Capítulo 19

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"¡Oye!" apretó los dientes, dándose la vuelta para inclinarse y a modo de darse prisa, hizo un movimiento con las manos "¡Ven! ¡Date prisa!"

"¡Oye!" apretó los dientes, dándose la vuelta para inclinarse y a modo de darse prisa, hizo un movimiento con las manos "¡Ven! ¡Date prisa!"

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Después de que Qiu Yi se lesionara la pierna, el horario de su trabajo y descanso cambió drásticamente. 

Solía levantarse temprano por la mañana, preparar el almuerzo y la cena. Luego ir a la escuela, apresurarse a trabajar después de la escuela y dar clases recuperativas los fines de semana. 

Su cronograma estaba bastante lleno y todavía había lugar para salir a pelear algunas veces. Una combinación de ausentismo, una llegada tardía e irse temprano en ocasiones resultaba incluso ajetreado. 

Ahora que tiene una pierna lesionada, a excepción de despertarse por la mañana y mirar a Qiu Yan preparándose para ir a la escuela. En ocasiones puede acostarse en la cama, leer un libro, mirar la televisión y moldear figuras de arcilla cuando estaba aburrido.

Era como tomar unas vacaciones. 

Pero incluso cocinar es poco un difícil, sentirá su pierna incómoda después de estar mucho tiempo de pie. 

—Hermano —Qiu Yan estaba de pie junto a la cama con el bumblebee en su mano después de lavarse— ¿Quieres que vaya a comprar el desayuno? 

—Mm —Qiu Yi se estaba cambiando de ropa— mi billetera está en la sala de estar, ve a preguntarle a papá qué es lo que quiere comer y ve a comprarlo. 

Qiu Yan asintió, caminó dos pasos y luego dio uno atrás: —¿Cuándo llegará el Gran tigre? 

—No lo sé, ¿le dije la hora ayer? —Qiu Yi pensó por un momento. Ayer Bian Nan caminó muy rápido y enojado, no recordando haberle dicho nada. 

—No —Qiu Yan bajó la cabeza y tocó el brazo de Bumblebee— ¿Puedo llamarlo? 

—Podemos insistir, supongo que aún no se ha despertado —dijo Qiu Yi. 

En realidad, podía pedirle a Shen Tao que lo acompañara al hospital para el chequeo, pero cuando pensó en un Bian Nan quien parecía disgustado de manera persistente a pesar de sus nauseas e irritabilidad, por supuesto que no podía dejar escapar una oportunidad tan buena. 

¿Por qué tiene que regresar siempre de esa forma? no le debe nada a nadie. 

Tan dedicado. 

. . .

Cuando Bian Nan recibió la llamada de Qiu Yan, estaba afuera y en cuclillas en la parada de autobús, esperando. Se levantó bastante temprano y salió a dar algunas vueltas. 

En realidad, no es que se haya levantado temprano, no durmió nada anoche. 

—No desayunes, estoy haciendo fila para comprar bollos al vapor —dijo Qiu Yan por teléfono— ¡Los bollos al vapor de esta tienda en nuestro callejón son los más deliciosos! 

DOS LOBOS Y UN BOLLOWhere stories live. Discover now