Capítulo 14

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Había una gran cantidad de sangre sobre su palma, probablemente era suficiente para teñir por completo de rojo un pañuelo. 


Bian Nan sintió que la razón por la que podía tragarse su ira y quedarse en la casa de Qiu Yi, además de responderle deliberadamente a Qiu Yi, es porque le agradaba mucho Qiu Yan y no quería que Qiu Yan se sintiera decepcionado

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Bian Nan sintió que la razón por la que podía tragarse su ira y quedarse en la casa de Qiu Yi, además de responderle deliberadamente a Qiu Yi, es porque le agradaba mucho Qiu Yan y no quería que Qiu Yan se sintiera decepcionado. 

Pero por supuesto, también hay un poco de culpa. Antes, nunca había pensando que dos palos complicaran la vida de Qiu Yi, la cual ya era difícil...

Además, Qiu Yi no hizo nada de manera especial para irritar a Bian Nan, a excepción de algunas palabras que salían de vez en cuando. 

Pero jamás imaginó que Qiu Yi lo golpearía en la cara, en la mesa y frente a su hermano. Además golpear con tanta precisión su nariz. 

La hermosa nariz de la cual estaba orgulloso. 

Su nariz alta y recta.  

. . .

—¡¿ESTÁS LOCO?! — Bian Nan alzó la voz, tapándose la nariz y no pudo decir nada más después de eso. El dolor, el entumecimiento y sentir como su nariz se hinchaba, hicieron que se le salieran algunas lágrimas. No iba a decir nada más, solo se inclinó mientras mantenía su nariz tapada, pero no pudo encontrar un postura adecuada. 

—¡Hermano!, ¡¿Qué estás haciendo...?! —Qiu Yan se sorprendió, sus ojos se abrieron, y después de alzar la voz, esta se quebró y parecía que iba a comenzar a llorar en cualquier momento. 

—¿QUÉ PASA? ¿CUÁL ES EL PROBLEMA? —la voz de papá Qiu llegó desde la habitación, preguntando primero, para luego comenzar a reprender: —¡QIU YI! ¡QUÉ ESTÁS HACIENDO! 

Bian Nan se colocó de pie abruptamente, la silla cayó a un lado y ni siquiera preocupándose por levantarla, se apresuró rápidamente hacia el patio. 

Excepto por el enojo y la ira tan inexplicables, no hay otras emociones ahora como las de haberse levantando de la mesa por impulso. 

Después de colocarse en cuclillas junto al lavadero, miró y había una gran cantidad de sangre sobre su palma, probablemente era suficiente para teñir por completo de rojo un pañuelo. 

¡Mierda! 

—¡Gran tigre! —Qiu Yan salió corriendo detrás de él, debido a la ansiedad, casi se cae cuando pasó por debajo de la pérgola de uvas.

—Está bien, está bien, no te preocupes —Bian Nan frunció el ceño, tapándose la nariz con una mano y soportando el dolor: — estoy bien 

—Lo siento, —Qiu Yan tenía lágrimas en su rostro, se apresuró a su lado y dijo en una serie de susurros: —no te enojes, lo siento, lo siento...

DOS LOBOS Y UN BOLLOWhere stories live. Discover now