Capítulo 22

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"Colócate de pie" Qiu Yi suspiró" Debido a tu susto casi rompes el yeso"

Después de que ambos terminaron sus líneas juntos con sus feroces miradas en sus rostros, hubo un breve silencio en el patio

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Después de que ambos terminaron sus líneas juntos con sus feroces miradas en sus rostros, hubo un breve silencio en el patio. 

A primera vista, estas personas saben que no son hooligans [1] profesionales, sino que eran personas comunes y amigos. Unas personas así no se verían tan buenas como se mostraban Bian Nan y Wan Fei.

Para fortalecer la sensación de conflicto, Bian Nan caminó hacía Qiu Yi con un palo y golpeó la silla que estaba junto a Qiu Yi, y dijo ferozmente: —¡No me iré sin el dinero el día de hoy! 

—¡Nadie se irá sin darnos el dinero! —Wan Fei llevó a Qiu Yan al patio y pateó con su pie la puerta— Tampoco es algo fácil para nosotros el correr de un lado a otro en un día caluroso, ¡todavía tenemos un montón de amigos esperando en la entrada del callejón! Si no recibimos el dinero el día de hoy, no haremos diferencias, ¡así que no planeen nada!

Tan pronto como escucharon que habían personas esperando en la entrada del callejón, un hombre frunció el ceño: —¡Nosotros también estamos aquí a pedir dinero! 

—Eso a mi no me interesa, no me interesa si estás aquí por dinero o no —Bian Nan se sentó en la silla y el palo que tenía en su mano de movió de arriba y abajo: —y sabía que todos ustedes eran sus parientes y él ahora no tiene dinero, ¡por eso me ocupo ahora de la situación! 

—¡Esto es irrazonable! ¡Jamás he oído de algo así! —gritó una mujer y dio dos pasos hacia la puerta del patio. 

—Ya lo escucharon —Wan Fei caminó lentamente hacia el medio del patio y miró al hombre antes de dar un paso hacia la puerta del patio, siendo no demasiado obvio. 

—Regresemos por ahora —el hombre frunció el ceño— ¡Esto es un desastre! ¡un problema!

Algunas personas en el patio se movieron y comenzaron a dirigirse hacia la puerta. 

—¿Ya se van? —Bian Nan se colocó de pie junto con el palo. 

Nadie se respondió y varias personas salieron rápidamente del patio para después escucharlos maldecir desde el callejón. 

—Denme el dinero, ¡¿a dónde van corriendo?! —Bian Nan estaba profundamente involucrado en la obra y golpeó la pérgola de uvas que estaba junto a él con el palo. 

La pérgola de uvas se balanceó por un momento. 

—Oye —Qiu Yi le llamó la atención. 

—¡Qué! —Bian Nan se giró y lo apuntó con el palo. 

—Reacciona —Qiu Yi levantó la cabeza y miró la pérgola de uvas— ¿Tú lo arreglaras si se cae a pedazos? 

—No pude contenerme —Bian Nan chasqueó la lengua, arrojó el palo a un lado y sacudió un poco la pérgola, para luego girar bruscamente su cabeza para mirar detrás de Wan Fei: —¡Erbao! 

DOS LOBOS Y UN BOLLOWhere stories live. Discover now