Cuando llegue, los visito y explico.

— Claro que lo harás. — lo escucho suspirar al otro lado de la línea. Resignado. — Ahora dime ¿Que tal todo?

— Espectacular, no me quiero ir. Todo es tan como en las películas, las pantallas por todas partes, las calles repletas, las decoraciones navideñas extravagantes ¡Todo!

Sonrió cuando Daniel me abraza desde atrás y comienza a pasar su nariz por el arco de mi cuello y dejar besos en mi hombro y detrás de mí oreja, haciéndome estremecer y perder concentración.

— Me alegro que te haya gustado, cariño. Se nota que has disfrutado el viaje.

Ni te imaginas cuánto.

El hombre a mi espalda toma uno de mis senos, le aparto la mano de un manotazo y él ríe sin despegarse.

— Bastante.

— Bueno ¿Y Daniel? ¿Te está cuidando?

¿Quien le dice?

Antes de poder decir algo, el nombrado me arranca el teléfono de las manos al tiempo que se sienta en la cama y como el buen brusco que ya me di cuenta que es, me sienta de un tirón a arcajadas sobre él.

— Claro que la cuido ¿Cuando no lo he hecho? — Le responde muy casual mientras mete su mano libre en mi blusa y me acaricia el abdomen y la cintura.

— Ese es mi chico. — Lo felicita papá, Daniel sonríe pícaro y yo blanqueo los ojos. Si tan solo viera en este instante a "su chico" . — ¿Cómo se ha portado?

Por Dios, hablan como si se refieran a una niña y como si yo no estuviera escuchando.

— Mal. — Le dice muy casual el otro, mientras saca la mano de mi blusa, sube a mi escote ignorando que intento apartarle la mano y sacandome un seno; al cual le da un rápido beso para luego continuar su respuesta. — Pero nada que no pueda controlar.

Idiota.

Elevo una ceja, ofendida. Él sonríe y se mete sin previo aviso mi pecho en la boca mientras papá habla através del altavoz. Daniel aparta un momento el teléfono de ambos para hablar bajito.

— Me gustan estás. — Me dice mientras la aprieta, ya siento el calor invadiendo mi cuerpo.

— Puedo notarlo.

— ¿Cuando sale su vuelo? — Pregunta papá. Daniel se vuelve a centrar en él sin dejarme ir a mí.

¿Cómo lo hace? A mi ya me cuesta hablar sin que se escuche como empiezo a cortarme.

— A las siete, en una hora.

— Está bien, procuren no olvidar nada y tener todo en orden. Avisen cuando lleguen y dile a Alana que llame....

Papá sigue hablando pero dejo de oírlo cuando mi ansioso e imprudente novio — que raro se siente decir esa palabra. — me besa y mete su escurridiza mano en mi pantalón, deslizando un dedo por mi humedad; tengo que hundir el rostro en su cuello para que mi querido padre no escuche el gemido que escapa de mi boca.

Enseñame a Querer Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang