DOS LOBOS Y UN BOLLO

Capítulo 20

Qiu Yi no se movió y se quedó en silencio durante dos segundos, luego sacó su mano y enganchó su dedo en su dirección: "Ven aquí"

Aunque Bian Nan se quedó dormido en el hospital, fue capaz de escuchar las criticas del doctor y cómo regañaba a Qiu Yi, antes de quedarse completamente dormido.

Si no venía a ayudar, a Qiu Yi solo le quedaban dos opciones, continuar trabajado de la misma manera con su pierna y al final no se recuperaría, o simplemente dejando que Erbao y Papá Qiu Yi lo ayudaran a él. 

En cuanto a Bian Nan, nunca pensó en realmente ayudar en algo a Qiu Yi y muchos menos, querer que la pierna de Qiu Yi se recupere, es algo realmente problemático. Pero, pensando en el pequeño Erbao y el tío discapacitado trabajando duramente todos los días, le era algo inaceptable de imaginar. 

Así que la única solución que quedaba era que asuma las consecuencias, y contribuya. 

Solo esperando que la recuperación de la pierna de Qiu Yi le deje algo de cara y que solo sea un pequeño trabajador solo por un corto período de tiempo.

En el taxi, hizo algunas llamadas para pedir comida. El primer restaurante le dijo que no entregaría un pedido a una distancia de no más de cinco kilómetros, el segundo restaurante dijo que no había suficiente personal para hacer una entrega, y el tercer restaurante dijo que no haría una entrega por no más de 300 yuanes...

—Mierda —Bian Nan estaba demasiado molesto— ¡Entonces agrega dos platillos más y así se logran los 300!

Después de colgar el teléfono, Qiu Yi lo miró y suspiró después de mucho tiempo: —¿Alguna vez has pedido comida para llevar?

—¿Por qué crees que no lo he hecho? —Bian Nan estaba muy deprimido: — Incluso un tazón de fideos con carne se puede entregar al costado del muro de la escuela, ¡y puedo ayudar con ir al supermercado a comprar bebidas!

—Entonces, ¿no has considerado alguna vez pedirlo en un sitio de comida rápida que hace entrega de comidas? ¿No esto es como pedir una reservación? —dijo Qiu Yi, quedándose un poco sin palabras.

—La comida rápida no es deliciosa, ahora tengo hambre y quiero comer algo delicioso —dijo Bian Nan.

Después de llevar a Qiu Yi a casa, esperó casi una hora para que Bian Nan decidiera ir al pequeño restaurante que estaba en la entrada del callejón. Después de pedir algunas porciones, finalmente la entrega del restaurante llegó.

—¡Waaaa! —Qiu Yan se apoyó en la mesa— ¡Es mucho! no podré comer tanto...

—Ve a buscar algunos platos —Bian Nan le dio unas palmaditas sobre su cabeza— solo come lo que puedas.

—Costó mucho dinero, ¿verdad? —Papá Qiu miró las grandes y pequeñas porciones sobre la mesa.

—No mucho, hemos estado comiendo los platos que preparé estos días, así que eso debe mejorar, —Bian Nan abrió las porciones una por una y las vertió en los platos que trajo Qiu Yan— ni siquiera yo puedo seguir soportándolo.