Cap 21: ¿De dónde sale la oscuridad al apagar la luz?

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A la mañana siguiente, Flevata había regresado de su salida imprevista. La joven sin nombre ni siquiera había notado su ausencia. Pero el príncipe lo había esperado durante una buena parte de la noche. Tenía la esperanza de poder escuchar el primer cuento; sin embargo Flevata no regresaría hasta la mañana siguiente.

Flevata, ondeó a Colemar para despertarlo. Y este se frotó los ojos con pereza, después, produjo un bostezo largo y pesado, que más parecía un reproche por haberlo arrebatado de aquel sueño tan cómodo que un bostezo de haber descansado bien por la noche. Cuando Colemar estaba en sus cinco sentidos, notó que la bóveda celeste aún tenía estrellas.

—Ya es hora —susurró Flevata—. Ve a lavarte la cara en el riachuelo. Ya despertaré a la joven sin nombre.

Colemar produjo un quejido de pereza, se estiró y fue directo al riachuelo que habían visto el día anterior. Se lavó bien la cara, y vio que el cielo aún no se pintaba de púrpura. Seguían habiendo estrellas, y no estrellas mañaneras, como suelen verse ya cuando el cielo está por dar paso al sol, no, era un cielo oscuro con estrellas nocturnas.

Regresó al campamento, a orillas de la plataforma de piedra, la hoguera ya se había consumido, apenas quedaban pequeños trozos de madera que brillaban, reusándose a extinguirse aún.

La joven sin nombre caminaba con una languidez tal hacia el riachuelo, que hizo plantearse al príncipe si estaba caminando sonámbula. Tenía los brazos rodeándole todo el cuerpo,  temblaba del frío y vaho le salía de su nariz al respirar. Colemar, simplemente se limitó a apartarse de su camino. Ni si quiera le dio los buenos días. Algo poco común en ella.

Flevata, estaba despellejando a unos conejos que había logrado cazar cuando Colemar regresaba. Eran conejos color negro. Sin ojos, con enormes orejas, patas fuertes y menudas, y unos dientes incisivos prominentes que brillaban en un color plateado.

—¿Estrellas Subterráneas? —dijo Colemar señalando al conejo que Flevata estaba despellejando—. Entonces, ¿ya estamos en Días Noctámbulos?

Colemar, intentó avivar el fuego de la hoguera para poder preparar la comida.

—Bueno, este año se retrasó —expresó Flevata con apremio—. Tenía que haber sucedido hace una semana, más o menos. Pero ya se pueden ver a las Estrellas Subterráneas saltar por los prados, mesetas y demás. Por la oscuridad, combinado con su color que les ayuda a camuflarse, sus dientes relucientes parecen estrellas saltando por todos lados.

La joven sin nombre, volvió para desayunar con Colemar y Flevata. Arginan, al ver que Colemar intentaba encender la fogata, sin mucho éxito, se ofreció a servir como fuego de hoguera. La joven sin nombre, abrió el candil, y Arginan se posó en la pila de madera que esperaba arder.

Mientras comían, la joven sin nombre les comentó que ella había visto pocos conejos como ese.

—Sólo había visto Estrellas Subterráneas en la isla de mi madre: Impasha —dijo la joven, mientras daba un bocado al conejo—. Su carne no sabe mal. A mi hermano Val le encantaría una sopa de conejo de éste tipo. Aunque para estas épocas, en Senterruz, a orillas de mar se pueden ver calamares luciérnagas y las ballenas en la mar tienen brillos bioluminicentes, las puedes ver nadar debajo del mar. 

Se llevó una mano a la mejilla mientras masticaba, tratando de saborear lo mejor que podía la carne.

—Sí, estos conejos suelen vivir bajo el subsuelo —comentó Colemar, mientras luchaba para arrancar de un bocado el lomo del conejo—. Hasta que es época de Días Noctámbulos. Por suerte la sombra no nos atacó en estas épocas. ¿Te imaginas que hubiera pasado?

—Creo que no hubiera cambiado mucho el resultado —dijo Arginan, mientras llamas azules chisporroteaban de su cuerpo y su boca titilaba al hablar—. Sospecho que esa sombra te estaba siguiendo desde hace ya mucho tiempo. Ese hechizo es como un ladrón, hasta que no ve una oportunidad para entrar no lo hará. Pueden pasar meses, años incluso hasta que por un descuido temes a la oscuridad y aparece.

Cuentos del viento marino: La ladrona de nombresTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon