DOS LOBOS Y UN BOLLO

Capítulo 30

¡Hijo de puta! ¡Acaba de colocar una bolsa de alimento en la cabeza de una persona!

Después de saltar el muro y aterrizar en el suelo, Bian Nan no vio a nadie al costado de la carretera, solo algunas personas que pertenecían a la escuela deportiva, que iban al otro lado de la calle y algunas que acababan de salir del supermercado. 

Bian Nan sacó su teléfono y estaba a punto de llamar a Qiu Yi, cuando escuchó la voz de Qiu Yi detrás de él: —Si hubiera tenido un palo, ya habría caído al suelo sin haber hecho ningún sonido.

—Mierda —Bian Nan giró la cabeza y vio a Qiu Yi apoyado contra la pared, a sombra de un árbol. Sus pantalones negros y su camiseta negra combinaban perfectamente con la sombra— viniste por un cargador junto con ropa de noche. 

—¿Ya comiste? —Qiu Yi se dio la vuelta y caminó por la calle hasta la estación— ahí hay un lugar donde podemos comer carne. 

—¿Qué tipo de carne se puede comer en un día tan caluroso? —Bian Nan volvió a mirar hacia el otro lado de la calle, no quería que las personas de la escuela deportiva vieran a Qiu Yi. Aunque Pan Yifeng ha enfrentado a muchas personas siempre se veía feliz, pero esta vez fue el jefe de la escuela marítima que enfrentó a Pan Yifeng, por lo que la escuela deportiva definitivamente lo tomará como un objetivo— ¿Por qué quieres invitarme a cenar? 

—Gracias por tu tiempo y dinero, me has ayudado mucho —Qiu Yi giró al cabeza y le sonrió. 

Bian Nan estaba a punto de decir "no es necesario decir gracias, es esto lo que debo hacer, por favor llámame pañuelo rojo [1]", pero antes de que pudiera hablar, Qiu Yi agregó otra oración: —Aunque todo lo provocaste tú. 

—Mejor te pido que te vengues, —Bian Nan chasqueó la lengua, vaciló y luego dijo: —Si quieres invitarme a cenar, mejor que sea el arroz frito con huevo, del tipo que comí la última vez. 

Qiu Yi lo miró y sonrió: —Está bien. 

Aunque Bian Nan ya había comido en la cafetería, solo comió dos bocados de arroz. Ahora, no podía sentir nada de comida en su estómago, así que planeó comer un poco más con Qiu Yi.

Pero tiene que ir a un lugar más lejos, por ejemplo, en la calle lateral que estaba más allá de la estación y hay pocas personas de las dos escuelas. 

—Por cierto, —Qiu Yi dio unos pasos y se detuvo, sacando algo del bolsillo de su pantalón y se lo entregó: —Erbao me pidió que te lo trajera.  

—¿Qué es? —Bian Nan lo tomó y lo miró a la luz de la farola, pero durante mucho tiempo no entendió que era esto, parecía un colgante unido a lo que parecía una bola de color marrón, con tres puntas. 

—Dijo que era una brocheta de carne, lo hizo de arcilla —dijo Qiu Yi. 

Bian Nan estaba encantado, al ver esta brocheta de carne en miniatura que tenía la altura del dedo largo de su mano: —¿En qué estaba pensando al hacerme esto? agradécele por mi. Dile que me gusta mucho.