Capítulo 25

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"Eres un digno estudiante de la escuela deportiva, ¿y no sabes nadar?"

Qiu Yi terminó de quitarse el yeso y se probó las zapatillas que Bian Nan le había comprado

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Qiu Yi terminó de quitarse el yeso y se probó las zapatillas que Bian Nan le había comprado. Eran bastante adecuados. 

—¿Te gusta el color? —Bian Nan se inclinó y miró los zapatos— había otro con un color fluorescente, si no te gusta, puedes ir a cambiarlo por el verde fluorescente. 

Qiu Yi lo miró con los ojos entrecerrados y Bian Nan también lo miró de la misma forma: —¿Acaso no te gusta el verde fluorescente? tu bicicleta estaba toda pintada de ese color.  

—Entonces, ¿Qué me dices del par de calcetines de color rojo? —Qiu Yi se colocó de pie y fue directo hacia las escaleras: — ¿Por qué no me compraste un par de calcetines verdes? 

—No habían verdes, pero el verde y el rojo de todos modos son de la misma familia, por lo que creo que el rojo también es muy festivo, una forma de celebrar que por fin puedes caminar —Bian Nan continuó y aplaudió: —hay que celebrar, hay que celebrar. 

Qiu Yi no ha caminado sobre sus dos piernas durante un mes, por lo que le tomó bastante tiempo caminar desde la sala de consulta hasta las puertas del hospital, y no dejaba de mirar sus piernas. 

—¿Qué pasa? ¿Tu cabeza te pesa y ya no puedes levantarla? —Bian Nan se colocó de pie al costado de la carretera y se lo preguntó. 

—No, solo me siento un poco incómodo —Qiu Yi sonrió y se enderezó: —Usaré tu teléfono para llamar a Erbao 

—Oh —Bian Nan lo miró fijamente durante un tiempo y sacó su teléfono de su bolsillo: —Maldita sea, ¿eres tan alto como yo? 

Qiu Yi no lo tomó en cuenta y llamó a Qiu Yan para preguntarle si ya había terminado de escribir, y diciéndole que regresarían en media hora.  

—Oye —Bian Nan lo rodeó y finalmente se colocó cara a cara con él, mirándolo fijamente por un rato: —¿Acaso esta es la primera vez que hablo contigo y de pie de esta manera? 

—¿En serio? —Qiu Yi miró a su alrededor y cruzó la calle: —Hay una parada de autobuses por allí. 

—Ah, es la primera vez que camino contigo sin tener que sostenerte, ¡aún estoy un poco desacostumbrado! —Bian Nan rechistó dos veces. 

Si cuenta la primera vez en que Qiu Yi lo golpeó con un bastón y que ambos se conocen desde hace un semestre, pero hasta aquí, además de los fugaces encuentros a la hora de pelear y la provocación, y la situación contra Qiu Yi, este no se había mantenido de manera erguida durante mucho tiempo

—¿Aún tienes esa clase de pasatiempo? —Qiu Yi estiró su brazo frente a él— entonces apóyame y si consideras que no es divertido, puedes llevarme sobre tu espalda, a mi no me importa.  

DOS LOBOS Y UN BOLLOWhere stories live. Discover now