Capítulo 13, Parte 1

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"¿Te gusta, Kim?" Kamol preguntó con una sonrisa, la mano delgada recorrió la cara de Nata Montada y le rasco la barbilla como a un gatito.

"Si te gusta, debes venir y cuidarlo todos los días, ¿de acuerdo? Así algún día, podrás acercarte a él sin que yo te cuide, intentaré que lo alimentes" dijo Kamol, haciendo que los ojos de Kim brillarán con pasión.

"Sé honesto, ¿de verdad quieres que lo haga?" preguntó Kim como un niño  que encuentró algo que le gusta, Kamol asintió.

"Entonces vendré a verlo todos los días" dijo Kim sin darse cuenta de que sus palabras eran como una promesa de que Kim se quedaría en la casa de Kamol.

"¿Qué pasa con Clemo? ¿Puedo tocarlo?" preguntó Kim mirando a Clemo, que todavía estaba allí, aparentemente era más difícil que Nata Montada.

"Este Clemo está bastante celoso, pero pronto podrás tocarlo como a Nata Montada" dijo Kamol de nuevo, extendiendo la mano y acariciando a Clemo. Que ahora se había calmado y ya no rugía amenazadoramente. Esto hizo que Kim quisiera tocarlo, pero no se atrevía.

"Si vengo a ellos a menudo, ¿Clemo me lastimará?" preguntó Kim con curiosidad.

"No, porque tocas a Nata Montada, Clemo confía en ti hasta cierto punto" dijo Kamol de nuevo y Kim asintió mientras miraba a Clemo que estaba lamiendo su propio pelaje.

"Quiero abrazarle, su pelaje debe ser igual de suave" dijo Kim acariciando sin parar la barbilla de Nata Montada con la mano.

"Espera, deja que esté más cerca de ti, estoy seguro de que podrás abrazarlo" dijo Kamol en tono serio.

“Entonces, ¿tú puedes abrazarlo?” preguntó Kim emocionado, olvidando por completo por la conversación anterior.

“Está bien” respondió Kamol.

“Así que dale un abrazo, quiero saber como se comportan” dijo Kim.

“…”

“Khun Kamol, te pedí que abrazaras a Clemo y a Nata Montada, no te dejé abrazarme a mi” dijo Kim suavemente mientras Kamol levantaba ambos brazos para abrazarlo.

“Oh, pensé que querías que te abrazara de nuevo” dijo Kamol con una sonrisa, Kim puso los ojos en blanco porque sabía que Kamol entendió lo que Kim le dijo, pero dijo que no lo entendió solo para abrazar a Kim.

“¿Puedes hacerlo?” preguntó Kim de nuevo.

“Entonces tienes que alejarte un poco, espera afuera” respondió Kamol y Kim asintió, antes de que Kamol guiara a Kim para que se alejara un poco de la jaula.

Luego, Kamol camino hacia la entrada de la jaula, Kim se puso de pie y observó a Kamol abrir la gran jaula de hierro, entro y cerró la puerta, tan pronto como vieron a Kamol entrando en la jaula caminaron directamente hacia el. Kim se quedo mirando con entusiasmo.

Otro de sus pensamientos iban hacia que los tigres no cooperaran con Kamol, porque se les conocían como animales salvajes con instinto de cazador, Kamol camino lentamente hacia los dos tigres. Los ojos de Kamol estaban firmes y quietos, miró a cada paso a los tigres.  Nata Montada fue el primero en acercarse a Kamol, Kamol se arrodillo en el suelo y levantó la mano para acariciar a Nata Montada, que fue a acurrucarse con él.

Seguido de Clemo, quien se detuvo y se sentó junto a Kamol, Kamol sonrió levemente y comenzó a abrazar a los dos tigres alternativamente con caricias a lo largo del cuerpo y la cabeza de los dos tigres. Kim se quedó allí mirando esa imagen con asobro.

Kim estaba viendo a Kamol abrazar y jugar con los dos tigres de bengala blancos. Ver a Kamol en medio de los dos tigres hizo que Kim sintiera que Kamol era una persona formidable con un aura de poder esparcida a su alrededor. A Kim no le sorprendió eso, los subordinados de Kamol eran obedientes, lo respetaban y le eran leales. Kamol levantó la cabeza  para mirar a Kim que estaba fuera de la jaula, antes de darle una sonrisa.

Te llevaré a mi casa... Y serás mi esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora