Capitulo 26.

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Me di cuenta de el capítulo quedaría excesivamente largo y sobrecargado así que lo dejé en 2 partes.
Disfruten, denle mucho amor a este capítulo y nos vemos pronto en el siguiente :)

DANIEL.

La vida puede ser tan oscilatoria y efímera, pero de una cosa estoy seguro: Todo conduce a algo.

Llámalo como quieras, casualidad, consecuencias o simple destino. No era de los que creía en esto, de hecho, me reía; para mí el futuro en su mayoría no era incierto porque tenía la creencia de que todo estaba en nuestras manos "acción y resultado". Pero ahora la vida parece haberse burlado de mí y todo ese concepto se ha venido abajo, ahora sí podría decir con certeza que lo que es para uno, lo que está destinado a ser, ni aunque te quites o niegues dejará de serlo. Así está escrito.

Preparo la tina echándole las sales aromatizantes de canela y lavanda que compré hace unas horas, en el último mes que pasó Alana descubrió que estos olores le alivian y evitan las náuseas — que es el síntoma que más le ha afectado además del cansancio — así que cuándo las vi no dudé en comprarlas.

Sus cambios de humor son cada vez más incomprensibles y el que deteste estar tan hormonal y fuera de control la pone muy irritable en ocasiones... Esta mañana lloró porque no había jugo de arándanos ¡Ella ni siquiera a probado tal cosa!

En fin, trato de seguirle el ritmo.

Al final me reclamó porque yo no la entendía y decidió irse a pasar un día de chicas con las amigas. Igual fue una buena oportunidad para aprovechar de comprarse ropa y cosas para el viaje de mañana. Porque sí, después de consultar con su médico decidimos ir al viaje familiar/laboral a Hawaii para darle una pasada al hotel que tenemos ahí y rectificar que todo esté en orden. Además de que ahí se ven los mejores paisajes y puestas de sol cosa que ella ama. Y también le tengo una sorpresa.

Escucho el ascensor abrirse y con las mangas de la camisa arremangadas en los codos me dirijo a recibir a mi chica. Viene cargada de bolsas que deja sobre el sofá junto con su bolso y esa es otra lección que he aprendido: Debo evitar tratar de hacer todo por ella, le irrita sentirse "inútil" como ella dice.

— ¿Como les fue?

Me regala una sonrisa mientras se acerca a mi despreocupada.

— Bien, me dormí en el auto. A este paso Alfred tendrá que mantener almohadas ahí. — Río y la tomo de la cintura cuando ella comienza a pasar sus manos por mis hombros y se acerca a darme un beso bastante caliente en la boca que envía una punzada directa a cierta parte de mi cuerpo. Cuando se aparta tiene una mirada intencionada y sugerente. — ¿Te he dicho que te ves caliente cuando traes la ropa formal desarreglada?

Bueno, me gusta por dónde va esto.

La tomo de la mano y comienzo a llevarla conmigo hacia el baño.

— ¿Tan mal huelo? — Pregunta divertida y desconcertada cuando nota a donde la llevo.

— Te preparé algo.

Cuando abro la puerta se queda quieta detallando la escena: la tina llena de espuma, justo en un lado de la bañera una copa llena de fresas con crema y sus preciados audífonos... Vale creo que exageré, esto fue muy cursi y dramático incluso para mí y...

Me toma por sorpresa girándose y dándome un abrazo que amenaza con dejarme sin aire.

— Por esto es que serás mi esposo.

Reparte miles de besos por todo mi rostro.

— Ya soy tu esposo.

— Pues otra vez.

Enseñame a Querer Where stories live. Discover now