DOS LOBOS Y UN BOLLO

Capítulo 09

En el caso de Wan Fei y más actuar por la chica que le gusta mucho, también tomaría medidas como si fuera una madre mono. 

Wan Fei fue subido al furgón de Lao Jiang por Bian Nan y acomodado en la última fila de asientos mostrándose hosco y silencioso, tal como el deudor con mala fortuna que ha sido golpeado por el acreedor al ver que no le habían pagado. 

Los otros miembros del equipo no preguntaron mucho, todos se centraron en conversar en la parte delantera. Aunque Wan Fei ganó el juego de hoy, fue complicada esta victoria y era normal sentirse infeliz. 

—¿Irás a comer en un rato? —Li Dan se sentó en la fila de al frente y miró a Bian Nan.

Bian Nan miró a Wan Fei: —No lo haré.

—En cuanto a ti —Li Dan sonrió, extendiendo la mano y chasqueando los dedos frente a los ojos de Wan Fei— ya ganaste, ¿por qué piensas tanto?

—¡No me molestes! —Wan Fei la fulminó con la mirada. 

—¡Oye! —Li Dan abrió mucho los ojos— Wan Fei, ni siquiera lo intentes, estoy de tan mal humor como una anciana el día de hoy y no he encontrado a nadie con quien desquitar mi enojo, así que lo creas o no, ¡me atrevo a sacarte de este furgón y colgarte! 

Wan Fei la miró, después de quedarse callado por un rato, sonrió: —Eres una chica bonita, ¿Cómo puedes arruinar tu imagen con esa boca que tienes...?

Wan Fei dijo en voz baja la mitad de la oración, después de eso apartó la cara. 

—¡Te escuché! —Li Dan lo miró fijamente durante un rato, luego suspiró y miró a Bian Nan—¿Van a ir a comer o no? si no es así, lo mejor es que regresen y denle un obsequio a este chico para animarlo, porque es imposible que siga jugando así. 

Bian Nan palmeó a Wan Fei en el hombro, le sonrió y no le dijo nada. 

Wan Fei estaba muy molesto y cuando regresó al dormitorio, se acostó en su cama y dejó de hablar. 

Bian Nan no mencionó nada acerca del incidente anterior, él podía entender la molestia de Wan Fei. Habría sido un momento bastante escandaloso si lo hubiera dejado ir en ese momento, o preguntarle a Xu Rui a solas sobre esto, y ahora, Wan Fei estaba conteniendo un inexplicable fuego, no sabiendo cómo desahogarse. 

Bian Nan se cambió de ropa y se paró junto a su cama: —¿Quieres salir a caminar?

—Nan-ge, déjame hacerte una pregunta —Wan Fei lo miró con el brazo apoyado en la almohada. 

—Pregunta —Bian Nan tomó una piruleta que estaba sobre la mesa y se la llevó a la boca. 

—¿No tienes otra ropa que no sea deportiva? —Wan Fei se sentó y señaló la ropa de su cuerpo— Entrenas con ropa deportiva, en un día normal estás con ropa deportiva, te vas de la escuela con ropa deportiva y te regresas con la maldita ropa deportiva, ¿no te molesta?